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HE CAMBIADO, capitulo 7 - #YSBLF

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 14 feb 2018
  • 6 Min. de lectura

Mario salió del bañó herido por las palabras de Armando, no sabía que le dolía más, si las palabras de su amigo o alejarse de Betty, de camino se cruzó con la mirada de Betty, eso le dio calma, siempre que ella lo mirara encontraría calma.


Be. Que paso Mario? Algún problema con la colección?

MC. Armando esta histérico porque llegue tarde, le explique que había ido a buscarla y se calmó.

Be. (Perfecto) bueno espero no haberle causado ningún problema Mario.

MC. Tranquila Betty no pasó nada. La miro con una sonrisa triste, Betty lo noto.

Be. Le pasa algo más?

MC. Realmente me pasa muchas cosas, pero después tendremos tiempo para hablar de eso.


El desfile estaba por comenzar, mientras Armando daba el discurso de apertura no podía apartar la mirada de Betty y Mario, ni si quiera lo escuchaban, hablaban entre ellos, la mirada de Betty era solo para Mario, eso lo cabrío. Al terminar sus palabras se sentó al lado de Alejandra, ella le hablaba pero el realmente no la escuchaba, solo podía ver a Mario y Betty, su cercanía, el rozar de sus rodillas y su complicidad, Armando lo había entendido todo, Mario estaba enamorado.


La colección había sido todo un éxito, Armando hablaba con los inversionista, siempre al lado de Alejandra, esa mujer no se le retiraba del lado, hablaba con todos y sonreía, un trago de whiskey por cada sonrisa de Betty dirigida a Mario, incluso vio como en un momento le dijo algo al oído y ambos rieron, la imagen le dolió, no podía soportar más eso, se excusó y camino en dirección de los dos, enganchado del brazo de Alejandra.


Ar. Buenas noches, como la han pasado? Mario no fue capaz de responder, solo callo.

Be. Bien Doctor, como ha pasado Doctora? Armando y Mario cruzaban miradas incomodas.

Al. Bien Betty, muy contenta, Armando ha sido muy especial conmigo, me ha llevado a conocer Bogotá, la verdad me voy encantada, pero ya estoy lista para firmar el contrato. – miro a Armando con ilusión, él no se percató –

Be. Me alegro Doctora, que buena decisión de verdad no se arrepentirá.

MC: Estoy hay que celebrarlo, les parece si después del coctel, salimos a un pub a festejar? – Betty y Armando se incomodaron –

Al. Yo no tengo ningún problema. Mirando a Armando, seguía sin responder, lo noto molesto.

Be. Pues yo la verdad tengo que levantarme temprano mañana, no creo poder acompañarlos, pero vayan, por mi no hay problema. Betty pensó que no estaría dispuesta a soportar ver a Armando bailando con esa mujer, ya había tenido suficiente con esta noche.

Ar. Pienso igual Mario mañana hay que trabajar, no creo que debamos desvelarnos, lo podemos dejar para otro día Aleja.

MC. Okey listo, entonces será para otro día... bueno Betty entonces Ud. me dirá cuando la llevo?

Be. Si doctor? No quiero incomodarlo más… mire que cuando llegamos tuvo problemas. Lo dijo mirando a Armando, eso lo disfruto. Armando no soporto la mirada de Betty, se sintió avergonzado, miro hacia el lado contrario.

MC. Claro que sí, no hay problema. Mario solo miraba a Betty, pero sentía la mirada de Armando penetrándole la carne.


Todos se despidieron, Armando no tenía ganas de acompañar a Alejandra, así que le pidió un taxi y ella de muy mala gana se fue, Armando llego al parqueadero y cuando ya estaba en el carro, vio como Mario tenía su brazo en la cintura de Betty, realmente no sabía que hacer pero decidió esperar.

Mario iba con Betty y al bajar las escaleras al parqueadero se tropezó y la sostuvo de la cintura y decidió dejar su mano allí, a Betty no le incomodo se sentía cercana a él, pero no sabía exactamente que sentir por Mario, aun amaba Armando, eso era claro. Mario abrió la puerta del carro y dejo pasar a Betty, y juntos salieron en su convertible, sin percatarse que cerca los seguía un deportivo.


De camino a casa Betty se sentía un poco deprimida, no sintió que causo gran impacto en Armando, se sentía cansada del juego que al parecer llevaba sola, - al menos no se fue con la venezolana, pensó.


Mario no podía evitar verla cada cierto tiempo, sus labios lo atraían demasiado, así que decidió proponerle algo.


MC. Betty le parece si me acompaña un momento a mi apartamento, quiero contarle algo, le aseguro que solo quiero hablar, de verdad.

Esto tomo por sorpresa a Betty quien vacilo un momento en responderle, pero al ver que Mario había sido tan atenta con ella, no pudo negarse.

Be. Claro Mario, dígame… que desea hablar?

MC. Mejor hagámoslo allá, la verdad no me parece cómodo hacerlo de camino a su casa. – me la estoy jugando toda – pensó.


Armando vio que cambiaron su dirección y se sabía perfecto el camino, los siguió hasta que entraron al parqueadero del edificio donde vivía Mario, moría de cólera, tenía mucha ira, su primer impulso fue bajarse al apartamento y armarles un escándalo, pero pensó en una mejor venganza, iría al hotel de Alejandra.


De camino al hotel Armando iba temblado, tenía odio, como podía hacerle esto, ambos conocían perfectamente sus sentimientos, nadie en este mundo lo conocía mejor que ellos dos, como podían traicionarlo de esta manera, pidió que le estacionaran el carro y se anunció en recepción, de camino a la habitación de Alejandra, sentía sus lágrimas recorrer su rostro por más que se las secara, volvían a mojarlo, Alejandra estaba algo desconcertada por la presencia de Armando pero no dudo en recibirlo, al abrirle la puerta este inmediatamente le empezó a besar el cuello y a desnudarla, apago las luces del cuarto no quería que lo viera en ese estado, Alejandra intentaba besar a Armando pero este no lo permitía, a su pesar sus labios seguían siendo solo para Betty, se sintió un perfecto idiota.


Armando la embestía con furia, Alejandra estaba encantada, no hubo mucho preámbulo, solo quería descargarse, Armando la volteo y la coloco en cuatro, no quería verla a la cara, lo que hacía era un canallada. Por cada embestida a Alejandra el corazón se quebraba, había perdido a su Betty y esta mujer ni si quiera en pleno acto lograba quitársela de la cabeza, una, dos, siete embestidas y Armando no podía controlar su llanto, vio como Alejandra no aguantaba más y se corrió y é salio de ella justo a tiempo y todo se lo hecho en su espalda, ella estaba extasiada. Alejandra se retiró al baño y Armando se dejó caer en la cama, lloraba desconsoladamente.


En el apartamento de Mario la historia era otra, le sirvió un trago a Betty quien por los nervios no dudo en aceptar y empezó su conversación.


MC. Betty sé que le pedí una amistad, pero no lo puedo hacer de esta manera no, mintiéndole de nuevo porque no seria justo para ud mire… yo siento cosas por ud no sé si he sido evidente e imprudente pero realmente me cuesta… Mario suspiro… tuve una discusión hoy en el baño con Armando porque lo ha notado y yo quiero mucho Armando, pero la verdad Ud. me interesada demasiado, no la traje a mi apartamento para acostarme con Ud. (porque más que lo desee aun no puedo), solo que fue el lugar más íntimo y seguro que encontré… por favor discúlpeme si siente que con esto la he incomodado, solo quiero ser honesto por primera vez en mi vida….

Esto no la sorprendido, no le eran indiferentes los tratos de Mario y lo especial que había sido con ella estos últimos días, en especial esta noche, la verdad Mario no le era indiferente, pero ella tenía en su corazón a Armando y tampoco le podía mentir.


Be. Mario la verdad me sorprende el saber de tus sentimientos hacia a mi (no es cierto), pero no te voy a mentir, no me eres indiferente, me gustas, pero aún tengo a Armando en mi corazón, sé que esto no es fácil de escuchar, pero es la verdad. Dijo bajando la cabeza, no soporto verlo así.


Mario se entristeció, eso era lo que más temía escuchar, pero agradeció su sinceridad.


MC. Bueno Betty si Ud. me lo permite quiero demostrarle que puedo sacarle a Armando de su corazón, a cualquier hombre que tenga en el, nuevamente si Ud. me lo permite… con un deje de esperanza.

Be. Mario ya eso queda en Ud., realmente no sabría que decirle sobre eso, es Ud. quien decide que desea hacer, pero solo le diré que no me opondré, dijo algo sonrojada.

MC. Si me permite Betty la llevare nuevamente a su casa, no quiero que me la regañen. Sonrió tristemente, en el fondo de su corazón sabía que no había mucho que hacer.

Be. Gracias Mario, le dio un beso en la mejilla y salieron juntos hacia la casa de Betty.

Mario no cambio, a pesar de ir desilusionado, la trato igual Betty no merecía menos, y la dejo en su casa despidiéndose con un beso muy cerca a la boca que provoco un fuerte calor en ambos.


Continuara….

 
 
 

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