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HE CAMBIADO, capitulo 19 - #YSBLF

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 1 mar 2018
  • 7 Min. de lectura

Betty estaba en Ecomoda, veía la pantalla del celular en ella estaba el número de Mario aún no se decidía en llamarlo, no sabía qué hacer, realmente quería escuchar su voz, hablar como hace unos días, hablar con él era como si no hubiese pasado el tiempo, como si nada hubiese cambiado, se sentía sensual, diferente, como fea contaba con mucha suerte si un hombre se fijaba en ella, pero desde su cambio algo en su interior también se transformó, ya no era la misma de antes, ahora ella robaba miradas y era el centro de atención donde llegaba, a eso estaba acostumbrado pero ahora era diferente, esas miradas llenaban su ser, y le encantaban más porque enloquecía a Armando, cuando se ponía celoso era cuando mejor sexo tenían y esas recompensas eran su favoritas.


Mc. Alo? Beatriz? Hola…! Como estas?

Be. Bien… y tu?

Mc. Aquí con Fer, lo traje para que mis papás pasaran la tarde con él.

Be. Uhmmmm… cierto y como están ellos? Como les ha ido?

Mc. Mi papá está mucho mejor de salud, después de la recaída que tuvo se ha cuidado más y mi mamá ya lo conoces, siempre pendiente a mí, siempre seré su niño jajajaja

Be. Si jojojo los dos siempre sufriremos del síndrome del hijo único jojojo

MC. Si… jajajaja y cuéntame para que me llamas? Necesitas algo?

Be. No… que mal concepto me tienes, o sea que si yo te llamo es para pedirte un favor, no para saber cómo estas, Uhmmmm?

Mc. Jajajaja no para nada Beatriz, sabes que no… solo se me hace extraño, no pasa nada. Y donde andas, en Ecomoda me imagino…

Be. Brujo! Jojojo si… donde más? Ahora mismo voy a salir a almorzar, sola… Armando le toco salir a un almuerzo de negocio, sabes que eso me desespera, así que no fui.

Mc. Uhmmmm… bueno yo pensaba hacer unas vueltas al banco, si quieres pasa por ti, las puedo hacer más tarde, te parece?

Be. Es que no sé, si Gabriela se entera? No quiero darte problemas…

Mc. Para nada, Gaby sabe que te apreció mucho, además podemos ser amigos no?

Be. No sé, es que no tengo amigos que me hayan visto desnuda… sería la primera vez, me imagino que para ti es normal… - sonreía, estaba complacida por el poder que ejercía sobre Mario –

Mc. Pues soy un amigo con suerte jajaja, no crees? Aunque bueno, cada vez que te quiera ver desnuda me basta con recordar… - Mario se estaba excitando –

Be. Puede ser… aunque si de imaginar se trata, yo lo hago muy bien.

Mc. Si?... y que has imaginado? Claro… si puedo saber!

Be. Uhmmmm… es difícil de explicar.

Mc. Bueno si quieres me lo muestras…


Betty volvió de golpe a la realidad, no podía seguir fantaseando esas conversaciones con Mario, Armando seguía hablando con los inversionistas, era una nueva firma que quería invertir en Ecomoda, estuvieron hablando de negocios gran parte del almuerzo, después de despedir a sus invitados, decidieron quedarse en el club e ir al baño turco, con suerte estaría solo. Al cabo de una hora salieron cada uno a cambiarse, no sucedió nada, Betty no tenía ganas, de camino a la empresa todo estuvo muy silencioso, Armando intentó conversar con ella, pero era muy cortante la sentía dispersa, todo desde que Mario apareció, no sabía qué le pasaba y por más que le preguntará siempre evadía el tema, eso era de lo más frustrante.


Be. Amor, me dejas en la casa de mis papás?, quede en ir a almorzar con ellos, pero como nos extendimos tanto acá, quiero ir a cenar!. Le dio un beso en la mejilla.

Ar. Dale de paso los saludo tengo rato que no los veo, y que hay de comer?

Be. Creo que hoy es bandeja paisa.

Ar. Uyy!! El chicharrón de la Doña Jula sabe a gloria, hace tiempo lo extrañaba, mejor tomemos la tarde y vayamos de una vez, te parece amor?

Be. Ehmmm… amor lo siento, es que es algo como de los tres, si lo entiendes cierto?

Ar. Ah… o sea no estoy invitado?

Be. No amor, si puedes ir, sabes que mi mamá siempre te recibe con todo el amor del mundo, es que habíamos quedamos en que era solo los tres, con decirte que ni Nicolás está invitado hoy jojojojo

Ar. Okey amor, no hay problema. Armando tenso la mandíbula, definitivamente algo estaba pasando.


Con un saludo bastante tosco ambos se despidieron, Betty nuevamente se quedaría a dormir en su casa, estos últimos días se ha sentido extraña, ahogada, siente que debe tratar de pasar menos tiempo con Armando, disfrutar lo que le queda de soltería, porque después su tiempo y su vida solo serían para él, pero estaba feliz por eso, solo quería probar su antigua vida en Cartagena una vez más, y sentía que él único que podría revivirla sería Mario, pero hacerlo sería dañar su amor con Armando, era arruinar lo que por fin había conseguido y construido por nada y no valía la pena, pero su cuerpo, su mente pedían a gritos una noche más, sabía que él accedería, él siempre había estado dispuesto para ella, pero no sabía si hacer lo correcto o lo que deseaba.


Al entrar sus papás la recibieron muy sorprendidos pero felices por tenerla después de mucho tiempo en casa, hablaron de los planes de matrimonio y todo lo que junto con Armando había planeado, esa noche se fueron a acostar temprano, estaban cansados por los afanes del día.


Betty por su parte se sentía reconfortada por estar durmiendo a solas, necesitaba pensar la situación en la que se estaba metiendo, no entendía porque después de tanto tiempo Mario aparecía en su vida, de no ser porque debían cruzarse una última noche no encontraba más sentido y pensando en eso se durmió, soñó con Mario, soñó con Armando…


Al día siguiente Betty estaba en Ecomoda y al igual que en su fantasía miraba el celular, estaba tentada en presionar el botón y marcar, hablar con él, eso era lo que quería por el momento era lo que deseaba.


Ar. Buenos días mi amor, acabas de llegar?

Be. Hola amor! – guardo su teléfono – no llegue hace ratito ya, es que me distraje acá, como estas? Como amaneciste mi amor?

Ar. Con frío, solito… por tu culpa – hizo puchero –

Be. No se me preocupe que en unos días ese niño hermoso jamás dormirá solito, bueno?

Ar. En unos días amor? Qué pasa? no quieres estar conmigo ah?

Be. No amor, ya nos casamos este fin de semana, es mejor evitar tentaciones hasta el matrimonio te necesito ansioso esa noche. – Betty sonreía pícaramente mientras unos de sus dedos acariciaba el labio superior de Armando, esto la causo cosquillas y se lo mordió –

Ar. Pero si sigues así no creo que aguantemos mucho mi amor…

Be. No te preocupes que de eso me encargo yo jojojo

Ar. Que mala eres doctora monstruo, me vas a dejar pasando hambre…

Be. Al contrario mi amor, te estoy preparando un banquete.


Se estuvieron besando un buen rato mientras Armando intencionalmente rosaba su sexo con ella, intentaba excitarla, ponerla mal y que cayera, esos juegos le gustaban mucho a Betty, le mordía el labio mientras lo besaba, era buena señal, pero se detuvo antes de perder el control. Armando salió y le dijo que la esperaba más luego en la oficina, ahora iba a reunirse con el jefe de producción a conversar unos problemas que tuvo con unas telas el día anterior, Betty nuevamente se sumió en sus pensamientos, ese día no tenía mente para nada más. Sonó su celular.


Be. Alo? Mario? Que tal como vas?

Mc. Hola Beatriz, te llamaba para ver si nos podemos, no sé, jajaja ir a comer postres, te parece?

Be. Uhmmmmm… no sé Mario, no creo que se correcto que nos veamos, nos pueden ver y ya sabes cómo es Armando.

Mc. Veo… bueno igual quería saber de ti, como estaba todo en tu vida, ayer solo hablamos de mi, me parece lo más justo, no crees?

Be. Jojojo Mario, en serio vas a jugar esa carta? Sabes perfecto que no nos podemos ver, no me mal intérpretes, quiero verte, incluso estuve a punto de llamarte, pero no quiero hacerle daño a Armando.

Mc. Pero no entiendo, que crees que pasaría si nos vemos, es un lugar público, solo vamos a hablar… además no lo niegues, tú también quieres.

Be. Que quiero Mario, a ver?. Esta vez uso un tono más molesto.

Mc. No te molestes, no me malinterpretes, vernos tu misma lo acabas de decir Beatriz.

Be. Por qué siempre me dices Beatriz?

Mc. Porque así te llamas, no? Jajaja no me cambies el tema.

Be. No te lo cambio, es que no sé, me siento rara que me digas así.

Mc. Como quieres que te diga entonces… a ver dime – Mario tenía una sonrisa estúpida en su rostro – sabía que ya la había convencido, solo faltaba que ella se diera cuenta.

Be. No sé, el que me digas así me hace sentir ajena a ti, es solo eso, como si no nos conociéramos, es todo…

Mc. Y si te digo Hermosa? Sería familiar o equivocado?

Be. Ese me parece más correcto, para los dos, no? Betty sonría, la conversación estaba tomando otro color, y ella no dejaría de usarlo.

Mc. Bueno mi hermosa, entonces no se diga más, nos vemos? Mario se saboreaba los labios.

Be. Mario aún no sé, déjame pensarlo al menos si?

Mc. Pero es que no te entiendo hermosa, es solo una café y a lo mucho un postre.

Be. Precisamente a eso es a lo que le temo, al postre sabes perfecto que lo de ayer fue un error, un impulso de mi parte, no lo podemos repetir, me deje llevar, no puedo Mario me voy a casar con Armando, yo tengo una buena relación con Gabriela, contigo incluso, lo de nosotros fue muy complicado, no creo que debemos empeorarlo más.

Mc. Te prometo que el postre será un tres leches, un helado, lo que quieras, solo dejame verte, si?


Armando regresaba de producción, necesitaba un beso de Betty estaba de muy mal genio y entro sin tocar, Betty al verlo salto del susto, aún estaba al celular.


Be. Amor! Me asustaste jajajaja que paso?

Ar. Jajaja nada amor, vengo por un beso, este tipo de producción me va a sacar canas verdes, pero bueno no hablemos de eso, Ay perdón amor interrumpo, disculpa… dijo quedándose callado.

Be. Tranquilo…le dijo a Armado, sonreía nerviosa. Te parece si hablamos después, aun no decido, por favor?

Mc. Bueno hermosa, te llamo o me llamas?

Be. Yo lo llamo, listo? Bueno doctor Ricardo, estamos hablando, que este muy bien. Jojojo – Era el doctor Acevedo jojojo aja amor, ven por tu besito…


Armando le comía los labios mientras Betty pensaba en Mario, besaba a Armando, pero se sentía mal, no sabía qué hacer con Mario, más si sabía lo que quería pero no quería asumir ese riesgo, era demasiado.


Continuará…

 
 
 

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