HE CAMBIADO, capitulo 17 - #YSBLF
- Fan YSBLF !
- 27 feb 2018
- 5 Min. de lectura
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Pasaron los meses y Betty ya estaba mejor y muy recuperada, Mario había renunciado a su puesto en Ecomoda y vuelto a Buenos Aires, aunque efectivamente se había resignado con Betty sabía que la mejor forma de sanar era alejándose.
Armando poco a poco se fue ganando la confianza de Betty y la volvió a cortejar como debió hacer desde un principio, Betty entró a Ecomoda recuperando su antiguo puesto y siempre salía a almorzar con Armando quien nunca se le despegaba, besándola de vez en cuando y colocando su cara de energúmeno como era costumbre.
Ar. Te pareces si vamos a almorzar en Le Noir?
Be. Uy! Y qué celebramos? Dijo mimosa.
Ar. Hace tres años un día como hoy, te conocí. Y que mejor manera que celebrarlo allá, jamás olvido esa fecha ese día empezó el cambio en mi vida.
Be. Jojojo como vas a olvidarlo si te asuste jojojo
Ar. Jajaja Beeetty… dijo dándole un tierno beso – no es por eso, yo recuerdo todo de ti, cada día juntos, recuerdo el día que me enamoré de ti, pasé la noche pensando en eso, en lo mágico, en lo inesperado que fue nuestra relación, en cómo surgió este amor tan grande de la nada, recuerdo cada parte de tu cuerpo que bese y las que me faltan. Dijo sonriendo pícaramente – igual me queda vida a tu lado para seguir descubriéndote y amándote.
Betty lo beso paso de un tierno beso y poco a poco fue siendo más apasionado, era de esos besos que te hacen olvidar donde estas, la beso como si fuese el último, Armando empezó a recorrer su cuerpo con urgencia, quería que su rastro estuviese marcado por siempre en ella, sentía como la ropa le estorbaba, y se fue deshaciendo de ella, su olor lo tenía loco, Betty era la única capaz de enloquecerlo así, ella era dueña de su cordura y locura.
Armando la recostó en el sofá de presidencia, y empezó a besarle el cuello, con sus manos jugaba con sus pezones el contacto los colocaban duros, Betty gemía disfrutaba como Armando la poseía, cuando de poseer se trataba él siempre lo hacía bien, bajo a su pecho y ahora era su lengua la que jugaba con sus pezones, era generoso con ellos, era lo que más le gustaba de Betty, solo quería darle placer, quería enloquecerla, quería sacar esa mujer ardiente que ya conocía, besaba su abdomen con dulzura hasta ir bajando a su sexo, allí se enloqueció, primero con su lengua, Betty arqueo la espalda para recibirlo mejor, al verla toda mojado empezó a jugar con sus dedos, Betty pedía más y eso hacía, nuevamente llego a su boca, se la comía a besos, quería devorarla, sus dedos seguían jugando mientras Betty los chorreaba de placer, Betty ya no aguantaba más y le pidió que entrará en ella. Armando empezó a embestirla tan duro como ella pedía, por puro placer ella cerraba los ojos, el pidió que los abriera, quería que lo viera a la cara mientras la hacía suya, mientras entraba y salía de ella, Armando movía su cintura en círculos ese movimiento ponía a mil a Betty, siempre lograba enloquecerla más, Betty sonría al verlo así, Armando era tan varonil, tan posesivo y al mismo tiempo podía ser lo más dulce y tierno, definitivamente tenía dos hombres en uno. Betty llego al clímax aferrándose a la espalda de Armando y arqueandose se dejó caer, uno segundos después Armado no aguantaba más y apretando a Betty contra su pecho llenándola de él.
Ambos se derrumbaron en el sofá, sudados, felices y desnudos, era uno de los pasatiempos adquiridos después de almuerzo.
Ar. Te amo tanto Doctora Monstruo – besaba su nariz –
Be. Yo te amo mucho más mi amor. Dijo sonriendo como una niña pequeña.
Ar. Me encanta!! Me encanta! Que me digas MI AMOR!, no sabes cuanto espere para ser tu amor, te adoro mi Betty.
Ambos se vistieron y se fueron juntos a pasar la noche en el apartamento de Armando, Betty ya vivía más allí que en su casa. Betty pensó en una mejor manera de celebrar su primer día juntos, quería algo íntimo, privado, que solo ellos pudieran recordar, así que como aquella primera vez, llegaron al Hotel Fontana.
Hicieron todo lo que sus cuerpos les permitieron casi hasta el amanecer, se habían amado de todas las maneras, el dolor de su entrepierna le recordaba lo bien que a habían pasado esa noche, lo mucho que Armando a había amado, él era ciertamente un hombre extraño, lo seguía siendo a pesar de conocerlo tanto, no podía creer cómo podía ser toda pasión en la cama, y fuera de ella una ternura, jamás se cansaría de su doble personalidad, era tosco y temperamental con los demás, pero era otro hombre solo para ella, y que eso fuese de su total intimidad, que solo ella conociera a ese Armando era el tesoro más grande que él le había entregado.
Cansados y satisfechos se fueron al apartamento de Armando quien de camino, no podía dejar de mirarla, estaba atontado por Betty. Mientras el ascensor subía Armando no podía dejar de besarla, sus labios eran su nueva adicción y jamás se saciaba, siempre los besaba con la excusa de recuperar el tiempo perdido por su error, lo cual enternece a Betty. Al entrar su estómago les recordó el desgaste de energía así que Betty decidió hacer el desayuno, Armando la admiraba desde la mesa, no pudo contenerse más y se acercó.
Ar. Creo que es momento de que nunca te vayas – Armando se acercó por detrás y la abrazó –
Be. Quieres decirme algo mi amor? Dijo cerrando sus ojos, le gustaba su voz, todo en él era sensual.
Ar. Sí! – Dijo sonriendo, la volteo y le dio un tierno beso – quiero que te quedes por siempre aquí, no quiero que te vayas más, bueno realmente lo que quiero decir, es… Te quieres casar conmigo?
Betty comenzó a llorar, ciertamente lo había soñado y jamás pensó que Armando, siendo el hombre más renuente del mundo ante el matrimonio se lo estuviere proponiendo, era algo muy irreal, sabía que la amaba, de eso ya no le quedaba duda, pero seguía siendo irreal. Se lanzó a sus brazos y lloraba de emoción no podía creer que por fin había llegado su “Y vivieron felices por siempre”, era algo inimaginable, jamás pensó en que se casaría creía que jamás viviría ese momento, pero por fin un hombre que la idolatraba se lo había propuesto, Betty no paraba de besar a Armando, por más que lo pensará imposible, la volvió a hacer a mujer más feliz de la tierra.
Continuará…
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