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¿ESTAS DISPUESTO? CAPITULO 9 – Yo Soy Betty la Fea

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 26 abr 2018
  • 12 Min. de lectura

Betty recibía el apartamento de Michel ese día en la mañana lo acompaño al aeropuerto a despedirlo, le dolía verlo ir, ya se había acostumbrado a pasar la mayor parte del día a su lado, pero al menos le daba el espacio suficiente para hablar con Armando, después iría con Cata a hablar con algunos clientes, estaba en la constructora recibiendo las llaves cuando le entro un mensaje, era Armando.

Ar. “Ya se fue?” – Betty suspiro fuerte – Armando era demasiado insistente, era demasiado él, con Michel tenía sus espacios, no era una persona agobiante, su tranquilidad era de una de las cosas que Betty más disfrutaba, Armando era tempestad, solo eso y nada más, - tenía el placer de probar los dos mundos, pensó – sonreía mientras leía el mensaje .

Be. “Si, estoy recibiendo el apartamento, apenas mire que este en buen estado te aviso”.

Ar. “Donde es?, llegó por ti”.

Be. “Tranquilo tengo el carro, prefiero que nos encontremos en otro lado”.

Ar. “Dos carros?, no mejor uno, yo te busco… dame la dirección”

Be. “Armando aquí conocen a Michel y a mí por supuesto, aquí no puedes venir, más bien dame la dirección, yo te recojo”

Ar. “Bueno, te esperaré donde Mario, recuerdas cómo llegar?”

Be. “Sí, me toco ir allá varias veces por papeles”

Ar. “Dale te espero entonces, no te demores porfa”.

Betty no respondió, no tenía nada bueno para decir, era mejor callar, la entrega y verificar el estado del apartamento le tomo una hora más, además quería pasar por algo de comer, no había almorzado y tenía un fuerte dolor de cabeza, mareos y la barriga le rugía, después de comer algo para calmar el alíen le escribió a Armando.

Be. “Ya voy en camino”

Ar. “Bueno, te espero abajo o me te anuncias?”

Be. “No quiero que me vea Mario, es suficiente con que le digas”

Ar. “Él no está aquí, salió este fin de semana a Melgar”.

Be. “El apartamento esta solo?”.

Ar. “Ajá”

Be. “Será que mejor nos vemos ahí, no creo encontrar un lugar más discreto”

Ar. “Dale ya autorizo para que te deje entrar”

Betty nuevamente empezó a experimentar dolor de estómago, esta vez eran los nervios que se hacían presente, no se acostumbrara a esa clandestinidad, era demasiado tensión para ella, hoy debía definir las cosas con Armando. Le entra una llamada, es Michel.

Mich. Hola mi amor! Que tal el apartamento?

Be. Hola mi amor, cómo llegaste?

Mich. Muy bien amor, no te llame antes porque enseguida entre a comité, pero ya terminamos, ahora vamos al club con Martín.

Be. Tranquilo amor, me imagine que estarías ocupado.

Mich. Escucho mucho ruido, estas en la calle?

Be. Si, voy saliendo de la constructora, ya entregaron el apartamento, todo bien.

Mich. Ah bueno amor, cuando lleguemos me ayudas a decorarlo.

Be. Claro que sí amor, hablamos más luego, sí? Es que voy manejando incómoda.

Mich. Dale amor, te amo.

Be. Te amo Mich. – colgaron –

Betty iba entrando al parqueadero de invitados, Armando estaba en recepción se saludaron con una sonrisa, bajo al parqueadero a recibirla.

Ar. Hola Betty – dijo tomándola por la cintura, le estampo un beso muy apasionado que no dejo a Betty reaccionar, la tomó por sorpresa –

Be. Hola Armando, cómo estás?

Ar. Ahora que te veo mucho mejor, ven esperemos el ascensor. – Betty se sentía demasiado incómoda, Armando sonreía, estaba como si nada –

Be. Recuerdo las veces que me toco venir hasta aquí para salvarte el pellejo. – Armando sonreía incómodo, le dio pase para que entrará primero al ascensor, él la siguió –

Ar. Si… a ti no puedo negarte nada.- dijo avergonzado –

Be. Así es – Armando abría el apartamento – esta exactamente a como lo recordaba, solo que tu ropa y la de otra modelo no está por ahí tirada jojojojo

Ar. Betty… vamos, no hablemos de eso sí.

Be. Tranquilo Armando, esto para mi es de lo más común.

Ar. Sé que no soy el hombre más fiel del mundo, claro en caso de que exista alguno.

Be. Pues no sé si existe el “más” fiel, pero si conozco a quien me genera más paz, tranquilidad…

Ar. Me imagino que es Michel…

Be. Te imaginas bien y precisamente de eso venga hablarte, de mi relación con Michel…

Ar. Bueno siéntate, quieres algo de tomar? – dijo sirviéndose un whiskey –

Be. Creo que no debes tomar, te necesito claro en todos los sentidos. – Armando dejo el vaso aun lado y se sentó a su lado, su mano estaba en el muslo de Betty, lo acariciaba, su mirada estaba concentrado en eso – Bueno Armando… creo que es claro para los dos que lo que hiciste en el cumpleaños de Mauricio no se puede repetir, cierto?

Ar. Sí lo sé, fue una perfecta tontería de mi parte, solo que no concibo verte con él, no sé qué me pasa, pero me descompongo al verte con él, créeme el lidiado con eso por mucho tiempo y jamás había reaccionado así.

Be. Tranquilo que no me queda duda de que eres experto en estas situaciones, pero yo no vengo a juzgarte, no estoy en posición, pero si a que dejes de comportarte de esa manera, me pones en peligro, pones en peligro lo que tengo con Michel, yo sé que también lo hago permitiendo que todo esto pase, pero no me compliques las cosas.

Ar. Lo sé y como te digo no volverá a pasar…

Be. Necesito saber si está claro que él es mi pareja y eso no va a cambiar.

Ar. Qué quieres decir? – Dijo frunciendo el ceño –

Be. Que lo nuestro solo pueden ser momentos, encuentros…

Ar. Quieres decir, que no hay posibilidad que lo dejes? – Armando empezó a enfurecerse –

Be. Armando, lo nuestro es clandestino, tú te vas a casar, no puedes pretender romper tu relación de años con Marcela por mí.

Ar. A que juegas Beatriz!!! Te he dicho mil veces que contigo esto es diferente, te lo dije mil veces!!!

Be. No te puedo ofrecer nada más Armando!

Ar. O sea y si no acepto, que pasa? – Betty guardo silencio, Armando se levantó bruscamente – TERMINAMOS?! Es eso lo que pasaría, cierto!?.- Armando se recostó a la pared –

Be. Debes tener claro las cosas, si no aceptas, simplemente no puedo continuar.

Ar. Peeeeeeeeerfecto! - Golpeaba la pared con el puño cerrado –

Be. Deja de sobre reaccionar de esa manera!!! No entiendo porque siempre tienes que tomar las cosas así!

Ar. Te he dicho mil veces que te quiero mía, solo mía, las mujeres que he tenido han sido siempre mías.

Be. Ja! No es cierto Armando, te recuerdo a Matilde Luna, tu ex novia, te acuerdas?

Ar. Qué pasa con ella? – dijo nervioso –

Be. Si no recuerdo me toco ir a buscarlo al estacionamiento diciéndole que el esposo la estaba buscando a ella y a usted para matarlos porque le avisaron que estaban juntos, si no es por mí, no estuviéramos contando esa historia, cierto?! – Armando apretaba el puño, la cien le palpitaba, estaba lleno de ira –

Ar. Siempre he sentido que tienes cierto resentimiento hacía mí, vamos que pasa ah? Es alguna especia de venganza, castigo o qué?

Be. Ninguna de esas Armando, solo que al parecer por fin te llego la horma de tu zapato, siempre anhelaste una mujer así, que no te armará show, que no se enamorará, pues aquí me tienes… no era lo que le decías cada que podías a Mario…

Ar. O sea que por alguna estupidez que dije una vez me vas a castigar…

Be. Entiende que no es castigo, es lo que te puedo ofrecer.

Ar. Está bien, sabré jugar tu juego. – Dijo tratando de convencerse – con una condición, los lugares donde nos encontremos los escojo yo.

Be. No hay problema siempre y cuando lo apruebe, no quiero ser vista contigo.

Ar. Ah! Mucha ofensa o qué? Te da pena que te vean a mi lado?

Be. No, solo que cualquier mujer que ven a solas contigo inmediatamente la asocian como tu amante y la verdad detesto las etiquetas – Betty le sonreía sarcásticamente, Armando hacía lo mismo –

Ar. Perfecto, entonces cero sentimientos?

Be. En la medida de lo posible.

Ar. Okey, listo…

Armando se lanzó sobre Betty, estaba lleno de ira, empezó a besarla, pero más bien parecía una guerra de poderes, él uno luchaba por dominar al otro, el juego les causaba gracia, les daba placer, efectivamente, Armando había encontrado la horma de su zapato, Betty amaba la tranquilidad y lo días soleados, pero la lluvia siempre era necesaria y de vez en cuando no haría daño.

Pasaron al sofá, Armando empezó a desvestir a Betty, ella rápidamente se puso encima de él y empezó a desabrocharle la camisa, Armando besaba a Betty con pasión desmedida, trataba de canalizar su ira, Betty lo tomo por la cabeza y lo guio a sus senos, Armando los mordía y ella gemía por el placer, por la corriente eléctrica que él le producía, Betty nuevamente lo detuvo y empezó a besarle suavemente, el intentaba dominar pero ella lo controlaba, bajo a su pecho con sutiles besos, acariciaba sus músculos pectorales, estaban tensos por la excitación, fue bajando hasta llegar a su ombligo y ahí lo miro, Armando sonreía, empezó a desabrocharse los pantalones, Betty bajo más y empezó a jugar con su erección, lo introdujo a su boca mientras él se volvía loco por la humedad que lo acariciaba, empezó lento y poco a poco fue incrementando el ritmo, Armando gemía, vibraba, Betty lo tenía a punto de explotar, se detuvo mientras continuaba masajeándolo, estaba a su merced, estaba literalmente entre sus manos, ella le sonreía mientras Armando trataba de recobrar el aire, Betty tomó una de sus manos y se llevó el dedo índice de Armando a la boca, su lengua jugaba con él, Armando estaba sorprendido, su último encuentro había sido más tímido, más tranquilo, era más sentimientos que pasiones, no entendía que había cambiado pero realmente no se preocuparía en preguntar, estaba extasiado.

Betty se sentó sobre el quedando de frente cruzando las piernas en su torso, y poco a poco se fue introduciendo en ella, estaba estrecha tal como recordaba, muy mojada y caliente, Armando la embestía sin apartarle la mirada, Betty sonreía y gemía, el placer era enorme, ambos estaban sudorosos, los movimientos eran cada vez más fuertes, ambos estaban a punto de correrse pero querían hacer llegar primero al otro, era una competencia de lo más rara y de la que ambos eran conscientes, lo que la hacía más excitante, Armando no soporto más y se corrió dentro de ella, Betty se soltó y empezó a venirse segundos después que él, había ganado.

Ar. Sí que me sorprendes Beatriz.

Be. Por qué?

Ar. No pensé que fueras tan apasionada en la cama.

Be. Tengo mis momentos – dijo secándose la cara –

Ar. Entonces, que hacemos ahora? Sales tu primero?

Be. Cómo así? Ya nos vamos?

Ar. Sí, voy a ver si saco a Marcela a algún sitio, minino estará hablando porque me le he perdido - Armando disfrutaba la cara de Betty, ella lo miraba duramente –

Be. Al menos ofréceme un vaso con agua – Armando se vestía, su ego seguía dolido –

Ar. Sírvete… quedas en tu casa – entro al baño –

Be. De que hablas?

Ar. Te dije que ya me voy, puedes servirte lo que quieras, yo aviso a portería y a Mario. – caminaba hacía la puerta –

Be. Porque me tratas así!? – se interpuso en el camino de Armando –

Ar. Dijiste cero sentimientos en la medida de lo posible, y adivina… soy un tempano cuando me lo propongo – meneaba la cabeza en son de burla mientras sonreía sarcásticamente –

Be. Mira Armando, dije cero sentimientos porque eres demasiado voluble e impulsivo, más no que me trataras como una puta barata… - lo miraba en busca de una reacción, Armando seguía sonriente – de paso si quieres me dejas la propina en la mesa.

Ar. Por qué? Necesitas para el taxi? Dijo sacando al billetera - Betty no soporto más y le estampo una cachetada que le torció la cara – A QUE DIABLOS JUEGAS!? ME DIJISTE QUE DEJARA DE TRATARTE COMO SI FUESES MI NOVIA, QUE ERAS LA MALDITA HORMA DE MI ZAPATO!!! – Armando la tomaba por las manos mientras la arrinconaba contra la pared –

Be. SI!!! Pero eso no significa que tienes que venir a humillarme y denigrarme, YO NO TE HE TRATADO ASÍ!

Ar. Decídete que quieras y me llamas… pero decídete DE UNA MALDITA VEZ!

Betty estaba agitada por la discusión miraba el piso, sentía venir el llanto y se dejó caer donde él la había empujado, justo antes de abrir la puerta Armando la vio, cerró los ojos y apoyo su cabeza en su puño, estaba recostado en la puerta.

Ar. MALDITA SEA BEATRIZ! YA NO TE ENTIENDO! Que quieres de mí ah? Dime… dime de una vez, quiero entenderte… - se agacho a su lado – De verás que no entiendo.

Be. Solo te pido que me trates con respeto.

Ar. Entonces por qué tenías que ser tan fría… te bastaba con decirme que no sientes nada por mí, no tenías necesidad de tomar esa actitud. – Betty lo miró por un momento y le torció los ojos, Armando inmediatamente la tomo por el mentón – No Betty, mírame, en serio, que quieres?

Be. Que dejes de celarme, que dejes de perseguirme, de estar en mi mente todo el tiempo, por qué yo sé lo que quiero y no se supone que seas tú, quiero divertirme como lo hacías tú, pero no puedo… porque para mí esto siempre fue un sueño… siempre soñé con que te enamorabas de mí… y nunca lo hiciste.

Ar. De qué hablas!? No ves donde estoy, con quien estoy?, es que acaso no escuchas las veces que te digo que no te quiero ver con él!? Dime si no he sido claro, para entonces tratar de serlo más.

Be. De la antigua Betty – Armando frunció el ceño –

Ar. Te dije que amaba tu sonrisa, que adoraba verla, me dabas tranquilidad, me hiciste creerme todo lo que tú pensabas que era, todos esos ideales que tenías de mí, siempre veías cosas que yo jamás vi, al principio pensé que era ego, pero no, me gustaba estar a tu lado, te lo dije mil veces.

Be. Pero nunca lo estuviste, solo hasta que me hice un par de arreglos.

Ar. Reconozco que no soy el hombre más valiente, pero tú me haces ser diferente. – le acariciaba el rostro –

Be. No – Betty le empujo la mano –

Ar. Pero POR QUÉ!?

Be. No quiero que me toques, no puedes decir que me quieres, que te hago ser diferente después de cómo me trataste haces unos momentos, me voy. – Betty empezó a vestirse –

Ar. ERES INCREIBLE!!! Me haces quedar para esto… siempre eres tú quien tiene la razón, tú nunca te equivocaste, si tanto soñaste conmigo, si tanto me querías, por qué nunca me lo dijiste? Por qué nunca te insinuaste!? Ahora el único malo soy yo…

Be. Crees que no sabía lo que pensabas de mí!? Por Dios… eras demasiado obvio! – empezó a caminar hacía la puerta –

Ar. No te escudes en mis errores! Tu eres otra cobarde! – Armando la apuntaba con el dedo – Betty salió del apartamento – Beatriz!! Espera!! Beeetty!

El ascensor se abrió a tiempo permitiéndole entrar y dejar a Armando del otro lado dando gritos, golpeaba las puertas del ascensor, estaba colérico, empezó a bajar las escaleras de dos escalones, ni si quiera sentía el esfuerzo, al llegar la encontró dentro del carro, se colocó justo al frente.

Ar. NO!... esta vez no te vas, no me vas a dejar con la palabra en la boca…

Be. Quítate Armando!

Ar. Tú verás si me pasas el carro por encima, pero no me voy a mover de aquí, te bajas del carro YA! No hemos terminado de hablar…

Be. Yo ya termine… - Armando cerraba los ojos y empuñaba la mano, Betty hacía sonar el claxon –

Ar. BEATRIZ! – Bajo el tono de voz cuando vio a otros inquilinos – Por el amor a Dios, bájate… - dijo casi en susurro, Betty apago el motor – por favor, bájate.

Be. Súbete, no me quiero bajar. – Armando miraba hacia arriba, de mala gana entro –

Ar. No podemos seguir así… - dijo mirándola, Betty seguía mirando hacia el frente – Si no podemos mantener esto, es mejor irnos… - Armando la miraba esperando una negativa de su parte, deseaba que le pidiera quedarse –

Be. Si es lo que quieres.

Ar. No, no… eso no es lo que quiero, pero no sé qué más hacer, tú… tú tienes un resentimiento hacía a mí que no entiendo, si me odias, ódiame y si me vas a amar, hazlo, pero las dos no…

Be. No te odio, solo que no sé si estás conmigo por bonita o por quien soy.

Ar. Yo puedo llamar a Marcela, decirle cualquier cosa, Mario no viene sino hasta el domingo en la noche, podemos quedarnos aquí y descubrirlo… - Betty lo miraba dudosa –

Be. Es que tengo más tarde una cita, es la última de la semana con Cata y unos clientes, después quedo desocupada.

Ar. Bueno yo te llevo a la cita y te recojo, si quieres…

Be. Armando…

Ar. Deja de dudar… haz las cosas y ya, no pienses tanto. – dijo tomándole las manos –

Be. Está bien, pero vamos ya que voy tarde.

Ar. En tu carro?

Be. Si… vamos!

Betty no estaba del todo convencida pero no quería pensarlo más, pensar demasiado las cosas nunca le había ayudado, él a pesar de ser tan cabeza dura era más compresivo de lo que parecía, eso le gusto, conocerlo de esa manera la hizo sentir intima a él, Armando la dejo con Cata y la recogió al rato que todos se fueron, ese fin de semana la pasaron juntos, Marcela se iría con su cuñada a la semana de la moda en Nueva York así que no fue necesario inventar gran excusa, se reconciliaron muchas veces y tuvieron sexo un par de veces más, su despedida duro otra hora más.

Betty llegó a su casa y charlo largo rato con Nicolás y sus padres como si nada, subía a la habitación y se dio una ducha, recordó la que había tomado con Armando – sonrió – se cambió y llamo a Michel, volvería en un par de días, colgó y llamo a Armando, hablaron hasta las tres de la mañana, ella se durmió el cansancio la había vencido, Armando sonrió y colgó, al día siguiente iría por ella temprano, hablarían de “negocios en el trabajo”.


CONTINUARÁ

 
 
 

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