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¿ESTAS DISPUESTO? CAPITULO 7 – Yo Soy Betty la Fea

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 26 abr 2018
  • 20 Min. de lectura


Era fin de semana, Armando y Marcela se habían tomado el sábado libre, estaban en el club, Marcela estaba en el spa con Camila, Patricia y María Beatriz que había llegado hace pocas horas de Brasil, Armando por su parte estaba con Mario y un par de amigos en la piscina distrayendo la vista y hablando un rato mientras texteaba con Betty.

Ar. “Y Michel?”

Be. “Salió, estoy en el hotel luego tengo cita con un empresario”.

Ar. “Vas a ir sola?”

Be. “Si, y tu dónde estás?”

Ar. “En el Club, podemos vernos?”

Be. “En el Club Campestre Norte?”

Ar. “Si… por?”

Be. “Allá es donde tengo la cita”.

Ar. “Si?, con quién?”

Be. “Con el doctor Ramiro Del Castillo, me citó allá”.

Ar. “Ramiro?! Y ese que quiere contigo?”

Be. “Cómo que, que quiere?, trabajo Armando por supuesto”.

Ar. “De dónde se conocen?”

Be. “Michel me lo presento la misma noche del bar”

Ar. “Debes tener cuidado, tiene fama de mañoso”.

Be. “Cálmate si?”

Ar. “Lo digo en serio… pero bueno no me hagas caso entonces”.

Michel llamo a Betty.

Mich. Amor ya estoy aquí abajo, te llevo al club.

Be. Dale amor ya bajo. – “Ya llegó Michel, hablamos luego, no me respondas”.

Armando seguía pensando en la reunión que Betty tendría con Del Castillo, él había intentado algo con absolutamente todas las mujeres del club, era buen mozo y todas terminaban cayendo, era unos años mayor que Armando y tenía varios hijos regados, no era de confiar, Betty no debía verse a solas con él, no entiende como Michel lo permite.

Ar. Mario…- lo llamo con las manos –

MC. Dígame señor presidente.

Ar. Betty viene para el club.

MC. COMO!? Esta loco Armando? Mucha boleta hermano…

Ar. Ay Calderón con quien cree que habla?, no me viene a ver a mí, por supuesto… - hizo un gesto irónico – tiene una cita hoy sábado con Ramirito Del Castillo, nada más y nada menos…

MC. Jummm…eso me huele caza, usted sabe cómo terminan esas citas de negocio.

Ar. Exactamente… por eso lo llamó, acompáñeme a la sala Lunch.

MC. Que pretende hacer ahora Armando? Oiga usted me preocupa, Beatriz lo tiene como loco, como se ve que no le camina, nunca lo había visto así, eso es muy peligroso, deje la perseguidora, Marcela se puede dar cuenta.

Ar. Por lo mismo es que usted va estar conmigo…camine!

Ambos salieron de la piscina disculpándose de los demás y fueron al vestuario para cambiarse y esperar a Betty, Mario intento disuadir a Armando pero fue en vano, estaba decidido a vigilar a Beatriz, cuando llegaron Ramiro se encontraba en le mesa a la espera de Betty.

MC. En la mesa de siempre… privada y discreta.

Ar. Si ve… Mario estoy seguro que quiere algo con ella.

MC. Quien no?

Ar. Que dijo Calderón?!!!!!

MC. Ya hombre jajaja perdón… lo que quise decir es que Betty está muy buena, es obvio que él quiere algo con ella.

Ar. Ojo con lo que dice Calderón y deje de expresarse así de ella porque lo mato, vamos entrándole al respetico.

MC. Mire mejor deje de pelear y mire que ahí viene y bien acompañada por lo que veo, esta su francés, vamos ya no hacemos nada aquí.

Ar. NO, quiero que me vea.

MC. Armando por Dios, que es lo que quiere hombre, esa es su novia, no la suya, la suya es Marcela y por cierto ahí viene, disimule.

Armando y Mario fingían hablar sobre la carta cuando Marcela junto con las demás llego.

Mar. Hola mi amor, que van a pedir? – dijo dándole un beso –

Ar. No sé, apenas estoy decidiendo con Mario.

Pat. Hola Mario…

MC. Hola patico, como andas de pérdida ah?

Pat. Pérdida yo? Ay Mario… dijo mirándolo con suspicacia – Hola Armando.

Ar. Patricia – dijo con desprecio – Marce y Camila? María Beatriz?

Mar. Están embobadas con Jaime y Hernando allá en la piscina.

Ar. Todavía ese par en esas?

Mar. Jajaja ya sabes cómo son amor. Esa que está allá no es Beatriz? – Armando se hizo el desentendido –

Ar. Donde? – Mario lo miraba con cara de chiste –

Mar. Allá, en la mesa de Ramiro Del Castillo… quien la ve, ahora que es bonita quiere recuperar años a fuerza jajajaja

Ar. Pero supongo que esta con el novio, no? – Buscaba a Michel con la mirada, no lo veía –

MC. Si yo creo que lo vi hace un rato, pero no había visto a Betty.

Mar. Pues a menos que sea invisible no lo veo, igual muy bobo haberla dejado sola con él, le doy media hora para que se pierdan. – armando ardía de celos –

Ar. Creo que lo más correcto es invitarlos a comer con nosotros, no? – dijo mirando a Mario –

MC. Sí, sí, creo lo mismo…

Mar. De cuando acá les gusta salvar a las presas de Ramiro?

Ar. Pues Marcela poco me importa las mujeres que se sientan con Ramiro, pero por Dios es Betty, no es justo que termine igual que las demás.

Mar. A mí me da muy igual, además que no pienso almorzar con ella.

Betty se estaba divirtiendo con Ramiro, era un hombre realmente muy divertido y amable, Michel lo había saludado y se había retirado, tenía otros asuntos que atender razón por la cual no acompaño a Betty.

Ram. Entonces Betty, que pedimos? Yo le recomiendo el Stroganoff con crema de leche, es mi favorito, lo puede acompañar con vino tinto.

Be. Bueno la verdad Don Ramiro nunca he comido aquí, me dejaré llevar de sus gustos.

Ram. Ya verá Betty no se arrepentirá, entonces hablando del negocio que dice?, viajaría conmigo a España para realizar el lanzamiento? Sería por un mes… yo correría con todos los gastos de transporte, estadía y comida, además de su comisión, Catalina y Michel me la han recomendado mucho y la verdad confió en ellos.

Be. Y les agradezco mucho las recomendaciones, claro que sí, igual he hablado con Michel y está de acuerdo, de hecho iríamos juntos, él visitará a su familia en Europa y el viaje me queda perfecto.

Ram. Me parece bien Betty, entonces cerramos nuestro trato?

Be. Jojojo claro que sí Don Ramiro. – Ramiro estaba encantado con Betty, además de ser inteligente era realmente hermosa y su cuerpo era divino, ella no le era del todo indiferente –

Armando no podía parar de mirar a Betty, detestaba que no lo notará, se había levantado dos veces al baño solo para pasar cerca a su mesa y aun así ella seguía embelesada con Ramiro, detestaba verla reír tanto, se veía que la pasaba demasiado bien.

Ram. Qué tal le pareció todo?

Be. Delicioso, no creo poder comer más jojojo

Ram. Le parece si damos un paseo para bajar la comida? Quiero mostrarle el lago, es precioso, ahí unas bancas cerca, siempre voy a allá cuando quiero pensar.

Be. No sé, no quiero retrasarlo, sé que tiene cosas por hacer.

Ram. Para nada Betty, además siempre apreció la buena compañía.

Be. Bueno si usted no tiene problema, entonces vamos jojojo

Ramiro se levantó primero y le abrió la silla a Betty para que pudiera levantarse, le extendió una mano y ella un poco apenada la acepto, caminando enganchados uno del otro, Betty paso justo en la mesa de Armando, Mario dejo caer un tenedor para interponerse en el camino, y parar a Betty todo orquestado por Armando claro está.

Be. Don Mario, cómo está? – dijo sorprendida –

MC. Hola Betty, bien y usted? Ramiro como le va? – Dijo levantándose y extendiéndole la mano-

Betty miro alrededor y vio a todos, la mirada de Armando era dura, como se imaginaba estaría molesto, no lo había visto pero al parecer él la tenía bastante analizada.

Ram. Armando, cómo te va?

Ar. Bien Ramiro.

Ram. Señoritas, buenas tardes- dijo saludando amablemente a Marcela y a Patricia –

Be. Buenas tardes- dijo mirando a Armando, evito la mirada de Marcela –

Ar. Buenas tardes Beatriz, que la trae por acá?

Ram. Negocios. – dijo viéndola sonriendo –

Ar. Veo… si quieren puede pasar a la mesa. – Marcela lo miro con reproche -

Ram. Gracias Armando pero será para la próxima, ya comimos, bueno no los ocupamos más, que estén bien.

Betty se sentía mortificada por la mirada de Armando conociendo algo haría más tarde fuese a ella o Ramiro, no entendía los celos de ese hombre, que empeño tenía con ella, que necesidad de posesión. Armando la vio partir de mala gana, quería ir tras ella y llevársela, pero no había manera con Marcela ahí.

Mar. Te apuesto todo a que la lleva al lago ya cayó jajaja-dijo mirando a Patricia que también reía –

Pat. Ay Marce! Es que imagínate ella apenas debe estar viviendo todo esto, debe estar deslumbrada.

Ar. No digas eso Patricia, Beatriz no es así.

Mar. Ay Armando es obvio que lo está disfrutando, no podemos negarlo Ramiro tiene carisma.

Armando quería explotar, le hervía la sangre, veía todo rojo, como podía hacerle esto, eso no podía quedarse así, Betty le producía una sensación egoísta, posesiva, era algo más allá del control de Armando, entre más difícil ella le ponía las cosas, más incrementaba esa sensación, estaba harto de verla de lejos, necesitaba sentirla y sabía que ella quería lo mismo, solo se debía dar el momento.

Betty estaba sentada en el lago, realmente era un lugar tranquilo, bastante alejado de todo bullicio, era hermoso, se respiraba otro ambiente.

Ram. Que le parece Betty? cierto que es un lugar hermoso?

Be. Tiene toda la razón Don Ramiro, es muy lindo, muy tranquilo.

Ram. Por favor llámeme Ramiro, eso de Don me hace sentir demasiado viejo.

Be. Disculpe Ramiro jojojo

Ram. Betty usted tiene una sonrisa muy hermosa – dijo mientras miraba el lago – no piense que le quiero faltar el respeto, solo que suelo ser muy sincero. – Betty se sintió apenada, se puso roja –

Be. Gracias Ramiro, aunque de conocer un tiempo atrás creo que se hubiese asustado jojojojo

Ram. Por qué dice eso?, no creo que usted allá podido ser así de horrorosa.

Be. Si le pregunto a Marcela Valencia creo que le diría que sí.

Ram. Betty, pero la belleza nunca ha ido en el físico, ser bonito y ya debe sentirse demasiado vacío, no cree?

Be. No todos los hombres piensan lo mismo.

Ram. Todos pensamos lo mismo, todos sabemos que existen tanto hombres como mujeres vacías, y sí nos llaman la atención, nos seducen, pero somos conscientes que no podrán brindar nada más, quien se conforme con una persona así es porque tampoco tendrá mucho que ofrecer.

Be. Usted cree?

Ram. Claro, estoy seguro, porque soy de los hombres que disfrutan de ese tipo de mujeres, quizás no tengo más que ofrecer, pero… por eso le hable de su sonrisa, es hermosa, y sé que debe tener la misma de siempre, cada persona tiene una sonrisa única e irremplazable, usted siempre la debe haber tenido Betty, créame, alguien la debió notar antes del cambio que dice que se hizo.

Be. Si… Michel me conoció con mi apariencia de antes, desde siempre ha estado para mí.

Ram. Entonces es un hombre doblemente afortunado, la vio renacer. – dijo sonriéndole, esta vez la veía a los ojos, Betty estaba encantada con sus palabras, era realmente un hombre muy amable, diferente –

Ramiro tenía algo que le recordaba a Armando, un aire a él, ambos eran muy bellos, pero diferentes, era más bien como la galantería, ademanes, pero Ramiro era más profundo, más sabio, eso la sorprendió, nunca imaginó que fuese así. Betty continuó hablando con Ramiro, ahora hablaban de sus viajes y negocios, era un hombre de mundo y muy gracioso, su celular empezó a sonar, era Armando, rechazo la llamada- Armando se enloqueció al escuchar que le rechazaba la llamada, cerrando el puño golpeaba la pared – volvió intentar y nuevamente se fue a buzón.

Ar. “Dónde estás? Están en el lago cierto?” Betty leyó el mensaje y se sorprendió del contenido.

Be. “Sí como lo sabes?, nos seguiste?” miraba alrededor.

Ar. “No, solo que allá siempre lleva a sus conquistas, sal de ahí, te espero en las caballerizas”.

Be. “No, estoy ocupada, contrólate Armando, sé cuidarme, hablamos después”. Armando estaba en el baño de hombres, ahogo un alarido con el puño y salió, Mario lo seguía con la mirada, Marcela hablaba con Patricia.

MC. Entonces? Vamos un rato a las caballerizas?

Ar. No, todavía no, más tarde….

Mar. Pensé que ya nos íbamos amor.

Ar. No amor, quiero cabalgar un rato, pero quiero reposarme un rato más.

Mar. Bueno amor, yo si te dejo, nos vemos en la noche entonces, iré de compras con Patricia. – Ambas mujeres se despidieron –

MC. Qué pasó? Lo batearon de nuevo?

Ar. Me dice que sabe cuidar solo, que estaba ocupada – dijo intentando remedarla –

MC. A mí eso ya no me está cuadrando Armando, yo creo que debe dejar las cosas así, quizás Betty no quiere con usted, a veces eso pasa – dijo con una sonrisa cínica –

Ar. Porque no deja de decir idioteces?! Más bien acompañe a buscarla ni crea Ramirito que se quedará con ella, no se la va a quedar!! – dijo golpeando la mesa –

MC. Será que deja el berrinche? Nos están viendo hombre… - Mario sonreía apenado mirando alrededor –

Al llegar al lago se dieron cuenta que ya no estaban, Armando pensó lo peor, seguro estaba de camino a algún hotel, seguro ya estarían juntos, la sangre le hervía.

MC. Cálmese, seguro van camino Bogotá, llámele y verá que le contesta. – Armando miraba con odio, llama y seguía sin contesta, estrello el celular contra el suelo –

Ar. Si ves Mario… MALDITA SEA!! SE LA LLEVO!!!

MC. No Armando, ambos conocemos a Betty, ella no haría eso…

Ar. NO LO HARÍA!? A VER DIGAME ENTONCES DONDE DIABLOS ESTA!?

MC. Sssshhh!!! Armando por Dios reaccione!!! Deja de andar formando tanto escandaló, escríbale a ver… - Armando escribía con todas sus fuerzas, presionaba fuerte el celular en sus manos, el celular temblaba por la presión –

Ar. “Betty, donde estás?!”

Be. Estoy en las caballerizas, esperándote…” El alma le regreso al cuerpo, Armando corrió a las cabellerizas y la vio acariciando a los caballos.

Ar. Por qué no me avisaste?

Be. Acababa de llegar cuando me escribiste, donde pensaste que estaba?

Ar. Es que fui al lago y no estabas y pensé…

Be. Pensaste que me había seducido? – Armando bajo la cabeza –

Ar. Si…

Be. Armando qué clase de mujer crees que soy?

Ar. Perdóname, no pienses mal, no creo nada malo de ti, solo que no soporto verte con otro hombre y menos con él, sabiendo como es, me basta con Michel.

Be. Para qué querías verme?

Ar. Además de verte, de tenerte cerca… hablar.

Be. Bueno hablemos – dijo sentándose sobre el heno –

Ar. Aquí?

Be. Sí, donde más?

Ar. Pues no sé, podemos ir aún lugar más íntimo.

Be. Armando que te he dicho sobre eso?, no me siento cómoda.

Ar. Está bien… solo que aquí me conocen y a Marcela también.

Be. No puedes hablar con una amiga?

Ar. Amiga?, Okey… pensé que habíamos pasado esa etiqueta. – Betty sonrió – Armando indignado miraba al lado contrario, se mojaba los labios, ese gesto Betty lo conocía bien, era física rabia con un toque de desespero.

Be. Sabes… vayamos mejor a otro lugar, al parecer este te pone de mal humor, a lo sumo creo que tener como hora y media, Michel vendrá por mí.

Ar. Puedes decirle que se ven en Bogotá? Que te llevaron? Me queda más difícil ir y volver.

Be. Ya veremos…

Armando nervioso caminaba a lado de Betty, Mario los veía de lejos hablaba con varios conocido, sonrió y siguió conversando como si nada, Betty se agarraba la mano izquierda con la derecha, miraba al piso, Armando también pero de vez en cuando alzaba la cabeza para saludar a uno que otro conocido con un gesto de cabeza, al fin llegaron al estacionamiento, le abrió la puerta del carro y salieron.

De camino iban en total silencio de fondo sonaba la canción del maestro Armando Manzanero “Nada Personal”, ambos sonrieron, básicamente eso definía su extraña relación, la melodía los fue relajando, seguían sin mirarse.

Ar. Betty le parece esta posada? Tiene un restaurante abierto al público y es lo más cerca que hay al club – Betty lo miro con malicia – No me mire así Betty, de verdad, si quiere puedo seguir buscando pero es lo más cerca.

Be. Parquee le creo.

Ar. No de verdad puedo seguir manejando, no hay problema.

Be. Parquee.

Se bajaron y le dispusieron una mesa, era un lugar bastante modesto, sencillo, Armando ya lo había visitado un par de veces, conocía bien el sitio.

Be. Bueno, de qué quería hablar?

Ar. Betty…yo sé que usted tiene una imagen de mí, que sé que me la he ganado, pero no quiere decir que no tengo otra parte que no conozca, mire, si me pregunta el por qué con usted es diferente le respondo la verdad, no lo sé, simplemente no lo sé, pero con usted tengo ciertos impulsos, arranques que jamás había sentido y estoy tratando de entenderlo, no sé si me logre explicar…

Be. No Armando, la verdad no te entiendo.

Ar. Me refiero, a que siento cosas por ti, siempre he sentido cosas por ti, cuando eras mi asistente, las cosas que me decías – Betty bajo la cabeza – la forma en que me mirabas, siempre me hacía sentir importante, y decía que era mi ego el que necesitaba de ti, pero no Betty, era yo… solo que no me permitía aceptar eso, yo siempre te he visto como un ángel, como una mujer única, dulce, real…

Be. Si me veías así por qué nunca te acercaste de esa forma?

Ar. Por qué no me parecía apropiado y…

Be. Porque era fea… no nos digamos mentiras Armando.

Ar. NO BETTY! las cosas no son así, déjeme explicarle…

Be. No Armando, no son así, pero si lo eran… por eso me tratabas tan diferente a las demás, para las otras tenías solo halagos, cortejos, buenos tratos, a mí solo me gritaste, me humillaste y me usaste… siempre existí en tus crisis, en nada más… cuando la Betty inteligente te servía, la fea siempre la desechaste. – los ojos de Betty se llenaban de lágrimas –

Ar. No… por favor no llores, mira yo te puedo explicar – Armando agarraba sus manos, ella se soltó y se limpiaba las lágrimas – No era tu físico, siempre me mortificó por el que dirá la gente.

Be. Te da pena que te vieran conmigo, no?

Ar. No, es más que eso… yo no tenía ningún problema en salir contigo.

Be. El problema era tu imagen, no? – Armando bajo la cabeza – no te preocupes, te entiendo.

Ar. Betty por favor… no digas eso, tenía otras cosas en la mente, eran otras cosas que me importaban, no he dicho que en poco tiempo he podido madurar, no es verdad, pero pienso diferente, hay cosas que simplemente me dejaron de importar.

El celular de Betty sonaba, era Michel.

Be. Hola amor – Betty sonreía, Armando se incomodó –

Mich. Aun estas con Ramiro? Estoy algo atrasado y está lloviendo súper fuerte, por allá llueve?

Be. Esta el cielo súper oscuro amor, pero no llueve, yo todavía estoy ocupada, si quieres te aviso para que pases por mi o no sé si me voy con Ramiro, él se ofreció.

Mich. Bueno igual yo no tengo problemas en ir por ti, de todas maneras estamos hablando, dale?

Be. Bueno amor, te amo, chao!

Mich. Te amo. – Colgaron – Armando miraba el suelo, sentía una presión en el pecho.

Ar. Viene por usted?

Be. Quedo en volverme a llamar.

Ar. Entonces Betty… me cree? – la expresión de Armando se veía sincera, realmente sentía angustia –

Be. Y si le creo, que pretende?

Ar. Usted sabe lo que siento… pretendo demostrárselo.

Be. Armando… - miraba hacia abajo, suspiró y lo volvió a mirar – Tengo novio, Michel no merece nada de lo que hice o que estamos haciendo, no tengo por qué engañarlo, no me ha dado razones, no tengo argumentos.

Ar. Betty tu sientes cosas por mí.

Be. Yo siempre te quise Armando, por eso me permite esos besos, porque por mucho tiempo fantasee ese momento y me deje llevar por ese sentimiento, por ese anhelo de hace tantos tiempo, pero no puedo volver a lo mismo, no puedo ofrecerte una relación, ya la tengo.

Ar. Entonces te vas a negar vivir esto…? Por qué sé que lo deseas tanto como yo, no te pido que lo dejes, solo te pido que estés conmigo.

Be. Eso que me propones es demasiado peligroso Armando.

Ar. Intentémoslo. –Betty miraba la mesa, negaba con la cabeza – por qué?! POR QUE!? Si quieres… por qué te niegas!? Perdón… no debí gritar… perdón…- Betty lo miraba melancólica –

Armando se lanzó sobre ella, empezó a besarla, ella luchaba por separarlo, él la pego más a su cuerpo, Betty lo empujaba con las dos manos, Armando no se detenía, hasta que ella fue cediendo, empezó a responderle los besos, sus manos ya no lo empujaban los acercaban, lo apretaban contra su cuerpo.

Ar. Por favor, no me niegues esto… - Betty miraba su pecho, estaba agitado – lo quieres tanto como yo, no te pido que decidas, solo veamos qué pasa, por favor!

Be. Tú te vas a casar…

Ar. No me importa ese matrimonio y lo sabes, sabes perfecto que no amo a Marcela.

Be. Entonces por qué no la dejas?

Ar. No hablemos de ella, hablemos de nosotros Beatriz… déjame quererte… déjame mostrarte lo que siento.

Armando pidió una habitación y subió con Betty a ella, su mano estaba helada, Betty estaba nerviosa, se le había hecho nudos el estómago.

Be. Armando mejor vámonos… - La callo a besos, la abrazo fuerte, y a acostó en la cama, la besaba sin invadir el resto de su cuerpo, estaba concentrado solo en sus besos, en comerlo los labios, esos dulces y suaves labios, comerle esa sonrisa que adoraba, se había centrado en eso – Betty se aferraba en su espalda, Armando le despertaba mil emociones, pronto su miedo se convirtió en adrenalina, el peligro que sentía era como una adicción.

Ar. Me encantas Beatriz – dijo sin dejarla de besar – me encanta tu sonrisa, lo mejor de ti siempre ha sido esa sonrisa, iluminabas mi mañana con ella, adore y adoraré por siempre tu sonrisa.

Be. Mi sonrisa? – Betty recordó la charla con Ramiro –

Ar. Es lo más hermoso de ti y es lo que más extrañe. Armando empezó a desabotonarse la camisa, mientras la seguía besándola, ver su torso desnudo la apeno, era la primera vez que lo veía así, era una imagen digna de ver, Armando era todo un adonis, realmente era hermoso, apasionado, varonil.

Armando comenzó a bajar y besaba el cuello de Betty con mucha delicadeza, y pronto empezó a quitarle la blusa, separando sus labios por un instante de su cuerpo, al ahora estar el torso de ella descubierto lo empezó a besar, Betty sintió vergüenza, quería taparse pero él no se lo permitió, las ansias, su mirada borro todo rastro de pudor, Betty se dejaba recorrer por Armando, pronto la sentó y la miraba como perdiéndose en el café de su mirada, y le quito el sostén, su lengua jugaba con sus pezones y mimoso la besaba, Betty acariciaba su cabello, Armando daba vueltas y vueltas a su lengua mientras ella iba incrementando el sonido de su respiración, bajo un poco más y acaricio con ombligo el tacto le dio cosquillas, eso lo hizo sonreír, nuevamente la acostó, la tenía a su merced, recordó aquella sensación de poder que ella generaba, le era realmente placentera, y le quito los jeans, Armando se bajó los pantalones, ambos quedaron en ropa interior, la erección de Armando había mojado gran parte de su bóxer, Betty se ruborizo al notarla por encima de la tela, aun acostada Armando se montó encima de ella y comenzó a besarla, con una mano le tapaba los ojos y con la otra le tocaba su intimidad que acaba de desnudar y dejar expuesta a él, le encantaba lo que veía, estaba muy mojada, le encantaba la sensación en la palma de su mano, el calor que despedía, Betty gemía fuerte, su cuerpo temblaba, su abdomen se contraía.

Ar. Puedo entrar. – ella asintió agitada –

Armando se bajó el bóxer quería explotar dentro de ella, a punto de entrar Betty lo detuvo.

Be. Tienes condón? – La pregunta lo desconecto – reviso su billetera, siempre cargaba con uno.

Ar. Si. –se lo coloco y nuevamente empezó a jugar con los pezones, Betty estaba erizada, no aguantaba más.

Armando entro sin previo aviso y ella gimió al primer contacto, Armando era certero en cada una de sus estocadas, le encantaba la expresión de Betty, le encantaba su sonrisa de placer, verla gozar fue su electro shock, Betty empezó a entumecerse inclinaba su espalda, estaba llegando, al verla correrse Armando dejo de aguantar y se derramo dentro de ella, ambos estaba agitados, pero Armando no estaba dispuesto a darle descanso, ella se veía vulnerable, frágil, agotada, al ver que él seguía erecto se sorprendió.

Be. No llegaste?

Ar. Si pero pide más. – Dijo sonriendo – esto provocas, te dije que te lo demostraría.

Armando la volteo y la coloco en cuatro, esta vez sería menos dulce, sería más apasionado, más posesivo, abrió sus piernas y nuevamente entro, sentirlo, su ir y venir volvió a prender a Betty, quien estaba toda mojada, su cuerpo estaba erizado, la sensación le llegaba directo al pecho, nuevamente Armando la cabalgaba, fuerte y preciso, Betty pedía más, Armando esta vez demoro menos tiempo y se tumbó en su espalda, ella se corrió al tiempo, ambos cayeron en la cama, Armando se derrumbó al lado de ella, sonreía, jamás había hecho algo así, siempre le tomaba tiempo sobre ponerse, pero con ella, con su Betty se despertaba todo su cuerpo, cansados por la faena ambos cayeron dormidos, acurrucados en cucharita.

Armando despertó primero, tenía sed, al ver la hora se sobre salto, tenía mil llamadas pérdidas de Mario y Marcela, Betty dormía a su lado, sobre saltado la despertó, ya eran las siete de la noche, durmieron por seis horas.

Ar. Betty!!! Despierta!!!! – confundida y algo adormitada le sonrió – Betty son las siete de la noche!!!

Be. ¡COOOOMO! – Betty brinco y empezó a cambiarse, su estómago nuevamente estaba frío, no quería ni ver su celular – Michel me va a matar, ahora que le digo… se va a dar cuenta Armando, te lo dije!!! Te lo dije!! No debo estar aquí! – Betty empezó a llorar, estaba descontrolada, los nervios la habían atacado –

Ar. Cálmate, pensemos si?, Nadie se va a dar cuenta, déjame llamo a Mario.

Be. Mario sabe? –Armando la miro con ironía – claro, obvio que sabe…

Ar. Hermano que pasó? Me quede dormido…

MC. Hasta que aparece Hermano, le dije a Marcela que estábamos tomando, que luego llegaba que usted estaba en el baño.

Ar. Bueno menos mal…

MC. Menos mal? Armando eso fue hace dos horas… usted como se le ocurre perderse así!

Ar. Bueno ahora no me vaya a reclamar y que más le dijo? – Mientras Betty revisaba sus llamadas y mensajes, Michel, sus papás, Cata, las del cuartel todo el mundo la buscaba, empezó a sentir ganas de vomitar –

MC. Nada!! Que le voy a decir… no le he contestado desde entonces, prepárese para la cantaleta.

Ar. Bueno, yo… yo te llamo para contarte después. - Al voltear Armando ve a Betty con los ojos llenos de lágrimas, la mano en la boca mientras leía el celular – que paso Betty?

Be. Todos creen que me pasó algo, Aura María me dice que Michel está llorando, cree que estoy herida, ya llamaron a Don Ramiro, dijo que me dijo en el club al medio día y que no me vio más, Armando todos se van a dar cuenta, Michel se va a dar cuenta, no tengo excusa para salir de esta, nada que me puedan creer.

Armando también estaba desesperado, no sabía que inventarle a Marcela, nunca se había perdido tanto, al menos tenía a Mario de soporte, le preocupaba Betty.

Ar. Tranquila algo se me ocurrirá, necesito que confíes en mí, bueno? No conteste…apágalo.

Be. Apagarlo?! Pero será peor…!

Ar. No, no, mira… podemos decir que se te perdió o que te lo robaron, ven vámonos ya! Ahora en el camino te explico, creo que se me ocurrió algo para ti, yo después veré que le digo a Marcela.

Armando le explico que a Betty la historia que se le había ocurrido todo el camino la hizo ensayarla, al ir llorando sería creíble, ella lloraba por desespero y terror pero le toco asumir esa mentira contar la verdad sería imperdonable, con Marcela sería más fácil sabía controlarla.

Be. Pero no puedo botar mi celular, me costó demasiado.

Ar. Eso es lo de menos, yo te compro otro, el mismo si quieres… tira ese!

Be. Aquí!?

Ar. Si Beatriz, es la única forma.

Armando manejaba como loco estaba desesperado por dejar a Betty en su casa, quedaron en dejarla unas cuadras antes de la casa de su papá, les quedaba más cerca y tendrían una mejor excusa.

Be. Déjame aquí Armando me quiero bajar ya…

Ar. No Betty espérate, está muy solo, más cerca…

Be. No Armando, en serio, déjame acá ya no aguanto más.

Ar. Está bien, tienes claro lo que vas a decir?

Be. Si…

Ar. Bueno, espero que esto no dañe el día de hoy Betty porque a pesar de esto, del miedo, para mí es muy especial - Armando la besó –

Be. Armando créeme que para mí también lo fue, pero hablamos de eso después.

Ar. Mira, yo tengo este celular es algo viejo, lo cargo encima por si algo le pasa a este, prometo darte uno nuevo pero no quiero estar incomunicado contigo, mientras servirá, listo?

Be. Bueno…

Ar. mi número es el único que está guardado – dijo tomándola por el mentón – tranquila sí, todo va a salir bien, antes de llegar te hago un recarga, escóndelo bien, bueno?.

Betty asintió y se despidió de él dándole el último beso de esa noche, camino a su casa, las piernas le temblaban al tocar el timbre salió su papá, verla le produjo gran alivio, la abrazo.

DH. Dios mío hija gracias a Dios apareciste, pensé lo peor Betica, pensé… - las lágrimas lo embargaron doña Julia ya los acompañaba.

DJ. Mamita, Michel se acaba de ir, dijo que iba a la policía, donde estaba hija?

Be. Mamá imagínate que cogí un taxi en vista que Michel no me llamaba, no tenía minutos y no tenía a donde llamarlo, así que pedí un taxi y – Betty empezó a llorar les conto a sus papás que el taxista la había atracado y dejado a su suerte, justo como había ensayado con Armando, lloraba, pero era por ver a sus padres tan afectados, si antes eran sobre protectores, ahora sería peor –

Don Hermes llamo a Nicolás quien pronto se comunicó con Michel, al escuchar que Betty estaba en casa fue un alivio para él, llego volando en su carro.

Mich. Dios mío amor, no te imaginas todo lo que he pensado, son las horas más difíciles por las que he pasado en toda mi vida… no te hicieron daño amor? – dijo abrazándola, Betty le oía el corazón lo tenía acelerado – no te volveré a dejar sola, perdóname amor, la lluvia retraso todo y cuando llegue me dijeron que te habías ido, y después tu celular no sonaba, Dios me imagine lo peor – Michel lloraba, tenía toda la cara roja y los ojos también de tanto llorar ese día – discúlpame.

Be. No amor, discúlpenme ustedes, por mi terquedad me paso esto, pero tranquilos que estoy bien –Betty se sentía pésima, jamás había llegado a mentir de esta manera, se sentía una porquería de persona –

La noche paso rodeada de mimos de parte de sus papás y novio, las del cuartel fueron avisadas y quedaron más tranquilas, Cata llamo a Michel y le paso a Betty hablo largo rato con ella, prefirió no contarle nada, ya todo había pasado, había quedado en susto.

La historia con Armando era otra, Marcela había hecho una de sus típicas escenas, como siempre hablo de la humillación que tuvo que pasar llamando a todos para saber de su paradero, él sabía calmarla y lo consiguió, pasaron esa noche tomando chocolate y viendo películas en la cama.

Más tarde esa noche Armando le escribió a Betty, aprovecho que Marcela estaba dormida.

Ar. “Como va todo?, acá todo está bien”

Be. “No he podido dormir, me creyeron pero me siento demasiado mal”

Ar. “No te sientas así, te prometo no volverá a pasar”.

Be. “Descansa, no me respondas”.

Michel se había quedado a dormir en casa de sus suegros, claro que un cuarto diferente, Betty le respondía el mensaje a Armando desde el marco de la puerta de la habitación donde Michel dormía, nunca lo había visto tan preocupado, no era justo lo que le había hecho pasar a todos, pero aunque sonará feo tampoco se arrepentía.


CONTINUARA.

 
 
 

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