¿ESTAS DISPUESTO? CAPITULO 19 – Yo Soy Betty la Fea FINAL
- Fan YSBLF !
- 5 may 2018
- 12 Min. de lectura
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Michel estaba muy contrariado y discutía constantemente con Betty, aún no estaba muy de acuerdo con irse a París se sentía en la obligación por su error, además que no quería estar lejos de sus padres y cambiar drásticamente la vida para Jean Pierre no estaría bien, en varias ocasiones había tocado el tema con Michel y siempre terminaba en discusión, era lo justo, pero no dejaba de dolerle dejar todo lo que por tanto tiempo había conocido y amado, en Bogotá se enamoró por primera vez, tuvo amigas incondicionales, sabía que de irse no las volvería a tener y tener que arrancar a Armando tan abruptamente de su le dolía, no pretendía tener una relación con él a estas alturas estaba más que claro pero eso no lo hacía menos doloroso.
Armando vivía constantemente angustiado, incluso en su propia empresa se sentía angustiado por tener que encontrarse a Michel más por Betty que por él, pues era consciente que cualquiera de sus acciones repercutiría en ella, aunque le gustase o no, el destino de ella dependía de Michel.
Betty estaba en casa de sus padres, hablaba con Doña Julia, le contó sin pelos en la lengua lo que había sucedido con Armando, al principio fue muy dura y estaba indignada por la actitud de su hija, no la reconocía, pero tampoco le parecía justo el destierro que Michel tenía planeado.
DJ. Mamita quiero que sepa que no estoy de acuerdo con nada de lo que hizo mi Betty, no entiendo como usted se fue a meter con ese señor mija, sabiendo cómo era y más que estaba por casarse, pero bueno creo que ha sufrido ya bastante por eso, sé que su conciencia no la deja tranquila, pero mamita no puede aceptar irse tan lejos, imagínate cuando tu papá se entera, se va a morir mamita…
Be. Yo sé mamá pero Michel está empecinado en eso, yo la verdad no me siento con la moral de contrariarlo más creo que ya he hecho suficiente.
DJ. Si pero Michel no está pensando bien las cosas Betty, eso es pura rabia hija, él adora a su hijo y sabe que ese cambio a esa edad sería fatal para él, además no está pensando en nosotros, sus papás están con su hermana allá, pero tú eres hija única mi Betica – lloraba – no puede arrebatarte de nuestras vidas así.
Be. Cálmese mamá, no se preocupe, yo tengo que convencerlo, sé que ahora me quiere a metros de Armando y entre más distancia entre nosotros se sentirá más seguro, pero tiene que entender que no solo me está alejando de él.
Betty y Doña Julia se abrazan, Betty había ido por consuelo pero ella termino consolando a su madre, sabía que ella perdonaría cualquiera de sus errores, pero el tener que irse para otro continente no lo soportaría, mucho menos Don Hermes, a pesar de tener una fachada de hombre duro, era muy sensible y moriría de tristeza no cabía duda.
Michel estaba en la oficina de su abogado, estaban cuadrando el contrato final para la venta de acciones de Ecomoda.
Mich. Doctor una pregunta… Si deseo solo vender cierta parte y la otra pasarla a nombre de mi hijo, aún es posible?
Abogado. Bueno Señor Donel habría que llamar al comprador a ver si está de acuerdo pero eso retrasaría las negociaciones y por ende el papeleo.
Mich. Lo sé, estuve analizando el comportamiento de Ecomoda en los últimos años y siempre ha sido una empresa que incrementa el valor de sus acciones y la venta de estás me dejaría una buena ganancia, pero me es más rentable mantener un ingreso, podemos analizar los porcentajes?
Abogado. Claro, entonces deme un momento y llamo al Doctor Calderón y les cancelo la reunión, le parece?
Mich. Por favor.
Armando estaba a espera de la llamada de Michel y el envió del contrato, ni si quiera le interesaba leerlo, solo quería firmar y salir corriendo, moría por ver a Betty.
Ar. Mario y nada que llama este tipo, mira la hora que es y nada que confirma, a qué juega?!
MC. Paciencia hermano, sabes que estos trámites son demorados, además para dónde vas? Cuál es el afán?
Ar. Sabes que no quiero estar aquí cuando llegue, no soporto ver a ese tipo.
MC. Créame tu tampoco eres su persona favorita jajaja – el teléfono de presidencia sonó, era Sandra –
Ar. Diga.
San. Don Armado llaman al Doctor Mario es el abogado de Don Michel Donel, le paso?
Ar. Si por favor – Le entrego el fijo a Mario –
MC. Hola doctor, aquí esperándolos, paso algo?
Abogado. Don Mario mi cliente desea vender solo una parte de sus acciones las otras va a pasarlas a nombre de su hijo, me pidió que le informara que la reunión queda aplazada a nueva orden.
MC. Veo… bueno Doctor solo es que nos llamen nuevamente y se realiza todo el trámite.
Abogado. Bueno, no estaremos comunicando, que este bien. – Colgaron –
Ar. Ahora qué paso Calderón?
MC. Su amigo decidió no vender todas las acciones si no solo algunas y el resto pasarlas a nombre de su hijo, cómo le parece? No lo odia tanto después de todo…
Ar. – Armando lo miro con odio – Entonces, será que no se van?
MC. No lo sé, eso sí le toca preguntárselo a Betty directamente…
Ar. - lo miro sorprendido – de qué habla?
MC. No nos hagamos los bobos Armando, de no ver a Betty usted se estaría muriendo y déjeme decirle que no anda nada melancólico, oiga por cierto… usted nunca le entrego el diario… - lo miraba con malicia –
Ar. Y ahora que se va mucho menos Mario, sería lo único que me quedaría de ella.
MC. Bueno por lo menos no negó que se ven… ya está confiando en mí, nada que averigua quien la mando la foto al francés?
Ar. Nada… pero estoy casi seguro de quien fue, necesito verla para estar seguro.
Betty almorzaba junto a sus padres e hijo, habían dejado a un lado la discusión.
Be. Ya vengo, voy a llamar a Michel, quiero saber si ya firmaron los papeles.
Mich. Alo?
Be. Ya firmaste los papeles?
Mich. No, estamos renegociando, me voy a demorar algo más.
Be. Qué paso? Se echó para atrás?
Mich. No las voy a vender todas, las voy a pasar a nombre de Jean Pierre y el resto las vendo.
Be. Uhmmmmm…Okey.
Mich. Hablamos después. – Al colgar Betty recibió un mensaje de Armando –
Ar. “Hola, crees que nos podamos ver?”
Be. “Si, todavía esta con el abogado”.
Ar. “Te parece si nos vemos en el apto de Mario?, es más seguro”
Be. “Bueno, pero no me puedo demorar…”
Ar. “Dale, voy saliendo, me avisas…”
Be. Mamá puedes venir un momento – Don Hermes las miraba curioso –
DJ. Dígame mamita.
Be. Voy a salir pero Michel no puede enterarse que no estoy acá, si llama le dice que estoy con Nicolás.
DJ. Ay mamita sabe que a mí no me gusta mentir, para dónde va?
Be. Voy a solucionar las cosas de una vez por todas.
DJ. Qué va hacer Betty? – dijo preocupada –
Be. No se preocupe mamá, sabré que hacer… - Betty se despidió de su hijo y don Hermes sin darle mayor explicación al igual que la con doña Julia, nadie podría saber de su encuentro con Armando –
Armando ya estaba en el apartamento de Mario, tomaba whiskey, se sentía intranquilo, estaba ansioso. Betty llego rápido, había tomado un taxi, sin bajarse llamo a Armando para confirmar que estuviese esperándola y ya la hubiese anunciado.
Be. Hola…. Estoy abajo, ya me anunciaste?
Ar. Si sube.
Betty paso a portería se registró y subió por el ascensor, iba nerviosa, pensaba en todo los posibles escenarios de ese encuentro y ninguno dejaba de ser doloroso. Armando la esperaba con la puerta abierta, estaba recostado al marco de la entrada, al ver al ascensor abrirse le sonrió, ella le correspondió.
Ar. Betty! Hola!
Be. Hola Armando… - lo miraba dulcemente – Paso al apartamento, ambos se miraban tímidamente.
Armando extendió sus manos y la abrazo, no tenía nada más que agregar, eso era lo único que necesitaba de ella, fue de las sensaciones más bellas que había experimentado, ella lo apretaba más fuerte a su cuerpo, Armando empezó a besarla, la arrincono dejando caer su peso en ella, ella lo besaba con la misma pasión, caminaron por toda la habitación sin dejarse de amar hasta llegar al sofá, allí cayeron mientras juntos desvestían al otro, hicieron el amor tan dulcemente como ninguno lo había hecho jamás, la atmosfera era melancólica, Armando trajo una sábana para cubrirla, desnudas y sentados empezaron hablar.
Ar. Supe que Michel no va a vender todas las acciones, no se van?
Be. Si nos vamos, no me ha dicho lo contrario ni por qué decidió no venderlas todas.
Ar. Necesito pasar la noche entera contigo…
Be. Sabes que no puedo Armando, sabes perfecto a que he venido
Ar. Entonces me dejas! –dijo dando la espalda, Betty brinco del susto –
Be. Deja de reaccionar así, sabias que algún día terminaría.
Ar. Pero no quiero! No quiero! No tienes por qué seguir con él, tu no amas a Michel!
Be. No puedo dejarlo Armando y lo sabes…
Ar. Por qué!?
Be. No puedo destruir mi familia por algo que no es seguro…
Ar. Entonces terminamos!!! No te importa…! – Betty le tomo el rostro, mientras levemente forcejeaba por zafarse de sus manos –
Be. Mírame… Armando, mírame. – Abrió los ojos e inmediatamente salieron sus lágrimas, contra eso era realmente porque luchaba – Yo te adoro Armando, pero contigo tengo más miedos y dolores, con Michel no, con él tengo un hogar…
Ar. Pero puedo cambiar, por ti puedo hacerlo…
Be. Debiste cambiar antes Armando, ahora es demasiado difícil para mí.
Ar. Entonces al menos quédate, no te vayas del país, quédate, prefiero verte así, al menos sé que estás bien.
Be. Tratare de no irme, pero no nos podremos volver a ver, no de esta manera – Armando empezó a cambiarse, tropezaba las lágrimas no lo dejaban ver bien, estaba furioso por la terquedad de Betty, lo lastimaba demasiado – qué haces? Nuevamente pretendes dejarme sola?
Ar. Me quiero ir, no tengo nada que hacer aquí, lo único que tú quieres es despedirte y yo me niego a hacerlo…
Be. Así quieres que sea entonces? – Betty lloraba a cantaros –
Ar. Sabes que no, me niego a renunciar a ti, estoy dispuesto a todo por ti, ahora eres tú quien no lo está, te ganan los temores, eres una cobarde Beatriz, esto no se hace… - Armando se tapaba la cara con las dos manos, le dolía mucho el pecho, sentía quebrarse, no podía para de llorar –
Be. Perdón – Cayó ante él de rodillas – Es lo mejor para los dos.
Ar. – Armando la miraba altivo, dolido – No puedes hacerme esto y pedirme perdón como si nada – se arrodillo a su lado –
Ambos estuvieron así un rato más, se miraban en silencio, todo estaba dicho y no había nada que agregar, nada que cambiará lo que pasaba.
Be. Tengo que irme, Michel puede llegar en cualquier momento, se supone estoy en casa de mis papás. – Armando la miro con reproche –
Ar. Betty no… por favor aún no. – Armando la abrazo por la espalda –
Be. - Sus rostros se acariciaban – Bueno, déjame llamar.
Betty llamo a su mamá quien le dijo que Michel aún no había llamado, le dijo que estaría un poco demorada, doña Julia estaba nerviosa pero aun así no le pidió explicaciones.
Be. Al parecer aún está ocupado, no ha llamado.
Ar. Estás segura que esto es lo que quieres, son mis errores los que te alejan y lo entiendo perfectamente, pero crees que esto es lo mejor para nosotros?, porque estas decidiendo también por mí.
Be. No hablemos más de eso, por favor.
Ar. Okey. – Armando la abrazo y la llevo al balcón estaba lloviendo, el día conocía perfecto el sufrimiento que había en esos dos corazones, conocía su dolor y lo honraba, estaban abrazados, llorando en silencio, mirando lejos pero sintiéndose –
Pasaron la tarde haciéndose mimos, ya lo físico no les provoca, ahora solo querían amarse en alma, Armando cocino unas pastas y sirvió vino para acompañarla.
Be. Te quedo muy rico, gracias.
Ar. De nada amor. – Betty le dio una mirada sorpresiva y cargado de ternura – No te sorprendas, eso eres Beatriz, eres mi amor. – Betty lloraba sin musitar ningún sonido, la mano en su boca los ahogaba –
Armando al verla llorar se dio la vuelta y la acompaño, ahora lloraban juntos pero no envueltos, nadie salía ganando en esa situación, nadie se sentía triunfador, Armando se fue al baño a lavarse la cara, Betty aprovecho y le escribió una nota en una las servilletas, la envolvió y la coloco junto a las llaves de su carro, no quería que se fuera sin leerla, se sentó de nuevo en el comedor, mientras se limpiaba las lágrimas.
Armando le sonrió fingía, eso era lo que menos tenía ganas de hacer, estaba perdiendo a la mujer que le despertó amor, ternura, despedía a su ángel, sentía un dolor inmenso, pero le sonreía, porque ella se merecía un adiós feliz, ella le correspondió con la misma falsa alegría, se levantó y lo abrazo fuerte, como si de ese abrazo dependiera su vida, justo en ese momento y como si de una burla del destino se tratará entro la llamada de Mario, rompiendo aquel bello momento, con ira boto el celular pero Mario era insistente y rindiéndose contesto.
Ar. Que!?
MC. Armando… hermano, Marcela esta en urgencias…
Ar. Pero que le paso?!
MC. La encontraron inconsciente, al parecer tiene demasiado alcohol en la sangre, tuvo una sobredosis – Armando miraba aterrado a Betty –
Ar. Dónde la tienen?
MC. En la Clínica San Germán.
Ar. Gracias Mario. – Colgó - Debo irme, Marcela esta inconsciente.
Be. Vete – Nuevamente los ojos de ambos se llenaron de lágrimas, Armando estaba lleno de ira – Te amo.
Ar. – Fruncio el ceño – Te amo – Armando le dio un último tierno y apasionado beso – Armando estaba aferrado a ella, no quería soltarla – Beatriz…yo… yo siento este abrazo como esos abrazos de despedida, siento como cuando uno va al aeropuerto y se despida de la persona a la que ama y jamás la va a volver a ver.
Be. Así es.
Betty salió primero, un taxi ya la esperaba, al montarse le entro una llamada de Michel.
Mich. Dónde estás?
Be. Hola Michel.
Mich. Voy saliendo a buscarlos, están listos?
Be. Si, pasa cuando quieras.
Mich. Bueno - Colgó –
Betty llego a tiempo, se limpió las lágrimas y entro con una de sus más bellas sonrisas, Michel llego un par de minutos después.
Mich. Buenas! Hijo… cómo vas?
Be. Michel tenemos que hablar… - Caminaron a la ante sala –
Mich. Dime.
Be. No quiero irme para París, no puedo dejar a mis papás solos, soy lo único que tienen.
Mich. Betty eso lo hablamos después…
Be. Mi respuesta será la misma y no dejaré que te lleves a Jean Pierre, puede que en esta vida haya cometido muchos errores pero mi hijo no pagará por ninguno, nos quedamos, digas lo que digas.
Mich. Okey, nos quedaremos – Michel la miraba extrañado, se veía diferente –
Armando llego pronto al hospital, Marcela tenía un como etílico, además lo había mezclado con algunos tranquilizantes, permaneció varios días en observación hasta que despertó, Armando estaba junto a ella.
Ar. Cómo estás? –Marcela comenzó a llorar – Qué pasa?
Mar. No quería verte sufrir más pienso que si moría era lo mejor que te podía pasar-escucharla hirió a Armando, jamás se había detenido a ver el daño, que años tras año le había causado y ella solo guardaba silencio, nunca se la había merecido –
Ar. No digas eso, tu muerta nunca sería un alivio, Marcela – lloraba – perdóname. – La abrazo fuertemente mientras ambos se consolaban –
Armando salió a buscar algo que tomar, Marcela le había pedido agua, al salir había tomado la nota de Betty, reconoció su letra tenía miedo de leerla, dudo en abrirla y por fin leyó.
“Armando,
Nunca te lo diré de frente, pero créeme sufro al dejarte porque no quiero hacerlo, te he amado por muchos años y hoy te abrazo, te doy un beso cargado de todo ese amor, te lo entrego todo y esa será mi despedida, yo también sé que es estar con la persona más querida y aun así estar lleno de tristeza y temores.
Siempre te llevaré conmigo, donde este, hoy y siempre,
Betty”.
Estaba totalmente desconsolado, no podía creer que palabras tan llenas de amor le dolieran tanto, la había perdido para siempre, nunca jamás besaría sus labios, su Betty se había ido y nunca tendría retorno.
Los días pasaron y Marcela fue dada de alta e ingresada a una fundación para aliviar adicciones.
Betty y Michel fueron felices por muchos años, decidieron no tener más hijos, su felicidad fue a medias, Michel no volvió a amarla con la misma intensidad a Betty le paso igual, se amaron toda su vida a medias, Michel murió mientras dormía junto su esposa e hijo a la edad de 75 años.
Armando y Marcela repararon su relación, parecían más amigos que esposos, pero a ambos les funcionaba, Armando se encontró casualmente a Betty un par de veces, pero nunca se acercaron, solo si miraban hasta desaparecer, Armando murió de un paro al corazón, su salud venía delicada por el estrés que manejaba además de sus altas y constantes rabietas, Betty lo acompaño en sus últimos por petición de Armando, Marcela lo permitió.
Armando y Betty no lo entendían pero sus bocas eran como dos heridas que al besarse se cerraban, eran los únicos capaces de cerrarlas y abrirlas tantas veces quisieran, ellos eran dueños del otro, sus miradas se besaron a lo largo de su vida las veces que coincidían, los días se convirtieron en noches y las noches en meses, y así se despidieron pero seguían llevándose por dentro.
Jean Pierre fue un gran diseñador de modas, resulto ser gay, Ana heredo la empresa de su padre siempre guiada por Marcela, Betty paso sus últimos años con su hijo quien se hizo cargo de su mamá hasta su último día, meses después de su muerte encontró varios diarios en su habitación en el cual se relataba toda la historia de su vida, Jean Pierre lloro amargamente al conocer el amor imposible de su madre y como por él lo abandono, como sus miedos y la constante idea de una familia ideal le arrebato al hombre que más quería, ese día entendió que los amores no se miden por la duración, sino por su intensidad y de allí lo eterno.
FIN!!!!!!!!!!!
Que triste historia de Amor