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¿ESTAS DISPUESTO? CAPITULO 18 – Yo Soy Betty la Fea

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 5 may 2018
  • 10 Min. de lectura

Betty se acaba de levantar, ese día se tomaría el día para estar con su hijo y en la tarde con sus papás necesitaba tiempo en familia, además era la excusa perfecta para alejar a Armando, estar con ellos la despejaría, mientras bañaba a Jean Pierre su celular empezó a sonar, tenía varias llamadas perdidas de Michel, justo cuando iba a marcar recibió otra llamada de él.

Be. Hola mi amor!

Mich. Hola, cómo va todo en Bogotá?

Be. Muy bien amor y por allá?

Mich. Bien, extrañado realmente…

Be. Qué paso?

Mich. No sé me llamaron a preguntarme si seguíamos juntos.

Be. Por qué alguien haría eso?

Mich. Dímelo tú, al parecer te has vuelto muy íntima de Armando Mendoza. – Betty quedo fría – Entonces te vas a quedar callada Beatriz.

Be. La gente mal interpreta las cosas, si estamos saliendo mucho pero es por trabajo, tú me pediste volver.

Mich. Segura? Por qué no sabía que necesitabas ayuda para caminar, mira el mensaje que te envié – Era una foto de Betty y Armando tomados de la mano –

Be. Michel te lo puedo explicar mira…

Mich. No pienso hablar de esto por celular, cuando llegue hablamos.

Be. Amor…

Mich. No te atrevas a llamarme así Beatriz.

Be. Michel escúchame por Dios…

Mich. Sí te voy a escuchar pero cuando este en Bogotá– Colgó en seco –

Betty temblaba por fin Michel se había enterado, no tenía ni idea de quien le había podido decir, fue muy descuidada estas últimas semanas, sentía frio el estómago, sentía nauseas, sudaba a frio, el corazón el martillaba en el pecho.

Armando estaba con Ana y Marcela recibiendo a sus papás en el aeropuerto cuando recibió la llamada de Betty, al principio la rechaza pero al ver su insistencia se preocupó.

Ar. Beatriz buenos días – Se dio cuenta que no estaba solo – cuénteme qué paso?

Be. Le enviaron una foto a Michel donde salimos agarrados de la mano, ni si quiera quiso hablar conmigo por celular, dijo que hablaremos de frente, no sé cuando llegue.

Ar. Cómo así? Y Cuando viene? Quieres te este presente? Puedo explicarle, no sé…

Be. Nooo!, ni se te ocurra venir empeorarías las cosas, yo hablo con él, necesito primero saber que tanto le dijeron, no me atrevo hablar, estoy temblando.

Ar. Cálmate si quieres nos vemos en la tarde puede sacar tiempo e ir a verte…

Be. No Armando no por favor, solo no te entrometas más – Betty colgó dejándolo con la palabra en la boca, sus padres lo miraban curiosos de su conversación, Marcela caminaba adelante con Ana –

Rob. Problemas con la empresa?

Ar. Tranquilo papá no tiene nada que ver con Ecomoda.

Betty llevo a Jean con sus abuelos, no les dio mayor explicaciones, necesitaba estar a solas con Michel, tenía el presentimiento que llegaría muy pronto y no sería una discusión fácil.

Armando estaba ansioso y preocupado, quería saber cómo le estaba yendo a Betty pero ella había dejado más que claro que no quería hablar con él y la verdad no sería lo más prudente, caminaba de un lado a otro en su estudio con un vaso de whiskey en la mano, pensaba en aprovechar esta oportunidad e iniciar una nueva vida al lado de Betty, quizás a ella le costaría verle el lado bueno pero tarde que temprano lo haría además estaba más que seguro que el francés no la perdonaría y más si ella le contaba toda la verdad.

Betty estaba en su apartamento pensando en todos los posibles escenarios, sentía ganas de llorar, de gritar, de huir, pero no podía, tenía que darla cara, su error había pasado por demasiados años en silencio y era momento de ser sincera, de decir la verdad si está era su única salida, pero que tanto sabía Michel, dependiendo de la información que él manejará era todo lo dispuesta que estaría a hablar, no era justo, pero era lo mejor, siempre hay verdades que son innecesarias.

Michel llego al Dorado y tomo un taxi sin si quiera preguntarle cuanto le cobraría, no tenía ganas de hablar con nadie, estaba demasiado dolido por todo lo que le habían dicho, no tenía ni idea pero recibió un mensaje junto con la foto de un remitente desconocido y por más que llamo jamás contestaron, no supo quien era.

El mensaje decía_ Tu esposa está más que dedicada a Ecomoda, esta entregada en cuerpo y alma a su presidente, pregúntale sobre su amor eterno. [FOTO]

Michel había releído toda esa noche el mensaje, intentaba entenderlo, detallo la foto tanto como pudo, su expresión relajada, su cercanía, su comodidad, su complicidad, esto no tenía poco tiempo, se mortifico pensando desde cuando este par le veía la cara, Michel había llorado hasta el cansancio en total silencio, no le dijo nada a nadie, primero quería escucharla a ella, sentía vergüenza de su engaño, solía llenarse la boca diciendo siempre la gran mujer que tenía a su lado y quizás ya todos sabían los enormes cuernos que tendría montado, como siempre el bastardo de Mendoza había logrado una conquista, como era posible que Betty hubiese caído en ese juego, ella más que nadie conocía la clase de hombre que era, quizás lo conoce demasiado bien. Michel miraba por la ventana del carro sin si quiera reparar realmente lo que pasaba a su alrededor, solo lloraba tratando de entender.

Betty se asomaba cada tanto al balcón, quería verlo llegar, su angustia iba en incremento, sentía una gran necesidad de hablar con él, de abrazarlo y que escuchara sus razones Michel jamás la perdonaría, desesperada y muerta en llanto lo llamo.

Be. Michel? Alo? Mich?

Mich. Dime.

Be. Cuando vienes?

Mich. Pronto.

Be. Déjame explicarte por favor, las cosas no son así… mira yo te puedo asegurar.

Mich. Ahora que suba hablamos. – colgó –

Betty estaba aún más ansiosa, saber que ya había llegado realmente no la alivio, por el contrario incremento su malestar, sentía mareo, dolor de cabeza, náuseas, escalofrió, jamás se había visto en una situación similar, recordó aquella noche en que se escapó con Armando después del club, recordar eso la hacía sentir asquerosa, al fin Michel abrió la puerta, Betty lo miro impaciente, no se movió de la silla donde estaba.

Michel estaba con los ojos y el rostro rojo de tanto llorar, verlo así le destrozo el corazón a Betty, se sentó frente a ella y le lanzo su celular, Betty leí el mensaje.

Mich. Léelo en voz alta.

Be. Pero…

Mich. Léelo!

Be. Tu esposa está más que dedicada a Ecomoda, esta entregada en cuerpo y alma a su presidente – Betty hizo una pequeña pausa para mirarlo, Michel se llevó el puño cerrado a la boca – pregúntale sobre su amor eterno. – Su voz se quebró l final –

Mich. Qué amor eterno?

Be. Amor mira las cosas no son como lo dicen aquí…

Mich. Limítate a responderme. – Miche lagrimeaba –

Be. Estuve enamorada de Armando cuando era su asistente pero él nunca lo supo, fue realmente la razón por la cual me fui de Ecomoda, pero cuando te conocí a ti…

Mich. Cómo lo supo? – Dijo interrumpiéndola bruscamente –

Be. Cómo supo?

Mich Si Beatriz, como supo lo que sientes por él.

Be. Cuando nos volvimos a ver él empezó a textearme y una cosa lleva a la otra y le conté.

Mich. Qué llevo a qué? Me hablas claro una vez en tu vida? Gracias!

Be. Pero no son necesario los detalles…

Mich. A mí me encantan los detalles – dijo en tono sarcástico mientras se limpiaba las lágrimas – Betty le conto todo excluyendo las veces que se acostaron.

Be. Entonces, cuando me pediste volver a trabajar allá te insistí en que no por él, pero volvimos a vernos y empezó de nuevo a escribirme y yo él, pero no paso gran cosa de verdad… lo de la foto fue un solo día y el intento besarme pero yo le dije que se fuera.

Mich. Jajaja o sea que es mi culpa?

Be. No, no digo eso… solo te digo lo que paso.

Mich. No paso nada más?

Be. Nada más… de verdad Michel, mira no sé que pretendía, sé que fui una estúpida pero no quiero perderte, perdóname por favor – lloraba desconsolada a los pies de Michel –

Michel la levanto y la tomo por sus dos brazos y la sentó.

Mich. No vuelvas a hacer eso por favor, no tienes por qué arrodillarte.

Be. Pero quiero que me perdones, sé que no lo merezco, sé que no merezco nada de ti y si decides odiarme lo tengo más que merecido.

Mich. Dónde está Jean Pierre?

Be. Con mis papás… - Michel se levantó y tomó las llaves del carro, caminaba hacia la puerta – vas por él?

Mich. Si, necesito verlo.

Be. Quieres que me vaya? Puedo ir recogiendo las cosas y quedarme donde mis papás.

Mich. Está es tu casa no tienes que irte para otro lado.

Be. Entonces te vas tú? – Dijo llorando y tomándolo por el brazo –

Mich. Por qué quieres que me vaya? – la miraba duramente –

Be. No, no quiero que te vayas…. Quiero que estés aquí, con nosotros…

Mich. Entonces ya vuelvo

Be. No déjalo allá, hablemos, no quiero pelear frente a él.

Mich. Lo siento Betty pero creo que he escuchado suficiente. – Michel tiro la puerta y dejo a Betty a solas llorando desconsolada en el sofá –

La angustia estaba matando a Armando, veía desde el estudio de su padre a Ana jugar con sus abuelos, Marcela seguro ya estaría acostada y bajo llave bebiendo, cada vez iba de mal en peor, al no tener noticias de Betty y buscando ser prudente le envió un mensaje.

Ar. “Me tienes preocupado, apenas puedas llámame”.

Be. “Sé acaba de ir”. Al leer inmediatamente la llamo pero Betty la rechazó.

Ar. “Contesta!”.

Be. “No es momento, yo te escribo, chao”. Armando era en el momento la persona con la que menos quería hablar en todo el mundo, no le echaba la culpa de su situación pues no la tenía, pero estaba dolida por cómo cayó tan fácilmente en esa situación.

Michel lloraba mientras conducía, no podía creer el dolor que eso le causaba, decidió frenar, no era bueno manejar en ese estado, se parqueo frente al parque del barrio e hizo una llamada.

MC. Alo?

Mich. Hola Mario, mañana va mi abogado a Ecomoda, voy a vender mis acciones.

MC. Qué paso Michel?

Mich. Tú conoces mejor la situación que yo- colgó – Mario supuso que algo sabría de la relación de Betty con Armando.

Al fin llego por Jean Pierre que al ver a su padre corrió a sus brazos, hablo un rato con sus suegros sin darles mayor explicación sobre su estado, ellos quedaron muy preocupados pero entendieron que debían ser muy prudentes, a su momento se enterarían.

Mario llamo a Armando para informarle de la decisión de Michel.

MC. Armando hecho a perder ese negocio hombre… Michel era una pieza con varios de los negocios que estamos iniciando.

Ar. Por Dios Mario yo no necesito esto ahora, si? Ya demasiado tengo con la situación…

M. y Betty, has sabido algo de ella?

Ar. No quiere hablar conmigo, al parecer está bien.

MC. No me quiero imaginar cuando se entere Marcela… sus papás… por Dios Armando que hizo!

Ar. Hablamos después, no estoy para esto… - Armando seguía bebiendo, era lo único que le pasaba –

Michel llego al parque que había visto hace unos minutos y empezó a jugar futbol con su hijo, Jean Pierre siempre lograba subirle el ánimo, mientras corría de un lado a otro sonó su celular.

Be. Hable con mi mamá me dijo que salieron ya hace un rato, pensé que les había pasado algo.

Mich. Estamos bien.

Be. No vienes?

Mich. Más tarde… Jean Pierre! Ven… te dejo tengo que estar pendiente de él.

Betty estaba sentada en su balcón mirando lejos mientras lágrimas tras lágrimas recorrían su cara, tenía una fuerte migraña, se levantó a buscar una pastilla, al ir al refrigerador vio la nota que acostumbraba a dejar Michel por cada viaje

“No importa donde esté, yo siempre los llevaré conmigo, te amo mi linda Betty, gracias por traer tanta felicidad a mi vida, Jean y tú son mi mayor bendición,

Te amo,

Un francés enamorado”.

Tomo la carta y fue a su cuarto a recostarse, sabía que no podría dormirse pero no tenía nada más por hacer.

Michel llego muy tarde esa noche, fue a cine con Jean Pierre, comieron helados y pizza traía un poco para Betty, mientras cargaba a su hijo, al abrir la puerta lo hizo con mucho cuidado para no despertarlo.

Be. Qué tal la pasaron?

Mich. Bien está dormido.

Be. Ven yo lo acuesto.

Mich. Tranquila tengo días sin hacerlo, no me molesta, te traje pizza.

Be. Gracias. Podemos hablar?

Mich. No. Voy a dormir en la sala.

Be. Si quieres me paso yo.

Mich. Como crees…no. – Acostó a Jean y tomo su almohada y una sábana, esa noche durmió en el sofá –

A la mañana siguiente Betty se levantó muy temprano entre abrió la puerta del cuarto, desde allí podía ver a Michel dormir, ella por el contrario paso muy mala noche, incluso en el peor de sus momentos la bondad de Michel no desparecía, se sentía demasiado culpable.

Jean Pierre acaba de levantarse y corrió al cuarto de sus padres, ver a su papá en el sofá lo confundió, sin entender la situación fue y lo despertó.

Jean. Buenos días papi, qué haces aquí?

Mich. Dormir mi amor.

Jean. Estás molesto con mamá?

Mich. No hijo, solo que mamá ronca mucho y no me dejaba dormir jajaja

Jean. Jajajajaa

Be. Buenos días, como amanecen?

Mich. Buen día, el semblante de Michel era serio.

Jean. Hola mami, papá dice que roncas mucho. – Betty lo vio y le sonrió como agradecimiento, Michel asintió –

Mich. Hoy voy a salir desde temprano, voy a ir con Mauricio me va a ayudar con la venta de mis acciones en Ecomoda, le voy a entregar el poder para que se haga todo el trámite. – Betty seria asintió – llame a Annette… me conseguirá una casa en París, hay que hacer los trámites de Jean Pierre.

Be. Te vas? – Dijo con los ojos encharcados –

Mich. Nos vamos.

Be. Hijo puedes ir un momento al cuarto por favor – Betty le dio un beso en la frente – vas a alejar a Jean de mí?

Mich. Si te quieres quedar es tu derecho, yo hablo de los tres.

Be. Es decir que no me dejas? – El corazón de Betty corría a mil –

Mich. No lo sé, el tiempo lo dirá, por el momento sé que te quiero cerca. – Michel esbozo una sonrisa casi imperceptible que para Betty fue suficiente –

Michel seguía igual de frio, Betty le daba su espacio, estaban preparando lasaña, Betty se percató que hacían falta algunos ingredientes y se ofreció a comprarlos, él no se opuso. Betty estaba en la sección de verduras, cuando sintió que la llamaban era Armando.

Ar. Donde te has metido? Te he llamado mil veces…

Be. – Paranoica miraba alrededor – Armando por favor aquí no, no puedo hablar contigo.

Ar. Qué pasa? me vas a alejar? En serio insistes en eso?

Be. De cosa Michel se quedó en la casa Armando, ya debes saber que está a punto de vender sus acciones, no quiere saber nada de ti, ni de Ecomoda.

Ar. Y tú no quieres saber nada de mí?

Be. Como supiste que estaba aquí?

Ar. Estaba a fuera de tu edificio, necesitaba saber de ti.

Be. Armando por favor… no.

Ar. Dame un día al menos, me entere por Mario que te vas del país.

Be. Armando…

Ar. Betty dame un día por favor.

Be. No voy a poder verte, Michel siempre está pendiente.

Ar. Vamos… una hora. – Armando estaba suplicante, se veía indefenso –

Be. Mañana va a ir a Ecomoda a firmar los papeles para la venta de las acciones, tenemos a lo mucho una hora, entonces nos veremos.

Ar. Sí pidió que no estuviese en la venta, yo firmo los papeles antes de la junta y me voy.

Be. Bueno, chao. – Betty tomo lo que le hacía falta y salió corriendo del lugar –

CONTINUARÁ…

 
 
 

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