¿ESTAS DISPUESTO? CAPITULO 17 – Yo Soy Betty la Fea
- Fan YSBLF !
- 5 may 2018
- 11 Min. de lectura
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Armando y Betty se seguían viéndose frecuentemente para almorzar, seguían con su juego de niños, se tomaban de la mano como dos adolescentes, él la acompañaba a todas las citas con proveedores y organizadores del evento, era la única excusa que encontraron. Betty se encontraba con Mario Duarte un cantante al que pensaban contratar para el lanzamiento cuando recibió una llamada de Michel.
Mich. Amor… tengo malas noticias.
Be. Qué paso? No me asustes…
Mich. Me toca quedarme un poco más en Cartagena, me salieron varios imprevistos con Hernández.
Be. Algo en lo que pueda ayudarte?
Mich. No amor, pero no quería que se alargara tanto, los extraño…
Be. Y nosotros a ti mi amor – Se sintió incómoda al decirlo – Jean Pierre solo pregunta por ti todas las noches, le haces mucha falta mi amor.
Mich. Te llamo más tarde para darles las buenas noches, dale?
Be. Listo mi amor, te amo. – fue sincera –
Mich. Te amo mucho mi Betty. – Colgaron – Armando había escuchado toda la conversación, resignado sonrió al ver que Betty lo miraba –
Ar. No te preocupes, debo hacerme a la idea, es normal, tranquila.
Be. Hubiese preferido que no escucharás.
Ar. Fue mi imprudencia, tranquila, ven – le dio su mano – nos esperan. Nuevamente caminaron tomados de la mano.
Pasaron la tarde comiéndose un helado, Betty no podía parar de pensar en Michel, le era extraño comportarse de esa manera con Armando.
Be. Tengo que irme, Jean Pierre ha pasado mucho tiempo con mis papás y Michel nos va a llamar más luego, debo estar con él.
Ar. Yo te llevo.
Be. Mejor tomo un taxi, no quiero que nos vean más tiempo junto del necesario.
Ar. Pasamos juntos prácticamente todo el día, qué pasa?
Be. Me da miedo todo esto Armando, se siente bien pero…
Ar. Pero nada, yo te llevo ya te dije, no hemos hecho nada que este mal, no te compliques, vamos – Nuevamente la tomo de la mano –
De camino a Palermo Betty iba en silencio, Armando noto que nuevamente estaba rara, incomoda.
Ar. Betty… mira no estamos haciendo nada malo, estamos haciendo las cosas bien, no te sientas mal.
Be. Entonces por qué no se siente bien?
Ar. Qué quieres que haga? Haré lo que me pidas.
Be. Y si quiero que te alejes, lo harías? –Armando frunció el ceño, la pregunta lo había herido –
Ar. Lo aceptaría. – Dijo mordiéndose el labio – Llegaron a la casa de Palermo, Armando estacionó.
Be. Entonces, mañana nos vemos, verás que nos irá bien en el lanzamiento.
Ar. Entonces me alejo? – Dijo mirándola muy confundido –
Be. No lo sé, hablamos de eso después, chao.
Ar. Chao – suspiro –
Betty paso esa noche con sus papás, Nicolás y Jean Pierre a la espera de la llamada de Michel, cansada llamo un taxi para irse a su casa, de camino sonó el teléfono.
Mich. Hola mi amor.
Be. Hola mi vida, como te termino de ir hoy?
Mich. Bueno mucho mejor, Jean?
Be. Aquí a mi lado, vamos de camino a la casa, pensé que ya no llamarías.
Mich. Justo me acabo de desocupar pásamelo amor…
Michel hablaba con Jean Pierre mientras él se ponía al día con su hijo, Betty iba viendo la ventanilla, vio a Marcela Valencia en un restaurante con Armando y Ana, se veían felices, bajo la mirada, no soporto ver más de un par de segundos, acariciaba el cabello de su hijo.
Jean. Ya te la pasó papá.
Be. Entonces amor, cuando vienes?
Mich. Todavía tengo varias juntas, creo que me tomará un par de días más.
Be. Bueno, cuídate mucho… y come por favor, mira que siempre te estás mal pasando.
Mich. Estoy comiendo mi amor jajaja de verdad…
Be. Eso espero amor, te amo.
Mich. Te amo, chao.
Betty durmió en su cama con Jean Pierre, empezó a analizar su vida, era tranquila y feliz, tuvo problemas como en todos los matrimonios, pero era feliz, nunca había tenido quejas con Michel, al lado de su cama había un retrato de los tres con un Jean más pequeño e igual de bello, la tomo y empezó a acariciar el rostro de Michel, lo extrañaba.
Al día siguiente era el lanzamiento de Ecomoda, Armando estaba especialmente nerviosa más por Betty que por la colección, casi no había hablado ese día pues ambos se habían mantenido ocupados en sus asuntos, aunque siempre se daban una que otra mirada.
Be. Inesita le puede por favor decir a Don Hugo que lo necesitan los de sonido, sabe que a mí nunca me hace caso.
Ines. No se preocupe mijita ya le colaboró.
Be. Gracias – dijo dándole un tierno abrazo –
MC. Betty dónde anda Armando?
Be. Ni idea Don Mario, mira a ver si esta con las modelos – Betty no hizo gesto alguno –
MC. Gracias Betty. – Al entrar efectivamente Armando estaba allá pero esta vez peleaba con Mónica uno de sus últimos romances –
Mon. Pero Armando no me puedes hacer esto!!! Te desapareciste todas estas semanas y ahora simplemente no soy parte del show.
Hugo. Y que esperaba? Se aburrió… yo se lo advertí pero al parecer son una descerebradas y no entienden si no a golpes!
Ar. Bueno me dejan la gritadera!! Esto no tiene nada que ver contigo o conmigo, viniste tomado al desfile y no te quiero aquí, te me largas… Hugo llame a Jenny dígale que reemplace a esta boba y no se habla más! –Armando salió rabiando cuando se encontró en la entrada con Mario –
MC. Qué fue?
Ar. Mónica Agudelo me tiene cansado!! Tengo años que no se de esa viaje, yo me gano unas locas hermano!
MC. Oiga… Betty me aviso que usted andaba por acá, será que eso le hizo gracia?
Ar. Ella fue la que me aviso del escándalo de la boba esa…!
MC. O sea que si andan de amiguitos… sin derechos, me imagino.
Ar. Porque más bien deja de andar de idiota y me dice que quiere de una vez!
MC. Calmado…! Lo que pasa es que tenemos un problema con Mario Duarte, al parecer aún no se le ha cancelado y dice que si no hay pago del cincuenta por ciento no se presenta.
Ar. Ay hombre se me paso girarle, llame a Teresa ella tiene la orden.
MC. Teresa dónde está?
Ar. Cómo que donde esta? En Ecomoda… donde más!
MC. Dejeme decirle querido presidente que no se ha presentado en todo el día, pensé que estaba aquí.
Ar. Queeeeeeeeeeeee!? – Betty iba camino, escucho el grito de Armando –
Be. Que son esos gritos Armando, qué paso?
Ar. Teresa no aparece y no se le ha pagado a Mario Duarte y no se va a presentar, el cheque lo tiene Teresa… - Dijo con su típica expresión de ogro-
Be. Cálmate, ella me está haciendo un favor con la luces, por eso no está en Ecomoda, yo tengo el cheque, toma Mario. – dijo sonriendo –
MC. Perdón es que no sabía.
Be. Tranquilo, igual no dije nada… venía avisarte justo ahora. Bueno Armando ya me voy a cambiar, tengo que estar aquí junto a ti y a Marcela para recibir a los invitados, por favor puntualidad.
Ar. Vamos yo te llevo…
Be. No tranquilo traje el carro – Armando la miro confundido no entendió la mirada que le acababa de dar – Chao Mario – dijo dándole un beso – Ya sabes Armando ambos aquí súper puntuales – Le dio un beso y le tomo la mano como era un gesto de costumbre entre los dos – Chao, respondieron ambos en coro –
MC. Me huele a que lo batearon mi querido presidente.
Ar. Deje de hablar bobadas y más bien lleve el cheque, camine a ver…
Llego la noche y tal como lo planearon el trío esperaba a los invitados al lanzamiento en la entrada, Marcela se veía impecable como siempre, pero si la mirabas bien te dabas cuenta de su soledad, Betty y Armando por el contrario estaban muy sonrientes y gustosos de pasar abiertamente juntos esa noche.
Mar. Armando me traes un whiskey por favor…
Ar. Vas a tomar tan temprano Marcela?
Mar. Te pedí reproches o whiskey? Ya no recuerdo… - Betty se sentía incómoda –
Be. Ya se lo traigo doña Marcela. – Armando y Betty cruzaron miradas incómodas – Mesero me puedes traer té con un toque de whiskey, gracias.
Mesero. Claro que sí – Lo sirvió y Betty lo llevo, de lejos se veía como Armando manoteaba a Marcela, sus peleas usuales –
Be. Permiso- Betty dio una mirada de reproche a Armando – Tome doña Marcela, no lo traje puro porque aún no está dispuesta la cristalería pero le traje este coctel tiene whikey.
Mar. Está perfecto Betty, gracias. –En esos momentos llegó Daniel Valencia –
Dan. Hermanita que semblante tan bueno tienes hoy, por lo menos estas sobria, Armando qué tal?
Ar. Danielito… que desgracia verte y yo que me había acostumbrado a tu ausencia.
Dan. No puedes vivir por siempre en un idilio.
Mar. Daniel saluda a Beatriz, la recuerdas? – Daniel no la reconoció –
Dan. Su cara me es familiar, pero no puedo creer haberla olvidado, de donde nos conocemos?
Be. Jojojo – Al escuchar la risa Daniel reaccionó – Como esta Doctor?
Dan. Disculpe Betty, una pregunta… no le dolió?
Be. Jojojo para nada, por el contrario lo disfrute… - Armando se empezaba a enojar –
Dan. Claro cualquier precio o sufrimiento es justo para transformarla de esa manera, no cree?
Ar. Mira Daniel Valencia no te permito que insultas a Betty… te me largas ya!! – dijo empujándolo –
Mar. Cálmense los dos!!! Daniel por favor a eso has venido? Déjala en paz…
Dan. No me vuelvas a poner una mano encima, yo no soy ninguno de tus payasos…!
Mar. BASTA! - Betty guardaba silencio – Marcela se llevó a Daniel aparte para seguir con el sermón.
Ar. Betty discúlpelo, usted sabe la clase de tipo que es Valencia.
Be. Tranquilo Armando, ya estoy acostumbrado a sus insultos, no te dejes afectar, en serio…
Ar. Sabes que no todos pensamos igual que él, cierto?
Be. No te preocupes, en serio… no me afecta nada de lo que él tenga para decirme y sé que no piensas igual.
La noche continúo con tranquilidad, Marcela como siempre había bebido mucho, Armando y Betty se la pasaron juntos toda la noche atendiendo los invitados.
Cam. Hermano, puedes venir dos segundos por favor. – Armando de disculpo con Betty y los empresarios –
Ar. Dime Cami.
Cam. Me voy a llevar a Marce, ya está medio pesada y sabes que esos espectáculos no convienen hoy…
Ar. Camila pero yo todavía no me puedo ir….
Cam. Tranquilo, lo sé, solo te estoy avisando… - le dio un beso y se llevó a Marcela –
Ar. Bueno creo que estamos por terminar, esperamos que se vayan los últimos y nos vamos, yo te llevo.
Be. Traje mi carro Armando.
Ar. Betty por favor, déjame llevarte si?
Be. No es mejor que te vayas con Marcela.
Ar. Ya se fue… estaba muy borracha.
Be. Tienes que hablar de eso con ella, se ve muy mal, muy triste Armando.
Ar. Lo he intentado pero ella se molesta y me empieza a gritar y bueno yo también le grito y sabes lo demás…
Be. Tienes que esforzarte más entonces…
Ar. Me estás alejando? Porque eso siento…
Be. Eso no lo es que estoy haciendo, no te pongas paranoico en serio, solo estoy cansada no pasa nada.
Ar. Entonces vamos en tu carro… yo le digo a Freddy que lleve el mío a mi viejo apartamento.
Be. Aún lo tienes?
Ar. Si…
Be. Ya me imagino para qué… - Betty sonreía con complicidad –
Ar. Hey… qué pasa?
Be. Jojojo nada solo bromeo
Ar. Entonces, vamos?
Be. Y a dónde me pretendes llevar ahora? Todo está cerrado…
Ar. Algo debe haber abierto…
Be. Bueno vamos… siempre logras convencerme – dijo mirando hacia arriba –
Ar. Jajaja es mi súper poder.
Armando la abrió la puerta del carro a Betty, al sentarse la abertura de su largo vestido verde dejo ver sus hermosas piernas, esas que tanto recordada, Betty se dio cuenta y pronto se tapó con la misma falda, Betty iba titiritando en el asiento del pasajero, Armando subió las ventanas.
Ar. Tienes frio?
Be. Si algo. – Armando freno en un semáforo en rojo y le dio su chaqueta, tenía su olor impregnado –
Ar. Mejor?
Be. Si - dijo acurrucándose –
Recorrieron media Bogotá en busca de un lugar donde tomar y no encontraron nada, Armando ya se estaba rindiendo, cuando encontró un pequeño bar, no era muy elegante y muy poco de su gusto.
Be. Aquí? Uhmmmmm..
Ar. Es aquí o en mi apto y no creo que quieras ir… o sí?
Be. Prefiero tu apto me siento más segura… - dijo riendo –
Ar. Lo dices en serio? – La cara de incredulidad de Armando era toda una obra –
Be. En serio… que no jojojo mejor llévame a la casa Armando por favor ya es tarde, dejemos la salida para mañana, además estoy cansada jojojo mira ya está lloviendo
Ar. Bueno, vamos… - Al llegar Armando recordó aquella vez que Betty lo vio con Karina, sintió un punzón en el pecho – Al entrar al garaje subterráneo se fue la luz.
Be. Lo que faltaba… - Tienes algo que me ilumine, no encuentro mi celular. – Armando la iluminaba con el suyo – ambos buscaban a tientas en la oscuridad el celular de Betty – se arrodillaron frente a sus asientos y se inclinaron sobre ellos para buscar el celular
Las manos de Armando y Betty se encontraron en la oscuridad, Armando la tomo fuerte.
Be. Esa es mi mano jojojo que haces?
Ar. Tomándola – Armando empezó a besarle la mano y poco a poco paso al brazo, subió al codo y se detuvo – me detengo? – Betty tenía la piel erizada –
Be. Si ayúdame a buscar el celular por favor – dijo con voz seria, aunque realmente estaba gustosa de seguir –
Ar. Bueno – suspiro – perdón.
Be. No pasó nada, calma, tienes prohibido volver a pedir perdón ya rebasaste tu cuota jojojoo
Ar. Jajajaja te parece?
Be. Si!!! – Armando seguía buscando el celular de Betty pronto lo encontró pero no quiso decirle nada, lo guardo en el bolsillo de su pantalón –
Ar. Estás segura que lo metiste? Aquí no está, busca atrás. – Betty abrió la puerta de atrás del carro de Armando y él hizo lo mismo de su lado –
Armando fingía buscar el celular de Betty cuando tuvo una macabra idea.
Ar. Busca acá creo que lo sentí pero no alcanzo. – Betty se inclinó más sobre el lado de Armando y sin darse cuenta quedo frente a frente con él –
Armando beso a Betty, fue solo un pequeño beso y se detuvo esperando su reacción, ella guardo silencio.
Ar. Sigo? – Dijo dándole un beso igual de corto pero apasionado – ella guardaba silencio – si no me respondes no pararé – Betty no hablo –
Armando se lanzó sobre Betty y recargo todo su peso sobre ella, empezó a besarla con mucho pasión, se comía su boca a besos, Betty le correspondía, estaba encendidos, sudaban pero nos les importaba, vivían el momento, justo llego la luz, Betty se separo.
Be. Armando paremos por favor…
Ar. No me deseas? Porque yo si te deseo y mucho…
Be. Si Armando pero no… no podemos hacer esto, te dije que no podía volver a caer.
Ar. Pero si quieres tanto como yo por qué te niegas?
Be. Porque eso es lo correcto Armando. – Armando suspiro y saco el celular de su bolsillo, ella lo miro con reproche y bruscamente se lo quito de la mano.
Ar. Bettyyy… no te molestes por favor.
Be. Hablamos después.
Ar. No me quiero ir así, hablemos…
Be. Mañana.
Ar. En serio?
Be. En serio.
Ar. Está bien, chao – Armando quiso darle un beso en la mejilla, ella se fue –
De camino a casa Armando iba furioso le pegaba incesantemente al volante, descargaba la ira también con el acelerador, al llegar encontró a Marcela despierta bebiendo en el sofá.
Mar. Llegaste temprano, pensé que Mónica te tendría ocupado.
Ar. Marcela no empecemos por favor…
Mar. Qué paso? Todo Ecomoda lo sabe, crees que yo no?
Ar. Piensa lo que quieras… - Marcela empezó a lagrimear –
Mar. Ay Armando, te luche toda mi vida y gane, pero sabes… no entiendo porque me sigo sintiendo vacía. –Armando la vio desde el marco de la puerta, verla de esa manera le toco, pero era verdad, él nunca sería de ella –
Ar. Deja de decir esas cosas, ven vamos a dormir.
Mar. Voy después y dúchate…. Límpiate al menos de ella en nuestra cama. –Armando dio un gran suspiro, se descambio y se acostó –
CONTINUARÁ…
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