¿ESTAS DISPUESTO? CAPITULO 13 – Yo Soy Betty la Fea
- Fan YSBLF !
- 2 may 2018
- 12 Min. de lectura
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Ya había pasado un mes desde que Armando se enteró del compromiso entre Michel y Betty, el lanzamiento sería dentro de una semana, todos en Ecomoda corrían para que saliera súper bien, Michel iba regularmente a Ecomoda, se metía de lleno a la planta, haciendo constante revisión de los procesos, cada tanto llegaba al almacén principal para ver la atención de los vendedores, para Armando era un calvario verlo, su constante presencia lo enojaba.
Ar. Hermano que cansón el francés, no sé qué tanto hace aquí.
MC. Armando está también en su empresa y nos guste o no puede venir cuantas veces quiera.
Ar. Es socio, más no es suya… muy diferente Calderón.
MC. Igual a usted lo que lo martiriza es que es el prometido de Betty, no nos digamos mentiras por Dios.
Ar. Sí y qué!?! MC. Nada… solo que acéptalo y ya. – Tocaron a la puerta – sigua.
Be. Hola Mario – Betty revisaba unos papeles – Mire estos son – Betty cruzo miradas con Armando – Perdone Doctor Mendoza, no lo vi. (Que novedad, pensó Armando). Ar. Cómo va todo Betty?
Be. Muy bien gracias, precisamente venía a entregarle a Don Mario unas cotizaciones que quiero que revisen, van a venir varios invitados internacionales y es necesario hospedarlos.
Ar. Qué hotel le parece a usted apropiado? – Betty lo miraba con curiosidad –
Be. Doctor la verdad tengo una serie de elecciones que me parecen correctas, caDa uno detallada con los costos, referencias y beneficios adicionales.
Ar. Sí, pero cual le gusta a usted?
Be. El hotel Fontana me parece de las mejores opciones, pueden igual estudiarla…
Ar. Entonces ese será.
Be. No va a mirar las cotizaciones?
Ar. No, confió en usted.
Be. Pues bueno Doctor Mendoza…
Ar. Dígame Armando. – dijo interrumpiéndola, Mario guardaba atento silencio –
Be. Gracias pero no, me siento a gusto llamándolo con respeto.
Ar. Bueno, cómo usted quiera. – Armando le recorría el cuerpo con una mirada penetrante –
Be. Como le decía doctor Mendoza, no es cuestión de confianza, es de gustos, de todas maneras no se preocupe le pregunte a la señora Mendoza que opina.
Ar. Ah Marcela?
Be. Si doctor.
Ar. Por qué insistes en llamarla así? – Betty miraba con nervio a Mario –
Be. Disculpe le molesta que la llame de esa manera?
Ar. No… solo me causa curiosidad, antes era Doña Marcela y ahora prefieres llamar señora Mendoza, no entiendo.
Be. Bueno igual le consultaré como prefiere ella que la llame, si por su nombre o su apellido de casada. – Armando la miraba desafiante, Betty no se dejaba intimidar y le correspondía de la misma manera –
En ese momento llegó Sandra, le traía una razón a su jefe.
San. Don Mario, ya llego Liliana Contreras, la hago pasar a su oficina o a sala de juntas?
MC. No, espéreme Sandra… - Mario salió de la oficina dejándolos solos –
Ar. Ahora si Beatriz, cual es la ridiculez?
Be. No entiendo doctor. – Betty lo miraba con fastidio –
Ar. O piensas que diciéndole así se siente mejor?
Be. Sigo sin entender.
Ar. No como te acostaste con su novio, piensas que si la cambias a esposa se borra el pecado y empatas o qué? Porque te cuento que eso no se puede borrar – Armando apretaba el puño, tensaba la mandíbula –
Be. Que tacto… - Betty tenía una sonrisa sarcástica – no para nada, mi trato hacía ella no tiene nada que ver con usted, no todo lo que haga o deje de hacer es por usted.
Ar. No de eso me di cuenta, vienes a mi empresa, trabajas para mí pero ni me determinas.
Be. No trabajo para usted, trabajo para la junta directiva…
Ar. La cual sucedo yo, soy la máxima autoridad de esa junta, te recuerdo?
Be. Qué quiere decir con eso? Si no está a gusto con mi trabajo me lo puede decir, en Bogotá hay muchos relacionistas y muy buenos.
Ar. Deja la bobada… solo quiero que me trates bien, que me rindas cuentas a mí, si ya me olvidaste, al menos demuéstralo, debo darte igual. – Betty suspiraba –
Be. Mantener la distancia con usted, ser prudente no es de cobardes Don Armando, es de profesionales.
Ar. Bueno al menos ya no soy doctor Mendoza. – Betty mantenía la mirada dura y fija en él –
Be. Por este tipo de conversaciones que se desvían a donde no deben, es que no le digo las cosas a usted.
Mario volvió a entrar interrumpiendo a Armando que empezaba a hablar.
MC. Señor presidente, Lili quiere hablar con usted de algunos insumos, creo que necesita que el definas la cantidad.
Ar. Dile que ya voy…
MC. Ya se va… - impotente por no poder terminar su conversación salió de la oficina de Mario, Betty suspiro fuerte, esa era una situación demasiado agotante –
Armando hablaba fingiendo una sonrisa mientras hacía como si le interesara la conversación, realmente veía a Betty, ella no le bajo la mirada ninguna vez, estaba aburrida que siempre que quisiera la intratara.
MC. Betty… mire, sé que no soy el indicado para darle consejos o decirle nada, pero téngale paciencia, Armando es buena persona, su temperamento es difícil pero de verdad, es muy noble, sea lo que le haya dicho es puro y físico resentimiento, a él no le gusta ver a Michel… mire, yo no soy quien para juzgarla y sé bien todo lo que paso entre ustedes, pero complázcalo, verá que se le hará más fácil la tarea y corto el tiempo.
Be. Lo intentaré. – Armando despidió a la proveedora y nuevamente entro a la oficina de Mario, donde Betty lo esperaba –
Ar. Por dónde íbamos Betty? – Betty abrió los ojos, no quería tocar tan abiertamente esos temas estando Mario – Ya recordé… Bueno si debe preguntarle a ella como debe llamar, de igual forma también consulte los hoteles, ella sabrá escoger mejor que yo, eso sería todo? - Betty se sentía confundida –
Be. Si Doctor.
Ar. Ah… por favor dígame Armando.
Be. Si don Armando, permiso. – Armando la miraba congelado en una sonrisa fingida al cerrar la puerta volvió su expresión de ogro –
MC. Armando deje de ser tan pesado, la va a aburrir, si no quiere verla échela y ya pero no la trate más así.
Ar. No la odio, me desespera que me bloquee como lo hace Mario… no es justo.
MC. La verdad no sé si es justo, pero sé que es lo mejor tanto para tu matrimonio como el de ella.
Ar. Ni me recuerdes que se va a casar hombre…- Armando hizo puchero – Todavía me da guayabo, Mario… yo sé que no la trato bien pero qué más puedo hacer, no sé cómo tratarla, que decirle y me pongo igual que ella.
MC. Y el diario? Qué lo hizo?
Ar. Nada, lo tengo bajo llave… no he podido devolverlo y a mí no me han preguntado nada, aunque si supe que lo estaban buscando.
MC. Oiga al menos muéstremelo…
Ar. Cómo se le ocurre Calderón!? MC. Por qué no? Igual usted lo leyó y lo re leyó cuantas veces quiso.
Ar. Sí, pero se trata de mí, escribe sobre mí… usted no tiene que hacer leyendo nada.
Betty regreso con los recibos de egresos e ingresos utilizados para la colección.
Be. Don Armando, tome… aquí tiene la relación de todos los pagos efectuados por cheques y los recibo de la caja menor.
Ar. Gracias Betty – Al tomarlos rozaron sus manos – Disculpe, dijo mirándola serio –
Be. No se preocupe. – Armando no podía parar de mirar su boca, sus lindos labios rosas – Eso sería todo por hoy, si necesitan algo más me pueden llamar.
Ar. Listo, la estaré llamando entonces. – Betty lo miro con reproche, Armando reía le causo gracia provocarla – Eso le había dado una idea.
Ar. “Te puedo llamar si necesito algo, cierto?” Betty bajaba el ascensor cuando leyó el mensaje.
Be. En serio Armando Mendoza. - “Dígame que necesita Doctor?” Ar. “Te pregunto si puedo, como al parecer no quieres ni respirar el mismo aire”. Be. “Si puede hacerlo siempre y cuando sea estrictamente laboral”. Ar. “Bueno Betty, descanse”. – Betty sonrió, no le contesto –
Betty iba manejando cuando Michel la llamo.
Mich. Hola mi Betty, ya vienes en camino?
Be. Hola amor, si dame unos quince minutos.
Mich. Bueno mi amor, Cata ya llegó.
Be. Listo, nos vemos.
Michel y Cata se encontraban en un salón de eventos campestre a las a fuera sde Bogotá, era realmente hermoso y amplio, era totalmente cerrado pero tenía unos ventanales enormes donde se podía apreciar el lago y el hermoso jardín que rodeaba gran parte de la propiedad, tenía unos candelabros de vidrio transparente tornasolado con luces cálidas, en la entrada contaba con una hermosa fuente de agua que terminaba al final de las escaleras blancas, el piso era de madera y contaba con una tarima al final.
Betty acaba de parquear cuando llego vio el lugar quedó encantada con lo rupestre y elegante que era, empezó a recorrer la propiedad por fuera, era tipo finca, tenía unas hermosas caballerizas, eso le recordó a Armando, sacudió la cabeza por el pensamiento, empezó a ver una hermosas flores silvestres de varios colores cuando Michel la sorprendió abrazándola por detrás.
Mich. Amor!! – dijo dándole un beso en el cuello – que te parece?
Be. Es perfecto Michel, pero si podremos pagarlo? No se ve económico…
Cat. Betty no te preocupes, esta propiedad es de un amigo de la familia de Mauricio, será nuestro regalo de bodas.
Be. En serio Cata?! Pero no… que pena contigo, no puedo aceptarlo, es demasiado dinero…
Cat. Tranquila que de eso nos encargamos nosotros de verdad Betty, no te preocupes, si no pudiéramos no habríamos asumido esto.
Mich. No son los mejores amor?
Be. Los mejores! – Betty abrazaba a Cata – de verdad mil gracias!! Jamás me imagine poder casarme en este lugar! Ahora hay que buscar una iglesia que quede cerca…
Cat. No te preocupes por eso, Michel y yo ya lo tenemos resuelto, vamos a traer al padre acá, está es más o menos la idea que tenemos… allá donde está el lago podemos adaptarlo y hacemos un pequeño y modesto altar, estará lleno de luces, haremos un camino con antorchas y luces artificiales, la decoración tendrá flores pero será para darle pequeños toques, como será al atardecer la luz natural dará un toque súper especial, que te parece?
Be. Demasiado bello Cata! Que haría sin ti!? – nuevamente la abrazo,, Betty estaba realmente emocionada, en su cabeza se estaba imaginando todo –
Mich. Me alegra que estés de acuerdo amor, aquí lo importante es que a ti te guste…
Be. Con qué estés esperándome allí es más que suficiente mi amor – le dio un tierno beso –
Cat. Vengan pasemos al salón para que lo conozcas.
Al entrar Betty quedó aún más impactada, a pesar de no tener ningún tipo de decoración era realmente hermoso, Catalina y Betty iban compartiendo ideas, Michel miraba los ojos de Betty, adoraba verla tan emocionada tanto o más que él, no podía dejar de mirarla y ella lo noto, Cata hablaba con el administrador del lugar.
Be. Qué pasó?
Mich. Nada mi amor, por qué?
Be. Jojojo no sé, por cómo me mirabas, pensé que te estabas echando para atrás… - dijo con cara de falso enojo –
Mich. Jamás mi amor… - la tomó por la cintura y la atrajo a su cuerpo – estoy demasiado seguro de ti y de lo que quiero vivir a tu lado. – le dio un beso en la frente –
Be. Te amo Michel Donel…
Mich. Te adoro Beatriz Pinzón Solano. – Se dieron un largo y apasionado beso, Michel empezó a bailar con Betty como si sonará un vals –
Be. Estás loco!
Mich. Por ti! Jajaja
En Ecomoda Armando hablaba con Mario en producción, Marcela llegó.
Mar. Hola amor… Dónde vamos a cenar hoy?
Ar. En casa?
Mar. No amor, no quiero cocinar, estoy cansada…
Ar. Mmmmm… Marce pero tenemos más de una semana que nos cenamos en caso, me hace falta tu comida.
Mar. Bueno amor, entonces me voy temprano, a qué hora llegas?
Ar. Si quieres nos vamos ya, no tengo más planes
Mar. Vamos…
Ar. Dale déjame llegar a la oficina a recoger un portafolio y salimos.
Cuando Armando se dirigía a su oficina en recepción una pelinegra despampanante se anunciaba en recepción.
Aur. Tiene cita con el doctor Mendoza?
Mujer. No, pero dígale quien lo busca y me atenderá.
Aur. Deme un momento. Teresa? Don Armando se encuentra?
Ter. Acaba de llegar, quién lo necesita? Mmmm… ya le aviso. Don Armando lo buscan en recepción.
Ar. – Armando miro el reloj – A esta hora? Quien?
Ter. La doctora Alejandra Sing.
Ar. Alejandra!? – Dijo emocionado – Haz pasar por favor… - Armando corrió al tocador y se bañó en perfume luego corrió a su sillón donde fingió calma –
Ale. Hola Armando, rato sin saber de ti.. – Con su mirada más sensual le respondió –
Ar. Lo mismo digo… - le dio un beso muy cerca a la boca – Un segundo después llegó Marcela que se alertó por la cercanía que tenía con esa mujer.
Mar. Buenas, interrumpí algo?
Ar. Para nada Marce, pasa… Te presento a Alejandra Sing es la presidente de las cadenas de Ecomoda en Venezuela.
Mar. Uhmmmm… Cómo está? Nunca me habías hablado de ella.
Ar. No? Seguro sé me pasó
Mar. Veo, entonces ya nos vamos?
Ar. No amor, creo que te debes ir adelantando yo tengo que atender unos asuntos con Alejandra. – Marcela lo miraba llena de odio –
Mar. Permiso. – dijo sin despedirse ni mirarlos –
Ar. Discúlpala Alejandra, sabes cómo es Marce.
Al. Tranquilo no pasa nada… así que te casaste? Bueno… no me sorprende, creo que era necesario prácticamente ya se comportaban como esposos.
Ar. Tú crees?
Al. Si… Entonces me imagino que no tienes espacio para amigas, como yo… claro.
Ar. Sabes que para ti siempre tendré tiempo – Armando la beso apasionadamente –
Al. Aquí no… mejor vayámonos a cenar y después vamos a mi hotel, me quedaré un par de días por negocios.
Armando salió junto con Alejandra al mesón de San Diego, Michel se acababa de ir, había dejado a Betty en una junta de negocios.
Be. Bueno señor Kenneth, entonces usted me dirá cuando desea empezar a promocionar el proyecto de la constructora, es necesario empezar por ahí para llevar el cronograma de las fechas y poder inscribirnos a tiempo en la feria del hogar.
Ken. Bueno Betty, esta es mi agenda…
Mientras Betty hablaba con Kenneth, Armando iba entrando enganchado a la cintura de Alejandra cuando vio a Betty muy cercana a aquel extraño y al parecer también era extranjero.
Mesero. Don Armando, en la mesa de siempre? – Armando le susurro a la oreja –
Ar. No, Hernando búscame una mesa cerca a esa mesa, son unos conocidos y quiero saludarlos pero también que sea discreto.
Al. Esos quiénes son?
Ar. Ella trabaja para mí. – Armando acomodó a Alejandra en la mesa y mientras se desabotonaba el saco caminaba hacia donde Betty –
Be. Claro Kenneth, mira podemos viajar a…
Ar. Buenas noches. – Armando la miraba de reojo –
Be. Don Armando, usted que hace aquí?
Ar. En lo mismo que usted Betty… - su mirada era cínica – Betty entendió su sarcasmo.
Be. Le presento a Don Kenneth, es un empresario con el que estoy trabajando
Ken. Mucho gusto Kenneth Johnson. Dijo apretando su mano.
Ar. Un gusto, Armando Mendoza… bueno no los molesto más, pasen buena noche.
La cena transcurrió con Betty hablando incomoda por las miradas constantes de Armando, Kenneth era muy atento y caballeroso con ella, de hecho se sentía atraído Y por eso la había escogido para su proyecto, en una oportunidad ambos reían y Kenneth tomo la mano de Betty, ella se incomodó pero sutilmente la retiro, Armando la veía enojado, pareciera que el destino siempre los ponía en el mismo lugar pero solo para fastidiarlo, para recordarle que ella nunca sería de él, fuese con Michel o cualquier otro hombre.
Al. Armando qué te pasa? has estado distraído toda la noche.
Ar. Sí, me preocupa Marcela, pero no te preocupes.
Al. Igual ya nos vamos, pide la cuenta y listo.
Ar. Hablemos, aún estoy tomando este whiskey.
Mientras Armando fingía escucharla vio como Kenneth estaba sentado más cerca a Betty, realmente se estaba empezando a enojar.
Ken. Betty, quiero agradecerle realmente que aceptará este trabajo sé que la busque con muy poco tiempo y que hiciera esta excepción por mí, gracias…
Be. No Kenneth no te preocupes, sé que fuiste muy considero con Catalina y para mi gustoso poder devolverte el favor, sé que permitir realizar mi boda en una de tus propiedades a una fecha tan cercana…
Ken. Ese es el problema, realmente no me siento bien con eso… porque tú… me gustas mucho. – Betty estaba sorprendida por su confesión –
Be. Kenneth… no, mira puedo brindarte mi amistad pero…
Ken. Creo que sí me das una oportunidad…
Be. No Kenneth, en serio… mira…
En ese momento Kenneth se lanzó sobre Betty robándole un beso para callarla, ella lo empujo, Armando veía la escena, ella estaba demasiado confundida y caminaba hacia fuera del restaurante, Kenneth se quedó sentado sin saber qué hacer, Armando al verla pasar camino tras ella, estaba molesto, dejando a Alejandra sola y totalmente confundida.
Ar. No puedo creerlo! Jajajaja en serio no puedo creerlo… ya veo porque me rechazas, ya me encontraste reemplazo, te aburres más rápido que yo… - Alejandra salió tras Armando pero no vio hacia qué dirección corrió –
Be. De qué estás hablando?
Ar. Que te gustan extranjeros… por eso fue que me rechazaste? Casi me creo aquello de que no estabas acostumbrada, aunque pensando ahora, se te daba muy bien… - Betty le dio una cachetada, Armando quedo helado –
Be. Tú no eres quien para juzgarme, pero tienes toda la razón me equivoque en grande, estar contigo es lo peor que he podido hacer, siempre que has podido me has humillado, me has intratado, incluso cuando pensé en amarte te fuiste con otra, no tienes por qué decirme estas cosas, me equivoque sí… pero contigo!
Ar. Entonces si tan equivocada estás porque tienes que estar besándote por ahí con cualquiera…. Ah? – Kenneth los vio a lo lejos y corrió interrumpiendo a Armando –
Ken. Betty discúlpame, por favor espero que esto no dañe nuestro trabajo, de verdad, no sé qué me paso, no vuelve a pasar… sé que estas por casarte y mi salón estará siempre dispuesto para ti… - Armando estaba avergonzado -
Be. Tranquilo Kenneth, no ha pasado nada, pero no puedo ocultarle esto a Michel. - Dijo mirando a Armando - No puedo seguir callando nada.
Ken. No por favor, en serio no quiero problemas… - Estaba angustiado -
Be. Tranquilo, yo sabré explicarle, Michel no te dará problemas, no es su estilo. – Betty miro a Armando – Bueno señor Mendoza por otro lado, le digo que estaré enviándole una nueva relacionista, no podré trabajar más para usted, si me disculpan, debo retirarme. - Armando deseaba que se lo tragara la tierra, como siempre se había dejado llevar por sus impulsos y nuevamente estos los habían alejado de Betty -
CONTINUARÁ
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