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¿ESTAS DISPUESTO? CAPITULO 11 – Yo Soy Betty la Fea

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 2 may 2018
  • 11 Min. de lectura

Ya había pasado un mes desde que Armando y Betty no se veían, él había insistido un par de semanas, la llamaba y le escribía, los primeros días se llenaba de odio y quería ir a buscarla, al final fue resignándose se lo tenía más que merecido y aunque seguía en sus andadas siempre la tenía presente.

Por su parte Betty había retomado su rutina con Catalina y tenía varios eventos esa semana así que la cabeza la tenía siempre ocupada, Armando iba venía de vez en vez en su mente, esa semana había visto en el periódico el anuncio de la boda de Armando, era en pocos días, no necesitaba ver la noticia para saberlo, incluso había ayudado a Cata en uno que otro detalle, fue sintiéndose nuevamente más segura, más valorada, Michel provoca eso en ella.

Mich. Bueno amor entonces quedo en buscarte tipo siete y media o prefieres más tarde?

Be. A esa hora está bien amor, si quieres podemos salir, te parece?

Mich. Si mi amor, si quieres vamos a ver un grupo de Jazz buenísimo que está de gira en Bogotá, hoy se van a presentar en el hotel Fontana, creo que son sus últimas presentaciones.

Be. Bueno mi amor – le dio un beso – Cata! – dijo alzando la mano – te dejo amor, chao!

Betty camino hasta la entrada donde Cata la estaba esperando, estaban coordinando el lanzamiento de la nueva colección de Terramoda, era la competencia directa de Ecomoda, la presidenta era Aurora Solano, una diseñadora de modas, economista y tenía un doctorada en comercio exterior, estaba más preparada que un yogurt.

Cat. Hola Aurora, cómo estás?

Au. Hola Doña Catalina, bien aunque un poco nerviosa, es mi primer lanzamiento como presidente de la empresa, se puede imaginar….

Cat. No te preocupes que todo saldrá bien, te presento a mi asistente… - Betty extendió su mano –

Be. Mucho gusto Beatriz Pinzón Solano.

Au. Un placer Beatriz, somos familia jejeje aquí le presento a Hernando Sáenz, es mi asistente. – Hernando iba a saludar a Betty cuando se tropezó, casi cayendo encima de Aurora –

Her. Perdón doctora – dijo con su sonrisa metálica –

Au. Tranquilo – dijo haciendo una mueca de vergüenza –

Her. Mucho gusto Doña Beatriz, mi nombre es Hernando Mario Saénz España, para servirle.

Be. Un placer Hernando – Betty sonreía, algo en él le era demasiado familiar –

Cat. Bueno cuéntame que hace falta? Me dijo Gonzalo que la lista de invitados está casi completa.

Au. Sí, hay buena asistencia, pero no sé qué pasa con Rafaela.

Be. Rafaela?

Au. Si es mi diseñadora, hay un problema y sabes Cata que no me llevo bien con ella, podrías decirle que cumpla el cronograma?

Be. Si quieres voy y hablo con ella, sé lidiar perfecto mientras Cata y tu reciban los invitados que falten, dale?

Au. Perfecto Beatriz, mil gracias de verdad…

Be. Tranquila!

Betty fue a los camerinos y había un sin número de modelos preparándose, hablo con Rafaela quien fue muy háblame con ella a pesar de las referencias de Aurora, al salir se tropezó con una modelo que acaba de llegar, era Karina.

Kar. Hola!

Be. Cómo está? – Betty iba saliendo –

Kar. Disculpa… Sé que vivimos en el mismo edificio y sé que me viste con Armando… y bueno… quiero darte las gracias por no decirle nada a Marcela, sabes que son una familia muy influyente y pueden dañar mi carrera.

Be. De qué hablas?

Kar. Armando me dijo que eras amiga de su novia y que hablaría contigo para que no le dijeras nada a ella, y pues no lo hiciste, por eso te doy las gracias…

Be. Veo… de nada. – dijo sonriendo y yéndose de inmediato –

Estaba furiosa, hasta donde podía llegar a Armando para seguir con sus aventuras, era un maldito loco, sentía tanto odio, le marco.

Armando no podía creer la llamada que le entraba, se excusó, estaba con sus papás y Marcela cenando en un restaurante.

Ar. Betty?

Be. Mira Armando Mendoza…te llamo exclusivamente para decirte que eres un canalla, no me uses como excusa para tus depravaciones, ya me entere por Karina con soy amiga de Marcela y que además te cubrí la espalda.

Ar. Dónde estás? Hablemos…

Be. Te casas en tres días, supérame de una maldita vez! – le colgó –

Betty respiraba fuerte, tenía demasiada rabia, no podía creer lo bajo que él podía llegar, mientras se calmaba recibió un mensaje, era de Armando.

Ar. “Quizás no sea tan valiente como creías, ni el hombre que pensabas, quizá por eso prefiero escribirte en vez de decirte las cosas a la cara, sé que nunca seré el hombre que necesitas, pero siempre estaré dispuesto para ti, para ti siempre sí. Quizás no me creas pero vivo echándote de menos, haciéndome creer que si te extraño con todas mis fuerzas volverás a mi lado, nunca voy a superarte, porque no deseo hacerlo, solo espero que con el pasar del tiempo dejes de odiarme tanto”.

Be. ¡Maldito corazón con dignidad de puta!

Cat. Betty! qué pasa? – Betty quedó muda no sabía que responder, pensó que nadie la escucharía –

Be. Nada Cata, tranquila… - trataba de sonreír –

Cat. Betty… por favor.

Betty le conto su amorío con Armando, omitiendo que se habían acostado o besado, básicamente la estaba cortejando y habían discutido por verlo con Karina.

Ca. No me parece en nada lo que estás haciendo, no es correcto Betty, tienes a Michel que es un gran hombre y Armando a Marcela, no es justo lo que hacen.

Be. Créeme Cata lo sé, no te imaginas lo mal que me siento, a veces he sentido ganas de contarle a Michel, no merece que lo haya engañado.

Cat. Bueno… no creo que sea necesario, igual me dices que no llegaron a más, pero si llevabas todo un mes sin saber de él, para que lo llamas, no era necesario.

Be. No sé, quizás fue una excusa para recriminarle… para escucharlo.

Cat. Betty pienso que no debes seguir cayendo en eso, entiendo que la atención de un hombre como Armando te hace sentir bien, pero muy a su pesar, aunque lo quiero mucho Armando nunca ha sido un hombre de una sola mujer, incluso conmigo intento algo hace tiempo…él es así, es adicto a las mujeres, les fascina y las quiere a todas, no debiste caer en ese juego.

Be. Ay Cata… no entiendo porque no puedo sacarme, es como si estuviera aferrado a mi sistema, no sé qué me pasa.

Cat. Pues yo creo que sí, Betty no hay peor despedida que la que no se planea, la que no se espera, las cosas entre los dos quedaron muy inconclusas y por más que deseas nunca podrán conseguir un cierre, quizás Armando te hace sentir de cierta forma y lo disfrutas, pero no creo que llegues a amarlo, me niego a creer que amas a un hombre como él porque entonces estarías como Marcela… dispuesta a sufrir todo lo que con él viene y es mucho Betty.

Be. Tienes razón Cata, como siempre – dijo con una sonrisa triste – debo dejarlo ir.

Cata la abrazo y se fue dejándola a solas, nuevamente leía el mensaje, quería borrarlo pero le costaba, no era capaz de presionar el botón eliminar, se aferraba a esas palabras, se aferraba a sus sentimientos, no eran correctos, no era la mejor forma de hacer las cosas, pero eran reales, lo que sentía por él era real, en el fondo sabía que le faltaban vivir muchas cosas, entre esas el desamor y Armando le había dejado esa experiencia, él será su primer corazón roto, pero roto de verdad, de esos que quiebran el alma y te quitan el apetito.

Esa noche terminó pronto, Michel recogió a Betty y salieron, estuvo distraída, Michel la noto así que decidió volver al apartamento, quizás estaba muy cansada, la cargo y la acostó en la cama, quería consentirla.

Mich. Que quieres mi amor, pídeme lo que quieras y te lo daré. – Betty reía –

Be. Seguro?

Mich. Si amor, no quiero verte con esa carota, vamos… pide!

Be. Quiero vivir en Cartagena.

Mich. Ah? Jajaja en serio? Bueno no me refería a eso, pero tendría que arreglar algunas cosas aquí para poder irme.

Be. Si amor, quizás es momento de tener mi propio negocio, adoro a Cata pero no quiero estar en Bogotá, extraño nuestros días en Cartagena.

Mich. Pero estando allá extrañabas a tus papás, estas segura? Por mí no hay problema, sabes que amo Cartagena, pero piensa mejor las cosas… no decidas ahora, si?

Be. Está bien amor – dijo abrazándolo –

Ambos se acostaron y veían televisión, Michel como siempre fue el primero en dormirse, Betty pensaba en Armando, en lo que pasa hoy, en Karina, Marcela – suspiro y sacudió la cabeza con si esos lo espantará de su mente – empezó a buscar que ver, lo que había no la llamaba la atención.

Armando ya estaba en su apartamento, no quería pasar la noche con Marcela así que uso la excusa de no verse previos al matrimonio, eso le daría tiempo para él, con Betty las cosas no irían mejor, simplemente no irían, ese barco había zarpado a ese tiempo, pero le molestaba insistir tanto con ella, empezó a beber whiskey mientras escuchaba “Recuérdame de Pablo Alboran” esa canción había sido escrita para los dos, le gustaba escucharlo lo ponía melancólico, disfrutaba estar así y pensar en Betty.

Nuevamente le escribió un mensaje, se sentía romántico y trágico.

Ar. “Coincidir contigo fue lo mejor y peor que me pudo pasar”. Betty vio la luz de su celular prenderse, miro a Michel, seguía dormido, vio el remitente, quiso borrarlo sin abrirlo, pero igual que el mensaje anterior, no pudo.

Ella intentaba alejarse de él, pero Armando siempre encontraba la forma de aparecer en su vida, detestaba ese don que tenía, era como si siempre se pudiera escurrir entre las grietas de su alma y llegar de nuevo a su corazón, era un actuar demasiado ilógico.

Be. “Adiós” Betty comenzó a llorar, en silencio apretaba sus ojos obligándose a derramar todas sus lágrimas, no se inmutaba en aguantarlas, eso nunca funcionaba, él sería un hombre casado, no podía seguir toda la vida con ese juego, no era justo para ninguno de los involucrados.

Armando ya estaba sirviéndose otro whiskey vibro su celular, corrió y leyó el mensaje, apretó los ojos para sentir mejor el dolor que crecía en su pecho, no entendía como una sola palabra lo cargaba de tanto mal, tener que dejar a Betty era la primera decisión dura que había tomado en su vida, las ganas de tomar se le quitaron, el estómago lo sentía chiquito, se fue a su cuarto a descambiarse, mientras lo hacía empezó a llorar, con brusquedad se limpiaba las lágrimas, no quería hacerlo, destetaba llorar porque eso era para débiles y nunca se permitió verse ni sentirse débil, pero no podía parar de hacerlo, no podía controlarse.

Quince días después…

Armando y Marcela regresaban de su luna de miel en Indonesia, bronceados y frescos llegaron a Ecomoda donde sus empleados, incluidos el cuartel de las feas los recibieron muy emocionados por su matrimonio, pues nadie creía que ese día llegaría. Mario había quedado de presidente interino mientras Armando no estaba, lo esperaba junto a los demás empleados, los saludo con un gran abrazo, charlaron un rato con Marcela, hasta que ella volvió a sus labores dejándolos solos y listos para ponerse al día.

MC. Cuénteme… que se siente estar en abstinencia?

Ar. Abstinencia? Jajaja Hermano esa fue casi el ochenta por ciento del viaje, créame que falta no hizo.

MC. Sí pero es la única con la que lo hiciste y harás… - dijo colocando su cara mejor cara de demonio –

Ar. Jajajaja pues no sé, por el momento no me apetece nada en especial, por el contrario me siento tranquilo sabe…

MC. Tranquilo?... Mmmm… bueno, esperemos que esa tranquilidad no se le acabe con lo que le voy a decir entonces.

Ar. Diga a ver… - Dijo mirándolo sonriente – Vamos a ver con que sale ahora el nene.

MC. Recuerdas que Daniel vendió sus acciones, no?

Ar. No me digas que volvió!?

MC. Calmado… jajaja que su reacción será mejor, calmado, déjeme contar.

Ar. Deje de dar tantas vueltas hombre y cuente.

MC. Bueno, resulta que Andrés Ibañez vendió volvió a vender… al parecer tenía problemas financieros, en fin ese no es el punto… resulta que lo compro… redobles por favor… - Mario golpeaba la mesa, Armando tenía cara de ogro, lo estaba desesperando – Su francés jajajajaja Michel Donel!!!! Jajajajajajaja

Ar. QUE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

MC. jajajajaja Esa si es una reacción hombre! Como le parece?!

Ar. Por qué rayos le permitiste comprar!? QUE PENSABAS CALDERON!!!

MC. Hermano no se moleste, mire véale el lado bueno a la situación, tenemos no solo un nuevo inversionista sino también un socio estratégico, el tipo se mueve en los mejores medios, siempre está en los mejores negocios, Ecomoda necesita eso Armando… piense!

Ar. PENSAR!!! Eso es lo que debió hacer usted! No pensó o que!?

MC. Igual hermano, usted es un hombre casado y eso no le debe producir ni picazón, no sangre por esa herida, me dijo que estaba tranquilo, por eso se lo dije… jajajaja

Ar. No pues muy chistosito! Alguna otra broma?

MC. No ninguna, pero como siempre mañana es la junta semestral y viene nuestro Monsieur Donel… Chao!!! – Armando le tiro su bola de estrés, Mario corrió y salió de la oficina, iba delirando de la risa, había esperado todo por ver esa cara –

Ar. MALDITA SEA CALDERÓN! Esa es su forma de recibirme!

Betty estaba del otro lado de Bogotá, no estaba de acuerdo en el negocio que Michel había hecho con Ecomoda, no porque fuese una mala inversión por el contrario las acciones de Ecomoda estaban valorizadas, sino porque eso la volvía a conectar a Armando, no lo veía desde hace casi dos meses y no planeaba hacerlo, pero debía ir con él y asesorarlo en la junta de mañana, Michel era excelente en los números pero al Betty ser economista le daría mejores apreciaciones y Michel siempre tomaba muy en cuenta la opinión de ella.

Esa noche no durmió muy bien, estaba ansiosa por ver a Armando, ahora casado, ojalá la mirará diferente, le dolería pero era lo mejor, necesitaba esa mirada fría para convencerse.

La mañana llego y Betty estaba reluciente, no parecía a verse desvelado, se produjo muy bien para eso, ahora iría a ver a Armando Mendoza y señora, por fin Marcela lo había atrapado, al menos logro hacerlo.

Armando tenía todo listo, Teresa había adelantado todo el programa, y los documentos con anterioridad, solo estaba a la espera de la orden de Armando para poder ingresar a sala de juntas y entregar las carpetas.

Ya estaban todos los socios esperando, Michel y Betty también habían llegado pero estaban saludando a las del cuartel, se volvían locas con Michel. Armando llamaba al fijo de Teresa pero no contestaba, ella también estaba emocionada por la llegada de Betty y Michel, era una más del cuartel, Armando desesperando y estresado por la venido del francés salió, para su sorpresa se estrelló de frente con Betty.

Ar. Buenos días Beatriz. – dijo saliendo mientras la reparaba, estaba preciosa –

Be. Buen día Doctor Mendoza – Las del cuartel se extrañaron por la frialdad –

Ar. Michel… cómo está?

Mich. Bien gracias.

Ar. Ya pueden pasar, lo estábamos esperando.

Mich. Claro, vamos amor – dijo colocando su mano en la espalda de Betty –

Betty camino delante de Michel, de cerca iba Armando, justo cuando iba a entrar llamo a Teresa.

Ar. Teresa por Dios… las carpetas entréguelas!

Ter. Si doctor, ya voy…

Mientras Teresa repartía las carpetas Betty tenía la mirada baja, no quería cruzarla con Armando en estos momentos ya no podía hacer eso, era un hombre casado.

La junta más incómoda había comenzado, el único que la gozaba era Mario, le faltaban las palomitas para estar completo.

Mich. Disculpe Armando, para cuando se define la colección? Qué fecha exactamente…

Ar. – Armando detestaba el acento de Michel – bueno tenemos planeado para comienzos de Junio más o menos

Mich. Mmm bueno y quien se encargaría del evento? –Armando se desesperaba por las constantes interrupciones de Michel –

Mar. Me permites Armando… Bueno señor Donel normalmente el lanzamiento lo hace Catalina Ángel pero tengo entendido que esta fuera del país, así que me supongo será Beatriz. – Betty sonreía forzosamente –

Mich. Magnifico. – Betty no podía parar el norme diamante de Marcela –

La junta siguió sin mayor suceso y todos gustosos y de acuerdo con las condiciones salieron.

Be. Amor, dame un momento, voy a despedirme de las muchachas. - Michel asintió, hablaba con Mario Calderón, se habían llevado muy bien –

Armando salió y vio a Betty pasar al show room y la siguió, quería hablar con ella, cuando estaba a punto de tocarle el hombre Marcela lo llamó.

Mar. Amor! A dónde vas? – Betty volteo y vio su cercanía, eso la espanto – Ah… vas hablar con Beatriz?

Ar. Ehmmm… - Armando miraba a Betty – Si… si.

Mar. Bueno te espero en tu ofi.

Be. Usted y yo no tenemos nada que hablar y desde ya le digo que no me siga y no me acose, me entenderé solo con la señora Mendoza, permiso.

Armando quedo con la palabra en la boca, tensaba la mandíbula, definitivamente esta mujer no lo quería ver ni en pintura, no quería acosarla, solo hablar con ella unas cuantas cosas y quizás verla más de cerca, pero no le tocaría ese tema, al parecer este lanzamiento sería todo un reto.

CONTINUARA…

 
 
 

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