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"El Diario de Armando" #YSBLF Capítulo 7

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 8 oct 2018
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 10 oct 2018




Ya había pasado una semana desde que había comenzando las clases, Armando y Betty se encontraban frecuentemente en algunas clases, a pesar de haber quedado en encontrarse en la semana no pudieron, Marcela al filo del cañón no permitía que nadie extraño o que no fuese de su agrado se le acercará, Alejandra paso los primeros días con Betty y Mario, quienes se encontraban a almorzar, Armando por su parte se sentaba con el grupo selecto de amigas de su novia, el cual le caía como una patada en el estomago, aunque nadie era tan repelente con Patricia su mejor amiga, era una copia de Marcela, pero más barata. 

Mar. Amor, Claudio nos invito a su cabaña este fin de semana, vamos a ir solo parejas y quería saber si podías decirle a Mario que vaya con Patty, mira que acaba de terminar con Mauricio y anda destrozada.

Ar. Ay Marcela sabes perfecto que no me gusta ser el celestino de nadie y menos de Patricia... 

Mar. Armando por favor, tampoco creo que sea tan difícil convencer a Mario, jamás te pido nada para Patricia, no seas así.

Ar. Está bien Marcela lo que digas, pero igual ya sabes como es Mario, así que después no vengas con tus reproches que tu Patsy Patt quedo peor... 

Mar. Tranquilo, sé perfectamente como es Mario, porque tú y él con un clon... 

Ar. Ay Marcela si vas a empezar avísame, porque de verdad que flojera pelear tan temprano.

Mar. Tranquilo mi amor... - dijo dandole un beso en el cuello - no quiero pelear, solo te estoy comentando, nada mas... jajaja es jugando.

Ar. Bueno a mí no me hace ninguna gracia. - dijo sonriendo forzosamente - 

En ese instante pasaba Betty hablando con Mario quien parecía realmente interesado en la conversación, un deje de celos invadió el pecho de Armando, no le gustaba la cercanía que veía en ambos, al final Mario era un cazador entrenado y aunque siempre se habían respetado las mujeres, siempre habría la excepción, sin poder sacarse la idea de la cabeza lo llamo. 

Ar. Caaaalderón! - Mario respondió al llamado con un gesto de cabeza - Venga... 

MC. Venga Betty acompáñeme, me llama Armando...  

Marcela reparaba a Betty de pies a cabeza, a pesar de parecerle una mujer bastante simplona había algo en la mirada de ella que le angustiaba, aunque bueno, cualquier otra mujer muy bella le causaba esa sensación, cualquiera podría querer quitarle a Armando, pero en ella, no notaba esa intención, se le veía más incomoda que encantada, y eso era realmente lo extraño. 

MC. Diga hombre para que soy bueno... - Betty estaba enganchada al brazo de Mario -

Ar. Hola Betty, cómo está? 

Be. Muy bien y tú? 

Ar. Bien. - Al ver que este par se conocía Marcela prendió sus habituales alerta, así que como era de costumbre, se hizo sentir -

Mar. No me presentas amor? - dijo con una sonrisa inocente, aunque por dentro hervía de cólera - Armando volteo los ojos y fingiendo una sonrisa hablo -

Ar. Claro Marce, Beatriz le presento a mi... novia Marcela Valencia, Marcela te presento a Beatriz.... - dijo buscando su apellido, en ese momento se dio cuenta que lo desconocía por completo - 

Be. Un gusto Marcela, Pinzón Solano, Beatriz Pinzón Solano - dijo con seguridad y orgullo -

Mar. Eres de los Pinzón Metalurgia ?

Be. Si, mi papá es el dueño...

Mar. Qué bien. - dijo con algo de envidia - 

Armando quedo sorprendido al igual que todos los presentes, pues justo esa semana en la revista "Semana" habían sacado un artículo en el cual había homenajeado la creciente fortuna del presidente de la compañía, además de el gran impacto positivo que había tenido en el medio ambiente en ese año, lo cual había incrementado el valor de sus acciones y la productividad. 

Ar. Hermano lo llamaba para que nos salió plan cito para este fin de semana, en la cabaña de Claudio, Patricia va sola y Marce quiere saber si la puedes acompañar...

MC. Dale, no hay problemas... a qué hora sería la salida el sábado?

Ar. Bueno no sé, falta cuadrar eso...  Marce?

Mar. Tipo 9 de la mañana... 

MC. Bueno yo los alcanzaría a eso del medio día, quede con Betty en a las 8 de la mañana en reunirnos, después que me desocupe ya soy de uds... 

Armando miro a Betty con reproche, que tendrían que hacer ese par juntos y tan temprano, la lengua le picaba, tenía ansias de preguntar, pero sería muy obvio para Marcela, así que solo le sonrió amablemente. Betty había entendido la mirada de Armando, eso la había indignado, como era posible que teniendo su novia enfrente de ella sintiera celos de Mario, y menos que tuviera algún reproche por hacerle a ella, eso la había molestado pero mucho mejor que él, sonrió. 

Ar. Listo, entonces quedamos así, dígame que clase tiene ahora?

MC. Bueno Betty y yo coincidimos en Economía, justo íbamos para el Bloque D y uds?

Mar. Bueno yo los dejo, ahora tengo hora libre y voy a ir a la Boutique de Maria Serrano, a ver si consigo algún vestido de baño, adiós amor... - dijo dándole un apasionado beso, Betty sonrió pues entendía perfecto el mensaje que le envían - 

Armando estaba avergonzando, pero como siempre, fingió que nada había sucedido. 

Ar. Bueno.... ehmmmm... entonces los acompaño, yo tengo clases en el mismo bloque. 

Mientras caminaban Mario y Betty mantenían una conversación sobre una película que Armando desconocía totalmente, estaba molesto, se sentía ignorado y sobre todo excluido, era la primera vez que junto con su amigo hacía un mal terció. 

MC. Denme un segundo, voy a comprar agua, quieres Betty?

Be. Tranquilo, estoy bien... - Dijo sonriendo amablemente - 

Armando espero unos segundos hasta que Mario estuvo lo suficientemente alejado para hablar. 

Ar. Veo que te llevas demasiado bien con Mario, no?

Be. Si... ha sido de gran ayuda esta semana, sin él estaría pérdida.

Ar. Uhmmmm... Veo. 

Be. Por qué lo dices así?

Ar. No por nada, quizás he notado que hicimos las parejas al revés en Cartagena, más nada.

Be. En serio piensas jugar esa carta? por Dios Armando, tu novia casi te cuelga una letrero en el cuello que diga "Propiedad de Marcela Valencia". 

Ar. Sí, pero es Marcela, no yo...  en cambio no te veo nada molesta con las atenciones de Mario. 

Be. No tienen porque molestarme, porque a diferencia de ti, el no tiene intenciones de ser más que mi amigo, simplemente esta siendo amable conmigo, y si para ti es difícil de creer que un hombre sea capaz de hacer eso, entonces creo que yo entiendo absolutamente todo de tu modus operandi.

Ar. Por favoooor!! conozco a Mario de hace años, esa atenciones no son gratis!!

Be. Bueno, al parecer los años no han servido para conocerse bien y porfa me disculpas con Mario, dile que se atrasó demasiado y no quiero llegar tarde a clases, permiso... 

Ar. Betty... venga espere! Beeeetty disculpe! BETTY!

Betty digna siguió su camino sin mirar atrás, realmente la actitud tan cínica de Armando la había herido, al parecer su fin de semana en Cartagena le había dado una imagen bien equivocada de quien era ella y así mismo ella se encargaría de borrar esa impresión.

MC. Y Betty? supo aprovechar el ratico que les regale solos....? Cueeeente tigre!! - Armando dio un gran suspiro de vergüenza -

Ar. NO hermano al contrario... después le cuento, voy tarde, hablamos... 

Sin entender exactamente que había sucedido Mario se dirigió al salón de clases donde Betty ya le guardaba un asiento.

MC. Mucho afán o que?

Be. Jajaja algo... no me gusta llegar tarde. 

MC. No pues... cuidado estabas a kilometros! jajajaja 

Armando estaba ansioso en su salón de clases, no podía creer como de manera monumental la embarraba una tras otra con Betty, sentía que ninguna de sus tácticas servían con ella y eso lo hacía sentir torpe, al fin las clases terminaron, salió casi corriendo del salón para encontrarlos.

Ar. CALDERON!! espéreme... - Mario respondió con el ademan de siempre -

MC. Vamos almorzar en la cafetería campestre, se pega o vas con Marce?

Ar. No, vamos...  - Betty guardaba silencio mientras lo miraba inexpresiva - eso le molesto -

La cafetería era la más linda de la universidad, estaba en la azotea del bloque de economía, decorado con hermosas enredaderas que cubrían los bordes y una gran vista panorámica de los cerros, había mesas y sillas de maderas con paraguas que daban la ilusión de ser de paja aunque eran de tela, el bullicio de los estudiantes que llegaban estaba inusualmente calmado, no estaba tan llena como era costumbre, se sentaron en la mesa con mejor ubicación, Betty y Armando quedaron de frente. 

MC. Entonces que van a pedir?

Be. Yo no tengo hambre, solo quiero un te frío de durazno. 

MC. y Usted?

Ar. Lo de siempre... 

MC. Okey... Sale un Armando Especial! jajajaa ya vengo

Be. un Armando Especial? jajajaja que es eso?

Ar. Jajaja una hamburguesa doble con el vaso más enorme de Coca Cola que pueda encontrar.

Be. Jajajajaja Okey... 

Armando sonrió tiernamente al verle su risa, esa risa, era mágica, tenía un encanto propio de aquellas mujeres que son perpetuas e inolvidables, en poco tiempo eso sería Beatriz para él, pero aún no se imaginaba lo importante y valiosa que ella sería en su vida. Moría por escribir una poesía que aquel sonido había provocado, moría por retratar día a día, segundo a segundo cada momento que pasaba junto a ella, no entendía como era posible que ella le despertará tanto encanto, le despertará tantas letras, así que con toda la pena del mundo empezó a escribir delante de ella.

"Ajena, 

Me sonríes tan seguro de ti misma, como si supieras que te pertenezco, que me vendo ante el sonido de tu risa, que caigo arrodillado ante cada mirada, eres ese tipo de mujer que hasta la vida se siente orgullosa de que la vivas".

Betty miraba fascinada como absorto en sus pensamientos escribía a gran velocidad Armando, como el brillo de sus ojos desbordaba dulzura, como su sonrisa si dibuja sutilmente, ella fingía no ponerle mucha atención pero le era imposible ignorar aquella expresión, era en años la más sincera que había visto en su vida, pronto su mano caía sutilmente a su regazo y en ella sostenía fuerte su celular, se dejo embelesar por el adonis que tenía al frente, por el encanto natural de Armando, él no solo era un niño bonito, era tenía una belleza sin duda especial, y esa expresión mostraba perfectamente su interior, y era aun más hermoso que lo que superficialmente se podía apreciar, ese día, ese justo momento, en que ambos admiraban a su manera el otro, nació el amor en dos corazones, que estaban a metros de tocarse pero a kilometros de amarse.


CONTINUARÁ.




 
 
 

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