“El diario de Armando” #YSBLF – Capitulo 6
- Fan YSBLF !
- 28 sept 2018
- 11 Min. de lectura

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Alejandra estaba de lo más divertida con la conversación que tenían los cuatro, ignorando por completo la incomodidad que manejaban Betty y Armando, él la miraba constantemente con suplica, ella fría lo ignoraba por completo, nuevamente había pasado a ser invisible y eso le producía cierto dolor.
MC. Betty y siempre ha vivido en Bogotá?
Be. Si, toda mi vida…
Al. Pero cuéntenme, como se conocieron, de verdad es una locura! – Mario miro a Armando, este lo miro angustiado –
MC. Bueno realmente fue una coincidencia, estábamos hospedados en el mismo hotel en Cartagena y este hacía muchas actividades para integrar a los huéspedes y en una de esas conocimos a Betty y su grupo de amigas.
Al. Veo… jajaja y que cómo que hacían? – Pregunto algo sentida –
Be. Chivas rumberas, fogatas en la playa, fiesta en la piscina… toures, lo normal.
Al. Armando por qué estás tan callado?
Ar. Estoy algo cansado Ale, pero tranquilos estoy a gusto escuchándolos hablar – Mario susurro –
MC. Pues no se nota…
Ar. Cómo dijo? – sentencio –
MC. Nada, nada… - Suena el celular de Betty –
Al. Uy! Ya se había demorado en reportarse Michel. Por cierto cómo está?
Be. Me imagino que bien, terminamos. Me disculpan ya regreso. – Armando volteo en dirección a Betty quería ver a donde iba, la llamada y la mención de Michel lo incomodo –
Ar. Oye y que tal era ese Michel?
Al. Un divino, lástima que terminaran eran perfectos… él es Frances, mide como dos metros y tiene unos ojazos, es el único novio que le he conocido, incluso se había comprometido…
Ar. Ah veo… una lástima entonces – Mario lo miraba gracioso – y él donde vive?
Al. Bueno sé que su familia está radicada en Cartagena, pero estudia aquí en la misma universidad, de ahí se conocieron… aunque bueno si terminaron mucho mejor, ya no tiene que cruzarse.
Ar. Es cierto que va estar en nuestra U?
Al. Si… Betty es súper pilosa, gano una beca para una investigación de mercados internacionales o algo así, ahora la transfirieron y bueno como yo estoy ahí, aprovecho para decirme y además hablar un rato…
Be. Disculpen – dijo sonriendo – era Nicolás, ya viene en camino.
Al. Tengo ratos que no lo veo…
Be. Sí, hable con mi papá, mi mamá ya está consciente, Nico pasa por mí y vamos para la clínica enseguida.
Al. Que lastima Bet, bueno de igual forma siempre hablamos un rato, el lunes a qué hora entras?
Be. Tipo nueve… - En ese momento llegó Nicolás –
Nic. Buenas, permiso… Hola Alejandra cómo está? – dijo tímido –
Al. Hola Nico, bien y tú? – Armando lo reparaba con ironía –
Ni. Muy bien gracias… Betty, nos vamos?, Laura me está esperando en el carro.
Be. Dale, si quieres espérame en el carro, ya voy… - Nicolás se retiró no sin antes despedirse formalmente de todos –
MC. Bueno Betty al parecer nos vamos a ver más seguido – dijo abrazando a Armando – estaremos en la misma universidad, qué te parece?
Be. Súper – dijo sonriendo amablemente – Armando se preguntaba si realmente lo de ellos no le había importado, era cierto que estaba distante, pero podía ser por respeto a Alejandra – Bueno muchachos, que rico encontrarnos, espero sigan bien – dijo dándole un beso a Alejandra y Mario, a Armando le alcanzo a poner la mano en el hombro y sin más se marchó –
Armando quedo muy pensativo, Mario trataba de entretener a Alejandra para que no se percatará del estado de ánimo de su amigo, realmente Betty lo había dejado impactado.
Ar. Discúlpenme un momento, voy al baño – dijo sin mirarlos – Alejandra le sonrió e intento encontrarse con su mirada pero él seguía inmenso en Betty –
Al. Le pasa algo?
MC. No de seguro se siente mal, últimamente ha estado con malestar general, Aleja… me podrías pasar el número de Betty?
Al. Uy! Y estás muy interesado en Betty?’
MC. Este no… jajajaja solo que hice una amistad chévere con ella pero no más! En serio! Jajaa
Al. Ya te lo paso por whatsApp.
Mientras Armando salía del baño sintió unas ganas enorme de encontrarse con Betty, moría por poder explicarle, por hablarle, sabía que estaba dolida, por eso fue tan frío con ella, pero no podía solo dejarla ir, fue a los parqueaderos y como era de esperarse no la encontró, derrotado se fue de nuevo al comedor, en donde Mario lo esperaba a solas en la mesa, Alejandra había recibido una llamada y tuvo que retirarse, pidió que la excusaran y se marchó.
MC. Hermano… parece un zombie, a usted que le está pasando Armando?
Ar. Ay Mario que más!? Acaso no estuvo aquí o qué?
MC. Pero cuantas veces no se lo han pillado y le da muy igual?
Ar. Mario no me moleste, sí? No estoy de ánimos en serio…
MC: Bueno para que vea lo que lo quiero con todo y lo que me desprecia, mire lo que le mande a whatsApp.
Ar. Es el número de Betty!?
MC. Si ve!? Como lo quiero… - Armando le dio un abrazo Eufórico y se levantó – dejando a Mario riendo solo –
Pronto empezó a marcarle el número pero no contestaba, desesperado le envió un mensaje.
“Necesito hablar contigo, apenas leas este mensaje por favor no dudes en contestarme, este es mi número, Armando”.
Betty había dejado el celular olvídalo en su bolso, hablaba con sus padres y Nicolás.
Be. Mamá – dijo abrazándola – me alegra mucho verla así, esta de mejor semblante, te ves muy recuperada.
DJ. Ay si mamita, que pena darle esos susto. – Don Hermes discutía con el médico de guardia, su genio habitual había regresado – Cómo se portó su papá estos días mija?
Be. Sorprendentemente sumiso mamá, realmente lo asusto bastante, con decirle que lloró, lo tenía preocupado.
DH. De verdad Betty? pobre de mí Hermes, si ve mamita yo siempre se lo he dicho su papá es un hombre que se muestra duro pero siempre con buenos sentimientos.
Nic. Yo creo Doña Julia que le va a tocar que le de patatus más seguidos para ver si se compone jojojojo
Be. Nico por Dios no digas eso ni en broma, espero que esto no vuelva a pasar, por eso espero terminar rápido la universidad, mi papá ya no está para lo trotes de la empresa y usted menos…
Nic. Betty pero no se le olvide que yo siempre estoy apoyando a sus papás con la empresa…
Be. Créeme Nico, eso jamás se me olvidará, sabe que usted es como un hermano para mí, y aunque no lo creo como un hijo para mi papá, gracias por siempre estar con ellos. – Betty empezó a tocarse los bolsillos, no se sintió su celular – Nicolás usted no vio mi teléfono? Lo traía en la mano...
Nic. No Betty, cuando se montó al carro no lo llevaba, venía solo con su bolso.
Be. Présteme las llaves del carro creo que lo deje allá. – al bajar encontró el bolso justo donde lo había dejado y de inmediato se puso a revisar el celular, encontró un mensaje de un número desconocido –
Sus ojos no daban crédito a lo que veía de una alguna manera Armando había logrado quitarle el número a Alejandra.
“Be. Dime.” – Armando estaba ansioso mientras manejaba mirando cada cinco minutos su celular, al ver que se iluminaba la pantalla y ver el nombre de Betty parqueo para contestarle –
“Ar. Hola, creo que debemos hablar.
Be. De qué?
Ar. Hay cosas por aclarar, no crees.
Be No… creo que todo está muy claro, tienes novia y además pretendes con Aleja.
Ar. O sea… tienes razón pero jamás hubiese intentado algo con ella de saber que te volvería a ver, solo te desapareciste, me quede esperándote, pensando que estabas en tu habitación pero ya te habías ido.
Be. Sí, mi mamá se puso mal y debí regresar en el primer avión que encontré, pero te deje un mensaje.
Ar. Dondé?
Be. En tu agenda, la que estaba sobre la mesa de noche…”
Armando sintió el corazón en las manos, llevaba su diario en su bolso, Betty pudo haber leído su contenido, pero al parecer no lo hizo, como maniaco empezó a vaciar el bolso dejando caer todo sobre el asiento del copiloto, lo sacudió un par de veces más hasta que la libreta cayo. Pasaba las páginas de un lado a otro, hasta por fin encontrar el mensaje.
“Gracias por todo, Betty” – Tomo una foto y se la envió, Betty esperaba ansiosa su respuesta, al ver la foto se pudo ver la libreta y el mensaje escrito por su puño y letras además de un desastre debajo.
“Be. Qué pasa con eso?
Ar. NO lo había visto, apenas me doy cuenta… este es mi diario… de poesías, del que te hable, lo leíste?.
Be. No… la verdad no me fije.
Ar. Igual no me explicas porque desapareciste así, sin despedirte, y realmente ese mensaje para mí no es suficiente, es como un gracias y hasta nunca, me dejaste confundido, acaso no te gusto? Porque no he podido sacarme esa noche de mi cabeza Beatriz, ni a ti tampoco.
Be. Creo que debes empezar a olvidarla, porque no se va a repetir.
Ar. Pero por qué?!
Be. Tienes novia y me mentiste, me mentiste sabiendo por todo lo que había pasado, yo fui transparente contigo y tú no dudaste en mentirme Armando.
Ar. Hablemos por favor, dime dónde estás? Puedo pasar por ti?”
Nicolás llego en ese momento interrumpiendo la conversación.
Ni. Betty que le pasó? Por qué se demora tanto?
Be. Perdón, me quede respondiendo unos mensajes.
Nic. Su papá me mando a buscarla, lo necesitan urgente en la oficina, nosotros nos vamos, para que suba y se quede con Doña Julia, la dejemos dormida.
Be. Ah bueno, vamos…
“Ar. No me vas a responder?
Ar. Por favor no me dejes así… en serio.
Ar. Betty…
Ar. Hablemos…
Armando empezaba a desesperarse, por un momento recordó a Paola, y se sintió igual a ella, eso le frustraba.
“Be. Estoy ocupada, ahora te escribo”.
El mensaje le frustro, sentía que con ella jamás tenía el control de la situación había conocido realmente mujeres muy temperamentales, por ejemplo Marcela, pero ni siquiera ella había podido domar su ímpetu, por el contrario Beatriz era más sutil y sin proponérselo lo había dominado, eso no le desagradaba, por el contrario le sorprendía.
“Be. Aquí estoy, en la habitación 304 #UbicaciónActual# estoy cuidando a mi mamá, ahora está durmiendo, puedo darte un par de minutos.
Ar. Dale, estoy cerca, dame 10 minutos.
Betty estaba nerviosa, empezó a peinarse y maquillarse mientras cualquier ruido que provenía del pasillo la ponía alerta, después de verse varias veces en el espejo del baño de la habitación, salió y se sentó al frente donde había un par de sillas, no quería que su madre pudiese ver a Armando, ni mucho menos escuchará su conversación, llamaron de recepción avisándole que había llegado, el ascensor estaba al final de pasillo y desde ahí tenía una vista panorámica de el, apenas se abriera podría ver a Armando.
Armando se peinaba el cabello lo más que podía con las manos, se anunció en recepción y dieron al orden de paso, lo pidió y mientras esperaba que llegara sentía como si estomago se encogía poco a poco, estaba nervioso, ninguna mujer lo había puesto de esa manera, las manos le sudaban, al lado tenía una hermosa y despampanante enfermera que le coqueteaba y le sonreía cada tanto, él se limitó a responderle un par de sonrisas pero nada más, no iba de humor, pronto subía al ascensor, junto con la enferma que se puso justo delante de él dejando ver un espectacular derrier y unas fabulosas piernas, a pesar que las admiro por un rato, tampoco quiso lanzarle al acecho, no era el momento, ya había llegado a su piso, se encontró de frente con la mirada de Betty, ambos se sonrieron, pero incomodos bajaron la mirada, Armando iba mucho más ansioso ya que tenía que recorrer el pasillo hasta llegar a Betty y por momentos se sentía torpe al caminar.
Ar. Hola, cómo estás?
Be. Hola, bien y tú?
Ar. Bien… cómo sigue tu mamá?
Be. Mucho mejor, al parecer ya mañana le dan de alta.
Ar. Me alegro mucho.
Be. Gracias.
Ambos se sonrieron y guardaron silencio por un par de segundos, no sabían que más comentar, por su parte Armando no sabía cómo iniciar la conversación, realmente sentía mucha vergüenza por su episodio con Alejandra.
Ar. Betty… sé que no me vas a creer y realmente no te culpo, pero si vengo a decirte la verdad, te mentí sobre Marcela porque cuando lo hice no conocía la clase de personas que eras, y créeme que cuando lo hice ya sentía que era tarde para retractarme, pero en serio… si estaba confundido, sentí que no te había interesado hablar nunca más conmigo, y bueno… rindiéndome a esa idea volví hacer yo.
Be. No me debes ninguna explicación, en serio…
Ar. Si te la debo, porque ahora sé que no solo para mí fue inolvidable esa noche o me equivoco? – Betty lo miraba ruborizada –
Be. Tienes razón, pero es mejor quedar de amigos, no tiene sentido intentar nada más, no con Marcela y Alejandra en el medio.
Ar. Betty… entiende que con Alejandra no tengo nada.
Be. Eso no es lo que ella piensa…
Ar. O sea… siempre nos hemos coqueteado pero nada más.
Be. Bueno pero eso no ha sido porque tú no has querido, ha sido porque ella respeta a Marcela, más que tú como veo… - Armando coloco los ojos en blanco –
Ar. Yo nunca he amado a Marcela y sé que suena trillado, pero es así… y Betty yo por ti….
Be. No sigas por favor… yo no quiero ser la culpable, ni la razón de que le rompas el corazón a alguien, no soy el tipo de mujer se entromete y entiendo perfectamente lo que se siente, debo ser coherente Armando.
Ar. Entonces…
Be. Creo que debemos conocernos más e intentar ser amigos
Ar. Crees que podemos ser amigos después de todo lo que sentimos? Por qué sé que tú también sentiste… ese fin de semana no se puede olvidar, tú lo sabes!
Be. Armando, de verdad no pretendo obligarte a nada, al fin y al cabo no nos conocemos bien… por lo menos yo no siento que sea así, creo que debemos mejor empezar de cero y bien
Ar. Okey… aceptaré tus condiciones porque quiero que te des cuenta que estoy dispuesto a empezar de cero y que te des cuenta que tu conociste más de mi ese fi de semana que todas las personas que me rodean y están conmigo hace años, pero también quiero que sepas que no estoy de acuerdo.
Be. Okey…
Ar. Mañana a qué hora entras a la U?
Be. Pasada las nueve.
Ar. Puedes llegar antes?
Be. No… hoy me toca cuidar a mi mamá
Ar. Nos podemos encontrar apenas llegues? Puedo ayudarte a conocer las instalaciones y guiarte en lo que necesites.
Be. Bueno… - dijo sonriendo tristemente – Armando lanzo un fuerte suspiro y se levantó, haciendo que ella también lo hiciera.
Se acercó sutilmente dándole un beso suave, lento y tierno muy cerca a esa boca que tanto había probado aquella noche, su pecho lo sentía arder, era la primera vez que le extrañaba besarle la mejilla a quien su boca se encargó de recorrerla entera, Betty lo acompaño hasta el ascensor, mientras caminaban rozaban sus manos, no hablaba, trataban de mirar hacia el frente, al entrar Armando al ascensor Betty le dio la espalda y empezó a caminar a la habitación donde se encontraba su madre, ahora era ella quien se sentía torpe al caminar, sentía la mirada de Armando repararle el cuerpo, eso la cohibía. Verla partir le dolía, no quería ser su amigo, su piel le ardía al recordarla, esa pasión, ese sentimiento no podía fingirse, no podía olvidarse, él iría a su ritmo, pero jamás desistiría de vivir lo que ella le había despertado.
Al llegar a su casa tomo nuevamente su diario y le dedico unas líneas a ella, venía lleno de sentimiento, lleno de confusión, lleno de dolor, no entendía como una condición tan casual, tan rutinaria en su vida le doliera de esa manera, necesitaba sacarlo de su sistema, entender lo que ella le despertaba.
“Hola querida ajena, en mi hay un silencio que habla de ti, y un dolor que sé que nos duele a los dos, tu entraste incluso a donde yo no entro, mi corazón es un laberinto que me duele por dentro, que evitó explorar por miedo, quizás sea el miedo de mostrar quien es el verdadero yo que llevo dentro, pero ahora que te quedaste en mí, no hay forma de que yo me vaya de ti”.
CONTINUARÁ
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