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“El diario de Armando” #YSBLF – Capitulo 15

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 30 abr 2019
  • 10 Min. de lectura


Betty no paraba de temblar, le dolía la cabeza, los ojos le ardían y la garganta la tenía resentida, Nicolás le había hecho algo de café para calentarla, salió del centro comercial y caminaba sin sentido debajo del gran aguacero, la encontró unas calles más abajo, la imagen le aterro, recordó a Michel.

Nic. Es que yo no puedo creer Beatriz que usted se preste para esa bajeza.

Be. No es ninguna bajeza Nicolás, si usted conociera a Marcela se diera cuenta que ahí no hay amor.

Nic. Eso le dice él y eso es lo que usted quiere ver, usted es mucha mujer para ese tipo, no puedo creer que se preste para eso, dese su lugar. Be. Bueno Nicolás ese es mi problema, ya? Déjeme… si me tengo que estrellar lo hago.

Nic. Sí, eso lo sé, a usted le encanta darse duro, lo mismo se lo advertí con Michel pero usted no escucha Betty, no escucha… - Dijo arrugando la cara enojado –

Betty guardo silencio, había algo de verdad en lo que su eterno amigo le decía, pero se negaba a creer que esto resultaría de la misma forma, no era justo que la vida, el destino, Dios o a quien quiera retribuirle su suerte le jugará nuevamente una mala pasada.

Nic. Sabe que Betty… se lo digo porque la quiero, porque no me parece justo lo que le paso con Michel, ni mucho menos como se está exponiendo por alguien que no le da seguridad en nada, porque alguien que lo dio todo no merece estar preguntándose que hizo mal, no merece convertirse en un zombi, dejar de comer, y morirse en vida porque alguien no supo valorarla, pero siempre estaré aquí, se lo prometí de niños y jamás he faltado a una promesa. – Betty lo vio con remordimiento –

Be. Discúlpeme Nicolás, tiene razón y eso es lo que más me duele, pero entiéndame, no decido de quien enamorarme.

Nic. Sí Betty, eso lo sé, pero tampoco puede insistir en algo que no le conviene y eso si lo puede prevenir, vea… yo sé que usted está enamorada de ese tipo, se le nota, pero él no, las matemáticas son SIMPLES.

Be. Lo sé, créeme ya mire todos los posibles escenarios y en todos pierdo.

Nic. Yo pienso que debe alejarse, poco a poco, como le convenga, no la voy a obligar a nada que no quiera, jamás ha sido mi estilo, pero Betty… - se acercó abrazándola – aléjese, si? – ella le sonrió estaba convencida en ese momento que era lo mejor, pero solo por el momento, sabía que Armando encontraría la forma de retenerla –

Betty volvió a llorar desmedida, necesitaba llorar hace mucho, Armando había sido más que una historia de amor, un nuevo tormento en su vida, una pesadilla hecha realidad, y sí que le gustaba estar en ella, no quería despertar, engañándose con la falsa idea que eran el uno para el otro. Al fin llego Felipe el chofer de su padre a recogerla, se despidió con un fuerte abrazo de Nicolás prometiéndose verse más seguido.

Más tarde…

Betty estaba en el jardín frontal de su casa, debajo del gran roble donde yacían las ruinas de su casita del árbol, sabía que se estaba jugando el todo por Armando, así mismo como con Michel y el orden de los factores no altera el producto, ella lo sabía perfectamente, trataba con números todo el día, pero no podía reducir sus sentimientos por Armando a simples cifras, ella sabía que lo que ambos sentían era real, y no dejaría, no debía abandonarlo, lo bueno siempre tomaba tiempo, eso era lo que siempre le decía su padre y siempre había resultado cierto, no hubo necesidad esta vez que Armando la convenciera, ella había hecho su trabajo, al fin y al cabo fue un extraño el que le dijo aquello, necesitaba escuchar su versión de los hechos.

En Cartagena…

Roberto iba en paseo de coche con Margarita y Armando, mientras hablaban sobre lo bella y colorida que era la ciudad amurallada, ese día el sol había sido bueno y el día era fresco, Marcela hizo que el chofer se detuviera al frente de una hermosa boutique de artesanías, Margarita la acompaño dejando a Armando con su padre.

Rob. Como va todo con Marcela?

Ar. Bien papá – contesto timido –

Rob. Armando… - dijo llevándose las manos a la boca – Quería comentarte algo que estoy haciendo por ti.

Ar. Claro papá – contesto emocionado – dígame.

Rob. Te estoy organizando una fiesta sorpresa de compromiso en Bogotá, hoy te entrego este anillo que fue de abuela y ahora de tu madre, quiero que se lo des a Marcela – Armando frunció el ceño, no entendía –

Ar. Papá… yo todavía no me voy a comprometer con Marcela, estamos muy jóvenes…

Rob. No me interesa… llevan demasiado tiempo de novios y eso no se ve bien, igual no tienen que casarse enseguida, pero si necesito que lo hagas hoy, ya mañana nos marchamos y todos nuestros allegados han sido invitados – Armando quedo frío –

Ar. Pero papá… acaso no te importa lo que pienso? Lo que quiero para mi vida…

Rob. Quieres a Ecomoda en tu vida, no?

Ar. Si pero…

Rob. Entonces por lo tanto querrás a Marcela, ella será tu mano derecha.

Ar. Pero papá mira yo quería viajar un tiempo a Europa, estudiar algo de literatura y…

Rob. Armando creo que no he sido claro, necesito que seas tu quien lleve la presidencia de Ecomoda, no Daniel, necesitamos seguir llevando el mando de esta empresa, y no puedes darte un lujo tan egoísta como ese, me entendiste? – Armando solo asintió, resignado bajo la vista a la nada mientras apretaba los labios – ya arregle todo en el hotel para una cena romántica, espero sepas encontrar el momento, toma.

Armando lo miro con resentimiento mientras le arrancaba el anillo, lo miro por largo tiempo, era la prenda de su encarcelamiento, en eso escucho la voz emocionada de Marcela quien le mostraba las bolsas con las que había salido, la miro duramente y guardo el anillo.

Al llegar al hotel Armando fue directamente al baño, las manos le temblaban de la cólera, saco su celular.

“Ar. Te extraño

Be. Hola, tenemos que hablar.

Ar. Lo sé, pero no puedo llamarte, no he tenido ni un momento a solo

Be. Me imagino.

Ar. No es lo que piensas, simplemente no he estado solo, entre mis papás y Marcela

Be. Bueno.

Ar. No me extrañas? Qué tienes?

Be. Si te extraño, pero necesito hablar contigo, no creo que deba ser por este medio, ya llegaste? No te he visto en la universidad, estás enfermo o es que te escondes?

Ar. No, aún sigo en Cartagena, después te explico.

Be. Por qué estas allá? Me dijiste que sería por el fin de semana.

Ar. Lo sé amor, pero todos querían quedarse, di mil excusas pero no pudo devolverme

Be. Como siempre, ellos controlan tu vida.

Ar. *Y no sabes cuánto…* Le dio borrar* Hablamos después, Marcela me llama.

Betty se quedó viendo la pantalla, sabía que ya no podría responderle, tiro el celular a la cama, este dio varios brincos y cayó al suelo.

Be. Lo que faltaba, que se me parta la pantalla – lo levanto, tenía una pequeña fisura – el celular volvió a vibrar, era un número desconocido.

“ – Hola J

Be. Disculpa, no tengo el número registrado, con quién hablo?

- Un admirador *Cara sonrojada*

Be. Admirador? Es una broma?

- No, es en serio, prefiero hablar en anónimo, si no te molesta.

Be. Bueno si me molesta, no me gusta que me dejen con la intriga, quien habla?

- Mira, sé que no te gusta, y entiendo que te moleste, pero también sé que tienes un relación complicada con Mendoza y la verdad no quiero ser él que se mete con una de las mujeres de Armando Mendoza, no termina bien.

Be. PERDÓN!? YO NO SOY UNA DE SUS MUJERES Y MIRA, SI ANTES NO ME CONVENCIA HABLAR CONTIGO AHORA MENOS, TE VOY A BLOQUEAR, QUE TE VAYA BIEN!

- Perdón Betty mire… no me exprese bien, sé que usted no es eso, o sea… no es lo que se esta imaginando.

- Mire yo, yo siempre he sentido algo por usted y no es correcto, por eso antes de cualquier cosa, quiero estar seguro que tengo una oportunidad, me dría mucha pena verla a la cara confesarle lo que siento por usted y que me diga que no y después como hago para verla, para hablarle.

Be. Pero… es que no entiendo, como que no sería correcto, quien eres?

- Aquí lo importante es que la admiro mucho, la respeto mucho y sobre todo, me gusta, es una mujer muy inteligente y realmente no deseo importunarla.

- Si usted me dice que no desea que le escriba más, yo entenderé… *cara triste*

Be. Es que no sé, se siente raro…

- Déjese llevar Beatriz, y si usted considera que no le funciona esto, solo tendrá que bloquearme.

Be. Bueno, al menos sé que es de la universidad, eso reduce mucho la búsqueda.

- Sí, soy de la universidad.

Be. Aun no estoy convencida, pero no veo problema en escribirnos. Cómo sabes lo mío con Armando, eres Mario?

- No… una vez discutían yo estaba cerca y me pareció que eran algo porque como los vi, después descubrí que no, bueno ate cabos.

Be. Alguien más lo sabe?

- No, bueno, no que yo sepa… En serio quiere hablar de Armando?

Be. Perdón, es que esto es muy raro, y cuantas clases compartimos?

- Varias.

Be, Cuales?

- Varias… jajaja

Be. Jajaja en serio no piensa decirme quien eres….

- Aún no…

Be. Bueno, hablamos después voy a cenar.

- Está bien, buen provecho…

Esa conversación dejo a Betty muy entusiasmada y por al menos lo que duro no recordó su drama con Armando, eso le gusto, saber que tenía opciones le gusto, sentirse linda y que alguien fuese capaz de hacer eso por ella le parecía muy tierno, aun no estaba convencida, no sabía quién era y si le iba a funcionar, pero al menos era algo fuera, algo diferente y sin cero tormentos, si no le gustaba solo debía irse, y como “él” dijo bloquearlo. Comió y charlo un rato con sus padres, después se sentaron en el jardín a comer el postre, pero tenía un desespero, se moría por saber, por seguir hablando con su “admirador” llamarlo así le pareció raro y ridículo, riendo empezó a escribirle.

“Be. Como debo guardar tu número?

- Como “E”

Be. Tu nombre empieza con “E”?

- Jajajaja No…

Be. Entonces por qué “E”?

- Porque una parte de mi nombre tiene esa vocal…

Be. Jajajaja en serio esto es necesario?

- No te parece una forma diferente de conocernos?

Be. Querrás decir conocerte, porque tú ya sabes quién soy yo…

- Pero esa es la idea, hacerlo especial para ti, porque tú ya eres especial para mí.

Armando se estaba alistando para su cena romántica con Marcela, sentía que iba para su propio funeral y no podía evitar sentir odio hacia ella, a pesar de que no fuese la persona que lo obligará, ella también era una marioneta en el juego de poderes de sus padres, no entendía porque tenía que cumplir con una promesa que jamás hizo, lamenta el día que cayó antes las insistencias de Marcela, ella toda la vida estuvo enamorada de él, pero Armando siempre la vio como una hermanita, así los habían criado y le parecía demasiado extraño verla como una mujer, pero su padre, su malicioso padre siempre sabía cómo manipularlo, y así fue como empezó una serie de eventos en cadena, cuando quiso darse cuenta ya estaba en una relación sería que nunca busco y nunca quiso, no puede negar que al principio disfrutaba de la compañía de Marcela, ella siempre ha estado para él, para acompañarlo, pero era la familiaridad que había entre ambos, se sentía bien tener a alguien de su familia incondicionalmente a su lado y llego amarla, pero Marcela… realmente una mujer muy demandante y posesiva, ella más que nadie conocía su historial y eso no ayudo mucho a ambos.

Marg. Hijo… puedo pasar? – Armando salió de su discurso mental –

Ar. Claro mamá, pasa

Marg. Me contó tu papá de la sorpresa para Marcela, por qué no me dijiste nada? Te hubiese ayudado… - dijo emocionada –

Ar. Digamos que fue una sorpresa para mí también mamá.

Marg. Como así hijo? No entiendo…

Ar. Lo orquesto mi papá y luego me aviso

Marg. No pero como así Armando? No, esto tengo que hablarlo con Roberto, no puedo obligarte a comprometerte.

Ar. Mamá déjalo así, yo sabré salir de esto, tranquila.

En Bogotá Betty empezó a mirar las redes de Armando, era muy perfil bajo, tenía una solo foto con Marcela y era grupal en una cabaña a las afueras de Bogotá según la descripción. Siguió bajando y había una foto que al parecer se le había tomado distraído en ella salía su diario de poemas, eso le trajo el recuerdo de Cartagena y la despedida que le escribió, ese la puso algo melancólica, pronto el celular vibra.

“E. Hola, qué haces?

Be. Hola, nada, aquí leyendo un poco…

E. Quieres que veamos una película?

Be. Cómo? Es en serio!? *esto la tomó por sorpresa y sintió un frío en el estómago*

E. Si, agrega este usuario a tu Skype: MiNombreesE12 y te comparto la pantalla de mi pc, la veremos juntos.

Be. Jajaja en serio? MiNombreEsE? Jajajaja

E. Quiero poder decir que hicimos algo juntos… jajaja

Be. O sea te podré ver?

E. No, mi cámara estará apagada.

En Cartagena Armando estaba esperando en la mesa a Marcela, tal como se lo indicó su padre él estaría primero, al ver llegar a Marcela sintió lástima, ella se veía enamorada, radiante, feliz, ilusionada con todas las velas y flores que había alrededor.

Mar. Mi amor!! Las luces cálidas fue un toque perfecto!! Y que celebramos hoy? Porque todo esto!?

Ar. Porque te lo mereces Marce. – dijo sonriendo

Mar. Que bello quedo todo Armando – tomo su rostro con ambas manos y le dio un beso.

“Be. Listo, ya veo tu pantalla y ahora?

E. Ahora a ver la película, podemos comentarla… puedes hablar si quieres, yo te escribo.

Be. No!! Quiero al menos escuchar tu voz o tu no escucharás la mía…

E. No, sin trampas, si!? Recuerda--- lo quiero hacer especial para ti.

Be. Está bien, que película veremos?

E. Te parece un clásico?

Be. Jajajaja si sorprendeme!

E. Bueno, veremos el fantasma de la ópera… te gusta? *Cara asustada*

Be. Jajaja pues nunca me la he visto.

E. quieres verla?

Be. Por favor! Dijo sonriendo.

E. Realmente eres más hermosa cuando sonríes.

Be. Gracias – dijo sonrojada –

E. Bueno que empiece la función jajaja

En Cartagena…

Ar. Aceptas? – Marcela respira fuerte, su respuesta fue un grito vigoroso, por fin Armando había cumplido su anhelo –

Mar. Claro que si amor, te amooo!!! – Armando se limitaba a sonreír solo con los labios – gracias por preparar todo esto, TE AMO!!!

Ar. Me alegro!

Armando pensaba cada vez más en Betty y como le explicaría todo esto, le aterraba perderla, sabía que esto sería demasiado para ella. Por su parte, Betty risueña e ilusionada hablaba con E sobre cualquier tema menos la película a ambos les aburrió.

Ciertamente el corazón se cansa de perdonar, de esperar, y como bien dice: “Entre más tú perdones sus fallas él te querrá, entre más tú lo hagas, tu no lo harás”.

CONTINUARÁ.

 
 
 

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