“El diario de Armando” #YSBLF – Capitulo 11
- Fan YSBLF !
- 29 oct 2018
- 9 Min. de lectura

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Ya todo estaba empacado y listo para salir, estaban viendo la distribución de todos en las camionetas, Claudio, Patricia, Marcela, y María vivían muy cerca, Jerónimo y Armando estaban en el mismo edificio y Betty obviamente se iría con Mario, era con el único que quería estar.
MC. Tienes todo listo? No se te queda nada?
Be. Si, y tú?
MC. Creo que sí y si no vengo después jajaja
Armando serio los veía a través de la ventana de la camioneta de Jerónimo, moría por estar al lado de Betty, el resto de ese día había sido ignorado, incluso cuando hablaban en grupo y opinaba sobre algún tema ella simplemente callaba, sabía perfecto que el comentario de esta mañana le hirió y quería remediarlo, la pregunta era ¿Cómo? Ya que ella no ella no le permitía nada. Tomo celular, enviaba un mensaje.
“Ar. Mario, necesito que no pierda de vista a Jerónimo, debo hablar con Betty”
MC. Qué va hacer?
Ar. En alguna intersección para y me paso con ustedes, cuando estemos en la ciudad.
MC. Y Marcela?
Ar. Ya quedamos para vernos en la U, tuve suficiente de ella
MC. Ok”.
Be. Ya todos tiene los carros en marcha, con quien tan hablas? Otra amiguita? Jajaja
MC. Algo así… - dijo colocando el carro en primera y siguiendo muy de cerca a Jerónimo como era su instrucción –
Ya iba media hora de camino, Beatriz cayó en un profundo sueño, a Mario le encantaba verla dormir, se veía muy dulce e inocente, no le cabía dudas, ese era el encanto que su amigo descubrió en ella, además de su inteligencia.
Armando volteaba cada tanto para verificar que los siguiera de cerca, esto llamo la atención de Jerónimo que sin pudor pregunto.
Jero. Qué pretendes con Betty? – Armando lo miro desconcertado –
Ar. A qué te refieres?
Jero. Armando eres muy obvio hermano, y sinceramente te pregunto qué quieres con ella, es demasiada mujer para ese juego que quieres empezar.
Ar. Demasiada para mí, querrás decir? – Dijo con cínica sonrisa y cólera –
Jero. No sé si sea demasiada para ti, ya eso depende de los gustos de ella.
Ar. Veo que te interesa mucho Beatriz.
Jero. No pienso negarlo, realmente me gusta, por eso te hago la pregunta, porque me importa y no creo que sea correcto lo que intentas hacer, sabiendo que tarde que temprano te comprometerás con Marcela. – Armando tenso la mandíbula –
Ar. En serio, intentar? Crees que aún estoy intentando con ella?
Jero. Que arrogancia hermano… - reía irónico mirando el camino –
Ar. No Jerónimo aquí el arrogante eres tú, que crees que por pasar un par de días con ella la conoces y sabes que es lo que le conviene, te aclaró por si no sabías que la conocí YO en Cartagena, pasamos juntos todo ese viaje y ahora nos volvimos a encontrar en la universidad, así que veo bastante fuera de lugar tu comentario, porque ella no es amiga de Mario porque sí, ella ya ha estado conmigo, te quedo claro?
Jerónimo prefirió guardar silencio, no tenía ganas de saber más sobre Armando y Betty, el que fueran más íntimos de lo que parecía le incomodo, en sí, siempre le incomodaba que Armando se llevará las mejores mujeres, incluso le había quitado a Marcela, él fue quien la trajo al grupo, ella y Armando se conocían de toda la vida por las acciones que comparten sus padres en Ecomoda, pero solo se interesó en ella cuando él mostro algún mínimo de interés, esa rivalidad siempre ha existido sobre ambos y al parecer seguía latente.
El resto del camino estuvieron en un silencio incomodo hasta llegar a Bogotá, allí Armando hizo una llamada.
Ar. Hermano recójame en el Lleras, listo, los espero. Jero porfa déjame por acá.
Jero. Tranquilo Armando tu casa me queda de camino.
Ar. No voy para allá, de todas maneras gracias… - dijo sonriendo forzoso –
Jero. Bien. – Se parqueó y desbloqueo el auto – Armando antes de que te bajes…
Ar. Sí, dime…
Jero. Si no quieres nada en serio con Betty, si por tu mente no se te ha ocurrido dejar a Marcela, no le hagas daño, sí?, solo déjala…
Ar. Tranquilo – dijo colocando su mano en el hombro – eso no pasará.
Jerónimo le sonrió pero como siempre no le creía, sabía perfectamente que Betty haría parte de la fila de mujeres que ha tenido que ver sufrir por Armando, ella lo miraba como todas las demás, con anhelo. Sin más se alejó de ahí pensando en que tan rápido le partiría el corazón.
Mario acababa de colgar con Armando, Betty seguía dormida, él nuevamente disfrutaba de la tranquilidad que su amiga le generaba, a los lejos vio parquear a Jerónimo y la fugaz conversación que tuvieron, espero prudentemente que este se marchará y tratando de no llamar mucho la atención de Betty arrancó.
Ar. Hola!
MC. Shhhh!! Está durmiendo…
Ar. Perdón – dijo en susurro –
MC. Que tanto hablo con Jerónimo?
Ar. Se puso de abogado del diablo y bueno… toco ponerle freno.
MC. Por Betty?
Ar. Si… - dijo sonriendo mientras cerraba la puerta, el ruido despertó a Beatriz, quien se levantó sonriente –
Be. Hola Mario – dijo en bostezo –
MC. Hola lindura, descansaste?
Be. La verdad sí jajajaa y si, si duermo mucho… amor dormir!
Ar. Pues te luce… - al escuchar su voz, Betty se sobre salto y se acomodó rápido en su puesto –
Be. Y en qué momento!?
Ar. Ya hace ratico, pero como ibas tan dormida no te quisimos molestar – dijo guiñándole el ojo Mario –
Be. Veo…
Ar. Betty podemos hablar, sé que le debo…
Be. Tranquilo Armando sé que tendrás nuevamente la excusa perfecta para la idiotez que hiciste, de ante mano te perdono. – dijo mirando seriamente a la nada –
Ar. No Betty, las cosas no son así, sé que no merezco tu perdón y menos que me dirijas la palabra, y no, no quiero darte una excusa, vengo a reconocer que en serio me equivoque y lo que hice no tiene argumentos.
Be. Ok.
MC. Necesito ir al baño, voy a parar en la estación de gasolina – parqueó – ya regreso.
Ar. Podemos hablar los dos a solas, tienes algo que hacer ahora?
Be. No, pero tampoco estoy de ganas Armando,
Ar. Beatriz… no me hagas rogar por Dios!
Betty lo miraba con cinismo, mientras él hacía caras graciosas, no pudo soportar y apretando los labios sonrió.
Be. Está bien. A dónde quieres ir?
Ar. Te parece si vamos a mi apartamento?
Be. Tienes apartamento propio?... O sea de soltero.
Ar. Sí, fue un regalo de mis padres… aunque realmente solo pasó ratos allí cuando quiero estar solo o escribir.
Be. Uhmmmm… bueno, vamos.
Ar. Ya vengo, voy avisarle a Mario que nos vamos.
Be. Dale.
Betty se miraba en el espejo retrovisor se arregló unos cuantos cabellos desordenados, miraba al fondo como Armando le comunicaba a Mario su ida, al parecer a este no le había caído bien la noticia, se veía que le advertía algo a Armando, eso le pareció tierno de Mario, realmente se había comportado como su hermano mayor, como su íntimo amigo.
MC. Ojo con Beatriz, no me pretenda hacer su complice en esto hermano, mire que se lo estoy advirtiendo…
Ar. No pues… me salió Jerónimo dos, tan mala fama tengo?
MC. Armando no me venga con rodeos que yo a usted me lo conozco muy bien y sé qué hace cuando se encierra en ese apartamento, y si ya van dos que se lo dicen al menos escuche… mire que Betty, cuídela, no sea tan cretino, si?
Ar. Jajajaja tranquilícese Mario, no hare nada que ella no quiera y no pienso lastimarla, créame hombre!
MC. Bien, venga… voy a despedirme.
Be. Listo, nos vamos?
MC. Si mi Betty, yo los acompaño hasta aquí, espero les vaya bien – le dio un beso en la frente – no dudes en llamarme, para lo que sea… listo?
Be. Jajaja listo!
Ar. No pues cuidado y la deja con un asesino en serie… - dijo sonriendo –
MC. Peor! La dejo con un cazador experto! Jajajaja nos vemos mañana.
Ambos caminaron cuadras más adelante, Armando llevaba su equipaje y el de Betty, pronto tomaron un taxi y en menos de media hora habían llegado al apartamento de Armando, ella salió al balcón, la vista era impresionante, el viento era fuerte, se abrazó para acurrucarse.
Ar. Quieres chocolate caliente?
Be. Por favor… - Armando dejo todo listo en la cocina, fue por una manta a su habitación, la arreglo un poco y salió –
Ar. Tome Betty, aquí en la noche se siente mucho el viento.
Be. Si esa noto, que atardecer más bello, me imagino que te pierdes por horas en el.
Ar. Si… ha sido testigos de muchos de mis escritos – dijo sonriendo a medio lado –
Be. Cuando me dejarás leerlos?
Ar. Cuando estén listos para conocer al mundo…
Be. Pero yo no soy el mundo, además no diré nada
Ar. En eso te equivocas, estoy seguro que eres el mundo o al menos la vida entera de alguien. – Betty sonrió triste –
Be. Bueno en ese caso me tendrás que explicar cómo se trata a tu vida entera, porque al menos en mi caso, me ha ido muy mal…
Ar. Bueno… puedes explicarte, pero me sería más fácil mostrarte.
Be. Muéstrame a ver… - sonreía con picardía –
Ar. Bueno, lo primero es mirarla como si no hubiese mañana – se acercó un poco a ella y sutilmente la volteo quedando de espaldas a él – después… debes mostrarle que mueres si te falta – empezó a suspirar en su cuello, Betty se erizaba – y por último demostrarle que su boca es único que te sacia.
Armando la volteo, al tiempo que terminaba la frase, la beso con tal pasión con tal ternura que Betty se estremeció al punto de perder el juicio, era como si tuviera el encanto de un vampiro, que te embelesa al punto de no oponer resistencia ante tu inminente muerte, el solo se dedicaba a besarla, a devorarla, a recorrerle el alma, a acelerarle los latidos, era un sensación placentera y a la vez dañina, ambos no sabrían cómo explicarlo, pero así se sentía y les encantaba, Betty corto el último beso con una sonrisa que el continuo besando hasta que ella se alejó un poco, seguían abrazados.
Be. Entonces así deben tratarme?
Ar. Algo así… - dijo sonriendo –
Be. Bueno, estaré más al pendiente al que jure decirme que soy su vida y me bese.
Ar. Uhmmm… Quieres que alguien más te bese?
Be. Si, sería interesante probar con alguien que me bese a mí exclusivamente. – Dijo con su normal sonrisa apretada –
Ar. Veo… bueno al parecer tienes a alguien en mente, al menos yo sí.
Be. Sí, a quién?
Ar. Jerónimo por ejemplo, muere por ti, Sabes?
Be. Sí? No tenía idea…
Ar. Ay por favor! Jajajaja No creo que nos lo hayas notado, cero modestias, si?
Be. La modestia es buena, el exceso de ego por otro lado… - Dijo mirando insinuosa mientras le daba la espalda –
Ar. Por qué me dices egocéntrico? Sabes que no lo soy…
Be. No sé aun quien eres Armando, tienes muchas caras.
Ar. Si lo dices por mi comentario de esta mañana tienes razón, no debí abrir mi boca, pero no soy así, son años de entrenamiento de mi gente y mi ambiente que me hacen reaccionar de esa forma, pero a ti te he podido demostrar sin miedos mi otro yo, a ti… es la única a quien le he confesado lo que pienso de mi existencia, a nadie más, a ti es la única… que le he dicho te amo. – Betty lo miro sorprendida – Si Beatriz, fue en serio, no fue por lo que hacíamos, que por cierto me encanto, es lo que he sentido desde la primera vez que te bese.
Be. Armando pero si apenas nos conocemos…
Ar. Y? Yo he estado por años al lado de mujeres que dije conocer y jamás las ame, esto no se trata de tiempo y lo sabes, es sentir… y tú has logrado despertarme tanto Beatriz y en tampoco tiempo, que me parece irracional, me da miedo, pero es la verdad, no te miento.
Be. Sí, no es de tiempo, pero sí de espacio y el tuyo está ocupado, te he permitido tanto por esto que siento Armando y no es correcto, siempre lo digo, aunque siempre lo ignore.
Ar. Pero lo mío con Marcela no tiene sentido, todos lo saben, incluso ella, dame tiempo mientras soluciono todo pero no me dejes solo sintiendo tanto por ti Beatriz, por favor – empezó a besarla tan posesivamente que la obligo a responderle –
Betty sabía que lo que acababa de aceptar no era correcto, pero se sentía tan bien haciéndolo, lo sentía tan suyo, eso era lo que Armando tenía de especial, y era que en cada beso, cada gesto, cada abrazo lo dejaba claro, él era suyo, y sabía que no amaba a Marcela, eso era notorio para cualquiera, así que al ver que entre ellos no había amor, acepto.
Ar. Entonces, que somos?
Be. Jajajaja realmente todavía no se
Ar. Digamos que somos de nosotros y nuestros…
Be, Jajajaja estás loco…
Ar. Claro! Por ti! – dijo dándole un beso sonoro –
Be. Creo que debo irme, debi haber llegado hace horas, mi papá debe estar histérico porque no he llegado
Ar. Y mi suegro es muy pesado?
Be. Algo… jajaja
Ar. Comamos algo y te llevo, dale?
Be. Que vamos a comer?
Ar. Pastas… es rápido y es lo único que se hacer! Jajajaa
Pasaron gran parte de la noche juntos, comieron, vieron una película, se contaban cualquier cosa de su vida, anhelaban conocerse, ambos parecían dos niños, reían todo el tiempo, Armando insistió en llevar a Betty a casa pero esta se negó, no quería que su papá la viera llegar con Armando, al menos no por ahora, se despidieron con un abrazo fuerte, un beso apasionado y la promesa de mañana antes de entrar a clases encontrarse en algunos de los salones.
Feliz como nunca había estado Armando se permitió escribir.
“Ajena mía,
Pienso en ti más que en mí, eres el secreto que todo el mundo quisiera contar, oficialmente somos de nosotros, moría toda la vida por encontrarme a alguien como tú, tan dispuesta, tan decidida, tan única. Me arden los labios por las huella de tus besos, las ansias de poseer tu cuerpo queman mi piel, pero hoy, con nuestro encuentro he tenido suficiente, mañana espero verte, en nuestro rincón secreto, te adoro mi ajena, te adoro mía”.
CONTINUARÁ.
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