AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 8, Yo soy Betty la fea.
- Fan YSBLF !
- 17 mar 2018
- 7 Min. de lectura
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Betty despertó ese día de mal humor, era consciente que Armando la gritaría en más de una ocasión ese día, en busca de desahogar los gritos que ayer no pudo darle, así que ya se estaba mentalizando, pero no se quedaría callada, ya que le pediría, no, le exigiría dejar de intratarla ya no soportaría ni un insulto más por más celoso o enojado que estuviera ella merecía su respeto.
En Ecomoda acaba de llegar Marcela inusualmente muy temprano, no había podido dormir en toda la noche, estaba furiosa Armando no había pasado la noche en su departamento, llamo mil veces a su fijo y nunca contesto, otras mil a su celular y unas cien a portería hasta el momento no daba señales de vida con él, de seguro estaría con una nueva, Marcela ardía de dolor y rabia, estaba decidida a terminar de una vez por todas con Armando, no iba a soportar más sus engaños.
Armando acaba de llegar a su apartamento, estaba tranquilo a pesar de la advertencia del portero quien le había dicho la cantidad de veces que Marcela llamo, la había pasado muy bien en la noche, no pretendía tener una mala mañana, incluso pensó en no ir a Ecomoda, pero recordó que pondría a Betty en su lugar, estaba harto de su intransigencia, de ser tan ajena a él, era el momento de decidir si estarían o no.
Be. Buenos días Aura María, ya llego Ar… Don Armando?
Aur. Buenos días Betty, nada mija… la que si llego fue Doña Marcela y está hecha un titi, al parecer Don Armando no paso la noche con ella, se le volvió a perder.
Be. Segura Aura María?
Aur. Si mija! Él salió ayer de aquí con Don Mario y Ud. Sabe cómo son ese par cuando se juntan, después de que ellos salieron, como a las cinco minutos unas modelos bajaron y alcance a escuchar que se encontrarían con Don Mario en un bar, así que me imagino que también estaría Don Armando… mira mija… esa que va entrando es con la que le digo, una tal Claudia Bosch.
Betty la veía y en algún momento la mirada de las dos mujeres se cruzaron, Betty sintió arder su estómago, Armando había vuelto a sus andanzas, jamás cambiaría y menos por una persona como ella, estaba seguro que en unas minutos ella llegaría a darle las gracias por la noche juntos.
Be. Bueno Aura María, hablamos después, tengo que llegar hacer unos informes, y ya voy atrasada, no quiero que piensen que llegue tarde, sabe cómo se pone Patricia y Doña Marcela. Eso sí Aura María, cuando vea que llegue Don Armando avíseme, si?
Aur. Claro que si Betty cuente con eso… jajaja
Patricia no se dio cuenta a la hora que llego Beatriz pues ella tampoco había llegado como siempre, la había cogido el día justo al entrar se encontró a Armando parqueando en el carro a las afueras de Ecomoda.
Ar. Muy bonita la hora de llegada Patricia.
Pat. Ay Armando, no me puedes decir nada, no te imaginas todo lo que tuve que coger para llegar, la vida del pobre no es fácil Armando… agradece que alcance a llegar, además mira que llegue junto contigo.
Ar. No pues… perdóneme Patricia su merce, ni más faltaba, disculpe mi insolencia.
Patricia miraba con cara que no entendía a Armando.
En ese momento llego Mario, quien aún traía los tragos en la cabeza, llevaba un cruda de padre y señor nuestro.
Ar. Veo que la pasa muy bien anoche Calderón – dijo mirando a patricia quien entendió que era momento de retirarse – jajaja hasta que hora hermano?
MC. Hermanito… esa mujer era toda una leona, y tomaba como toro le cuento, eso sí, la pase… de lo lindo!!! Pero no puedo ni con el alma, necesito una aspirina, algo que alivia mi pobre ser jajajaja
Ar. Entre a ver – dijo empujándolo –
MC. Hágame pasito que estoy delicado.
Aura María al verlo en la entrada llamo inmediatamente a Betty avisándole que su jefe ya había llegado. Armando no pregunto por Marcela, fue directo a su oficina despidiéndose de Mario. Betty tenía la puerta abierta de su oficina.
Ar. Buenos días Beatriz, cómo amanece?
Be. Buenos días Doctor, muy bien gracias y Ud.?
Ar. Ud.? Volvemos a eso Beatriz, que le dije?
Be. Volvemos a lo mismo doctor? Ya le dije que aquí no lo voy a llamar de otra manera, sabe que estas confianzas en la oficina no me gustan.
Ar. Pero otras si, dijo murmurando.
Be. Que dijo doctor?
Ar. Nada, Betty alguien me ha llamado?
Be. Sí señor, Claudia Bosch, le dejo dicho que más luego pasa por aquí, le dije que aún no había llegado (Mentía, solo quería ver su reacción, igual sabía por su experiencia que tarde o temprano ella aparecería). –Armando empalideció –
Ar. Si?... y que más le dijo? Dijo en tono nervioso.
Be. Nada más, Por qué debía dejarme alguna razón?
Ar. No nada Betty, gracias. – se sentó mientras se limpiaba las gafas, se salvó de esta, ahora faltaba Marcela, pero aún no tenía ganas de eso –
Y como por arte de magia Claudia apareció en la oficina sin tocar, desde la entrada saludaba a Armando.
Cl. Hola chiquito, por fin llegaste! Llegaste bien al apto? – Armando rápidamente se levantó y la tomo del brazo llevándola a rastras a la sala de juntas, Betty cruzo miradas con Armando y movía su cabeza en señal de desaprobación –
Ar. Claudia que te pasa? deja de dar esos espectáculos delante de los empleados, sabes perfecto que estoy comprometido con Marcela, Dios!!!!
Cl. Ay Armando todos aquí saben que la fea te cubre las espaldas así que no tienes nada de qué preocuparte. – intento darle un beso Armando la esquivo –
Ar. Mira Claudia si no vas a ser prudente con esto, entonces es mejor dejar las cosas hasta aquí, te parece?!
Cl. No Armando, cálmate si?, ya tranquilo no vuelve a suceder bueno?
Ar. Bueno ya lárgate y sal por aquí no quiero que te vean salir de mi oficina.
Armando entro de nuevo a su oficina, tenía su cara normal de fastidio, se dirigía a la oficina de Betty quien lo esperaba paciente, sentía ganas de llorar, pero se las trago el enojo era más.
Ar. Betty… mire, yo le puede explicar, lo que pasa es…
Be. Tranquilo Don Armando, no hay nada que explicar, todo está muy claro.
Ar. No Betty mire… yo sé lo que Ud. está pensando y las cosas no son así mire…
Be, Ud. No sabe lo que estoy pensando, Betty se levantó y se fue al baño, no quería llorar delante de él.
Armando la vio salir y tuvo una sensación fea el pecho, era como si la estuviera perdiendo. Justo mientras Betty salía se tropezó con Marcela quien ni si quiera se inmuto en disculparse con ella o dirigirla una mirada, caminaba encerrada en sus propios pensamientos.
Mar. Buenos días Armando, me imagino que fueron muy buenos no? – Armando se sorprendió al escucharla pues entro sin anunciarse –
Ar. Mira Marcela, la verdad si vienes a discutir no estoy de ánimos, después hablamos, tengo cosas por hacer…
Mar. No Armando, es que tu no vas a hablar, de hecho aquí no se va a discutir, simplemente vengo a decir que no quiero seguir contigo.
Ar. Ay Marcela por Dios, dejemos el drama para después si?
Mar. No es ningún drama, te estoy diciendo que no quiero seguir más contigo, qué problema hay en eso? – Armando la miro extrañado, Marcela lo mira con rara calma –
Ar. Estás hablando en serio? La mira desde su escritorio, no podía creerlo, se veía muy segura.
Mar. Si Armando, estoy cansada de ti, de tus mujeres, de tus mentiras… no quiero volver a pasar una noche como la de ayer en toda mi vida, más de estar molesta porque te perdiste, estaba preocupada, yo no merezco eso, y tu definitivamente no me mereces a mí.
Armando la miraba impasible, lo vio como una oportunidad que no desaprovecharía, se ahorraría todo el estrés con sus papás, no lo culparían del rompimiento, las cosas se le estaban dando muy rápido, por fin era libre.
Ar. Bueno Marcela, la verdad es que yo no pretendo retenerte donde hace tiempo no eres feliz.
Mar. Tranquilo jamás pensé que eso pretendieras, eso lo tengo muy claro. Marcela se fue la de la oficina dejando a un Armando desconcertado en su oficina.
Betty regreso del baño justo a tiempo para no tener que escuchar aquella incomoda conversación.
Be. Doctor, le recuerdo que hoy tiene cita con Macro textil con la Doctora Claudia Elena, estará llegando a las 11 am, le pido almuerzo o le hago reservación?
Ar. Si? No recordaba Betty, pida almuerzo, ya el servicio de meseros está contratado?
Be. No doctor, como no sabía si quería salir a solas con Doña Claudia o estar aquí
Ar. Que quiere decir con eso Beatriz?
Be. Nada Doctor, lo que le he dije, nada más…
Ar. Nada? Eso no sonó a nada, hablamos aquí y ahora… explíqueme, que quiso decir.
Be. Doctor que le quise decir? Sencillo lo que media Ecomoda sabe gracias a su imprudente modelo, que ayer se fueron de farra y que pasaron la noche juntos y hasta el amanecer.
Ar. Ella le dijo eso?
Be. No, no hizo falta, aquí todo se sabe y desde ya le digo que no me debe ninguna explicación, no pierda su tiempo doctor si? – Betty se dirigía a su oficina, Armando corrió tras ella para cerrarle el paso –
Ar. No Betty espera, como me dice eso y se va, no las cosas no son así, yo le puedo explicar, mire…
Be. En serio? Quiero escuchar que excusa o cuento se va inventar, esta vez la tiene difícil.
Armando quedo mudo, la frialdad de Betty y lo que sucedió hace un rato con Marcela lo habían desencajado, sentía la situación algo irreal.
Be. Si ve?, esta vez no tiene nada para decir, vive en un mundo de mentiras, del que nunca podrá salir doctor, ese es su más grande problema.
Justo cuando Armando iba a responder entro Patricia quien se extrañó por la cercanía de Armando y Betty.
Pat. Armando ya llego Claudia Elena, la hago pasar o le digo que la espere en sala de juntas?
Ar. Hazla pasar a sala de juntas, dile que en un segundo voy. – Patricia se retiró – Betty podemos hablar después? Deje explicarle las cosas no son así.
Be. Lo esperan. – Betty se zafó de Armando y dolida le cerró la puerta en la cara-
Armando frustrado se dirigió a sala de juntas a atender a Claudia Elena, sentía perder el control y eso no le gustaba para nada, las dos mujeres que más lo amaban las estaba perdiendo, el estómago se encogió, no sabía qué hacer, se sentía perdido.
CONTINUARÁ…
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