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AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 26, Yo soy Betty la fea.

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 14 abr 2018
  • 18 Min. de lectura




Después de un larga recuperación de dos meses Armando estaba de vuelta en Ecomoda, Betty y Daniel se veían con la misma frecuencia no querían alterar la normalidad de la vida de su hijo, así que siempre cenaban juntos, Armando no estuvo de acuerdo con eso, pero le toco aceptar, era lo mínimo que podía hacer por Julito después de separar a sus padres, Betty y él aun mantenían su cortejo para ellos, no quería que nadie se inmiscuyera y generar más drama a su relación, esa tarde no habían compartido mucho, cada uno estaba ocupado con sus asuntos, les gustaba mantenerse ocupados en el trabajo, no querían estar todo el día juntos, querían tiempo para extrañarse, Betty estaba por terminar sus últimos diseños, el día estaba por acabar, Inesita ya se iba, había sido un día pesado, justo cuando terminaba los últimos detalles de un hermoso pero sobrio vestido negro su celular sonó.

Dan. Estoy a fuera con Julito, te demoras?

Be. Hola Daniel, Si, dame un minuto, cierro todo y bajo.

Dan. Bien. Dijo colgando.

Incluso llegar a Ecomoda que también era su empresa le parecía extraño, se sentía fuera de su territorio, no quería cruzarse a Armando, ni verlos juntos, ni si quiera que se dirigieran una mirada, su amigo, él que por muchos años considero su hermano le había quitado su felicidad, aún no lo perdonaba, no los perdonaba, y por más que Betty insistiera que entre ellos no había pasado nada no les creía, era imposible, su química era demasiado obvia.

Betty entro a la oficina, encontró a Armando recostado en el sofá, se tocaba la cien con la mano derecha, sus jaquecas habían regresado.

Be. Ya me voy – dijo haciendo pucheros, al verla su sonrisa apareció, la abrazo y le dio un beso en la frente, ella lo agradeció –

Ar. A qué hora llegó hoy? Dijo pasando ambas manos por su espalda a la altura de su cintura logrando pegarla a su cuerpo.

Be. Como siempre mejor te aviso, a veces Daniel se queda un tiempo más con Julito jugando, es mejor esperar, no quiero que sienta incomodó, recuerda como resulta la última vez.

Ar. Está bien, lo entiendo pero debe hacerse a la idea en algún momento amor.

Be. Me gusta que me digas amor – dijo agarrando su cara con las manos –

Ar. Eso eres mi Betty, mi amor… cuando me vas a dejar darte un beso? No crees que hemos respetado suficiente? Ya es momento… - dijo hablándole cada vez más cerca –

Be. Sí, creo que es el momento, pero no el lugar, te parece más luego? Cuando estemos solitos, y en mi casa. Dijo poniendo sus dedos en su boca, Armando los empezó a besar. – Armando suspiro fuerte, no se aparto –

Ar. Está bien, como siempre ganas…

Be. Te adoro mi gritón, nos vemos entonces, ya me están esperando. – dijo dándole un beso en sus dedos, el gesto le pareció gracioso a Armando quien se lo respondió, era lo más cerca que habían estado sus labios en mucho tiempo –

Verla ir le dolió aunque era suya, a veces sentía que no, a veces parecía más de su nueva vida, de Daniel, cerró la puerta mientras la veía tomar el ascensor, él tomo las escaleras, quería darles tiempo para que salieran y no tener que encontrarse a Daniel, eso aún le causaba temor, él nunca fue a verlo al hospital y menos cuando salió, era lógico ya no eran amigos.

Daniel vio a Betty, ella lo saludo con una amplia sonrisa esa que le recordó sus primeros días de amores, tan pronto llego el recuerdo también la desilusión, Daniel seguía amando con igual intensidad a Betty, ella lo confundía, a veces lo hacía sentir amado, otras veces lo trataba como un extraño, su Betty sin duda era una mujer muy diferente, única.

Be. Como esta mi príncipe?

Jul. Mami! – Salto a sus brazos – hoy me dieron un premio, fui el mejor en educación física, la Miss me dice que soy el más rápido.

Be. Eres el mejor en todo lo que te propongas mi amor. – Dijo dándole un beso al tiempo que miraba a Daniel, él les daba su espacio – Hola Dany.

Dan. Hola Beatriz. Seguía reacio a ella. – ella le sonrió mientras bajaba la mirada, su frialdad aun le era extraña –

Jul. Mami… quiero un abrazo de oso. – Sonriente abrazo fuerte a su hijo – Mami pero lo quiero de los dos – Betty miro seria a Daniel, su hijo la había tomado por sorpresa –

Daniel la miro en busca de aprobación, se moría por sentirla, por tener esa cercanía tan familiar que extrañaba cada noche antes de dormir, ver a Betty sonreír era el “si” que busco.

La familia Valencia Pinzón se abrazó fuertemente, Julito se había convertido en un sándwich humano, su hijo reía de felicidad, los apretaba fuerte contra su pequeña cara, ellos sonreían, estaban felices, Julio siempre los llenaba de felicidad.

Justo en ese momento Armando salía, el ver la escena le dio una punzada en el pecho, su ego floreció y se sentía herido, sintió ganas de gritar, de chillar, pero ese ya no era él, ese Armando había sido enterrado hace mucho tiempo, Betty lo volvió un maniaco celoso, ella era quien lo sacaba de sus cabales, por ella perdía todo control de sus emociones, patino el carro para hacerse sentir, el sonido hizo brincar a Betty quien entendió bien el mensaje, Daniel también lo capto pero quiso ignorarlo, era lo más sano, después de todo Betty seguía siendo su esposa y él era quien tendría el papel principal en su vida, Armando era un agregado.

La comida pasó en total normalidad, Daniel no miro a Betty en toda la noche, las miradas y las sonrisas solo eran para Julito, ella buscaba entablar una conversación con él, pero Daniel la cortaba, no cruzaba más de tres palabras con ella.

Be. Hijo, ve a tu cuarto, recoge los juguetes, voy hablar con papá?

Jul. Si má. – salió corriendo –

Be. Daniel puedes sentarme un momento, necesito hablar contigo. Dijo nerviosa.

Dan. Bien - dijo sentándose – Dime – la miraba desafiante –

Be. Es que quiero que sepas que estoy buscando una casa, creo que es momento y pues como siempre lo hablamos quería saber si estás de acuerdo, el apartamento es tuyo, y no me parece correcto quedarme con él.- Daniel bajo la cabeza mientras hablaba –

Dan. Bueno si tus finanzas te dan para eso, hazlo, - alzo la mirada era seria, fría – por el momento no me incomoda que estés aquí, sabes que es por Julio que te cedí el apartamento, no quiero cambios tan drásticos en su vida, además de que no vivo con él.

Be. Bueno lo que pasa es que busco estar cerca a mis papás, quiero que me ayuden a cuidarlo, además que Julio no tendría que cruzar media ciudad todos los días es agotador para él y siempre llega muy tarde acá, daría lo mismo cuando a veces no lo puedes cuidar o estas ocupado, es mejor que siempre este allá.

Dan. Pero me quedaría menos tiempo para verlo a él, sabes que cuento con poco tiempo y la ubicación aquí es perfecta me queda cerca al trabajo y puedo verlo tantas veces como pueda, tendría que darme un viaje de dos horas ida y vuelta todos los días para cenar juntos, si quieres casa búscala, pero cerca de mí.

Be. Daniel el costo en este vecindario es demasiado, no puedo cubrirlo.

Dan. Entonces no te mudes Beatriz, no me alejes más por Dios! Con lo que hiciste tengo suficiente!!

Be. Bueno ya… baja la voz, solo quería consultarte si no, bueno buscaremos una solución.

Dan. Buscarás una solución. – la actitud de Daniel había cansado a Betty estaba a punto de estallar en rabia -

Jul. Papi, hoy también te vas? – dijo interrumpiendo su conversación –

Dan. Hijo ya hemos hablado, papá y mamá son muy buenos amigos, y los amigos no viven juntos.

Jul. Pero por qué antes si?

Dan. Por qué antes no éramos amigos si no esposos.

Jul. Pero a mí no me gusta que te vayas – Julito empezó a llorar – yo quiero que te quedes, los papás de mis amigos viven juntos, menos los de Martín porque dicen que se divorciaron y ya no se quieren, ya no se quieren? Se divorciaron?

Be. Hijo no llores – lo tomo entre sus brazos y lo apretó fuerte a su pecho – si nos queremos cierto Dany?, solo que como amigos. – Daniel la miro con reproche, se sentía obligado –

Dan. Si hijo, cuando seas grande entenderás, y nosotros te amamos mucho a ti, miro que vengo única y exclusivamente a verte. Ven vamos a dormir… Dijo cargándolo.

Daniel camino con el niño en brazos y justo antes de entrar al cuarto miro a Betty con desaprobación, Julito pronto se durmió mientras Daniel le leía un cuento, Betty tomaba un copa de vino, se había cambiado, tenía una de sus ropas a las que llamaba de gamín, le encantaba, eran las cómodas, Daniel la reparó, sus piernas eran toda una obra digna de admirar, pero se obligó apartar ese pensamiento de su mente.

Dan. Bueno, descansa.

Be. Siempre será así?

Dan. Que cosa?

Be. La forma en como me tratas.

Dan. Pues en el momento si, mientras descubro una nueva que me agrade, por ahora está es la única.

Be. Entiendo que estés dolido, pero no tienes que ser tan frio.

Dan. No, al parecer no entiendes, me pides que deje de ser tu esposo y lo hice, ahora me pides que no sea frio, me acostumbraste a amarte, a entregarme a ti completo, a besarte cada noche, a hacerte mía tantas veces se me antojaba y tú respondías todas mis caricias, ahora ya no puedo, que quieres? Deja de pedirle tanto al mundo Beatriz, no seas tan ilusa, las cosas no funcionan así, no puedo solo venir y darte un beso en la mejilla cuando por años bese todas las partes de tu cuerpo, quizás para ti ha sido fácil olvidar todo esto, pero a mí me está costando un poco más de tiempo, no me presiones, tú fuiste quien me dejo, asúmelo! – tiro la puerta tras él y salió, nuevamente en el ascensor lloraba por tener que irse de su hogar, de su familia –

Jamás pensó verse en esta situación, siempre imagino que cuando se decidiera por una mujer, ella estaría toda la vida junto a él, que le podría dar a su hijo algo que él nunca tuvo, tener una familia para siempre, ver a sus padres juntos, ver a sus padres mimar a sus nietos, vivir el amor a través de ellos, poder ir a la habitación continua y hablar de algún problema, pero ahora y gracias a Armando Mendoza no podría darles eso, su hijo no crecería junto a su padre, ni en una familia funcional, mucho menos unida, ahora tendría dos casas, dos hogares, dos de todo, su vida sería fragmentada.

Con ese pensamiento salió a la calle, paso junto al carro de Armando, no lo notó, se desabrochaba la corbata pensando en la vida que había perdido, en lo que Armando nuevamente tenía pero que esta vez sí le había quitado.

Armando espero que Daniel se fuera e inmediatamente subió al apartamento de Betty, ella lo recibió muy a secas, seguro habían discutido, se veía cansada, apenas y lo miro.

Ar. Pelearon, cierto?

Be. Si… Julito estaba llorando, le pidió que no se fuera, ya no sé qué es lo correcto Armando.

Ar. No digas eso, es mejor que seas sincera, de que te sirve hacer feliz a tu hijo estando en un matrimonio que no deseas, por qué no lo deseas cierto? No sientes correcto nuestro amor?

Betty prefirió no responder y en cambio empezó a besar a Armando, lo besaba como si no hubiese mañana, lo llenaba entero de besos, el sabor de su boca era exquisito tal y como recordaba, adoraba ese sabor, besar a Armando era encender un fuego en su interior, poco a poco y guida por el llegaron a su cuarto, él la tiro y empezó a recorrer su cuerpo con sus manos, palpaba cada espacio, quería recordarla, Betty lo besaba apasionada en un momento abrió sus ojos y recordó donde estaba, empujo a Armando, él quedo desconcertado, no entendía que pasaba, ella quería eso era obvio.

Ar. Que hice?

Be. Aquí no, en este cuarto no puedo.

Ar. De que hablas?

Be. Esta es mi cama matrimonial Armando, aquí no. – Armando resoplo de rabia – No te molestes amor, no he dicho que no quiero, solo que aquí no, ven vamos a la habitación de invitados.

Armando no espero que Betty entrará cuando empezó a besarle los hombros y a masajear sus pechos mientras pegaba su sexo a su derrier, Betty recordaba claramente aquella locura en el baño de Ecomoda donde todo comenzó y quiso repetirlo, Armando deseoso no se le quitaba de encima pero ella logro calmarlo a punta de pequeños besos, lo sentó en una silla y ella se recostó en la cama, abrió sus piernas permitiéndole observar claramente, Betty se masajeaba su sexo sobre la ropa al tiempo que con la boca se humedecía sus dedos preparándolos para tacto, poco a poco se bajó sus bragas y empezó el espectáculo, Armando cayo arrodillado solo centímetros de aquel espectáculo, anhelaba entrar, quería participar activamente, su erección le palpita, le pedía a gritos entrar, Betty se sentó con las piernas abiertas y con sensualidad a trajo su cara a su sexo, empezó a curvarse permitiéndole entrar más a fondo, Armando la recorría de punta a punta con su lengua, Betty gemía enloquecida de placer, Armando como pudo le tapo la boca, obligándola a callar desesperada, pronto la sintió tan húmeda como quería y empezó a penetrarla, era un movimiento sutil quería verla enloquecer con cada entrada, las ganas y las ansias le podían más e incremento el ritmo, una y otra vez la embestía, ella pedía más, aruñaba su espalda en busca de agarre, Armando estaba enloquecido, y pronto exploto dentro de ella, minutos después Betty lo alcanzo, Armando se derrumbó sobre ella, Betty lo abrazo fuerte contra su cuerpo.

Mientras Daniel aun deprimido de camino a su apto, le pidió Javier que lo llevará al bar de siempre, no tenía ganas de sentarse a beber a solas mirando a la nada. Se sentó en la barra y pidió vodka a lo lejos una mujer lo veía con mucho deseo, él no la notaba.

Mesero. Don Daniel, la mujer del fondo le invita esta ronda. – Daniel la buscaba con la mirada, ella levanto la copa en señal de salud, el respondió igual –

Dan. Quien es esa mujer?

Mesero. Ni idea Don Daniel, primera vez que viene acá.

La noche transcurrió entre miradas y coqueteos, pronto ella camino hacia él, se moría de ganas por conocerlo.

Mujer. Hola, por qué tan solo? – Daniel sonrió avergonzado –

Dan. No lo sé, quizás a veces es mejor así.

Mujer. Cómo te llamas?

Daniel Valencia, respondió extendiendo su mano

Mujer. Mucho gusto Andrea Calderón.

Dan. Siempre eres tan directa?

And. Sí, no me gusta esperar.

Dan. Esperar a qué?

And. A que las cosas sucedan, si yo lo puedo hacer no me quita nada, al contrario siempre me da ganancias, no crees? Jajajaja – Daniel sonrió ampliamente –

Dan. Tienes razón, tienes un lindo acento, de dónde eres?

And. Bueno nací en Bogotá pero por negocios nos trasladamos a Barranquilla.

Dan. A que bien, entonces regresaste a tus raíces.

And. Más o menos, realmente mi hermano se casa, y decidió hacer la boda acá, me pidió que ayudará a la novia, pero llegan hasta mañana, la boda será en algunos días, así que decidí relajarme un poco antes de todo el estrés.

Dan. Y viniste sola?

And. Si, por qué te sorprende?

Dan. No sé, me parece raro que una mujer salga a tomar sola, aunque bueno, también deja ver que eres muy independiente.

And. Te gustan las mujeres independientes? – Daniel estaba encantado con su personalidad –

Dan. Me gustan las mujeres tal y como quieran ser.

Hablaron toda la noche, habían tomado bastante, era la primera vez que Daniel se sentía tan a gusto con un extraño, por primera vez dejo de beber en nombre de sus problemas, ella era un encanto, pronto la conversación se puso más íntima.

And. Me imagino eres casado.

Dan. Por qué te imaginas?

And. No sé, eres demasiado lindo para ser soltero.

Dan. Soy separado – dijo en tono serio –

And. Mmmmm… y como veo reciente.

Dan. Si.

And. Bueno espero que no sea un problema entonces.

Dan. Problema para qué?

And. Para salir… espero que ninguna ex neurótica me persiga por toda Bogotá, porque realmente quiero recorrer Bogotá contigo.

Dan. No te da miedo salir con un extraño.

And. Tú sientes que hablas con una extraña?

Dan. No pero…

And. Siento lo mismo… nos vamos?

Dan. Y a esta hora, donde se supone que vamos a ir?

And. No lo sé, sorpréndeme.

Daniel le llego un solo lugar a la mente, normalmente no llevaría a cualquiera, pero ya había llevado a Betty y viendo como resulto ya no le interesaban las excepciones, al llegar Andrea estaba encantada con el lugar era mágico, aunque hacía frío se sentía cálido al lado de él.

Dan. Qué te parece?

And. Me encanta, no sabía que aun existían lugares así en Bogotá.

Dan. Aquí venía mucho con mis papás.

And. Por qué ya no?

Dan. Murieron.

Daniel se abrió de una manera inexplicable a Andrea, tenía una energía tan bella, lograba hacerte sentir a gusto.

And. Puedo pedirte algo?

Dan. Dime.

And. Dame un beso. – Daniel estaba sorprendido –

Dan. Donde lo quieres?

And. Donde me lo quieras dar, SORPRENDEME!

Daniel empezó a besar a Andrea tímidamente, luego sus besos se hicieron más intensos, estaba loco por acostarse con ella, hace tiempo no tenía sexo, nadie lo provocaba para esos tiempos, ella le pidió que la llevara a su apartamento él dudo por un momento pero accedió, Javier los esperaba y notando la urgencia de estar a solas de su jefe conducía como cohete, esa noche Daniel se conectó como hace tiempo no lo hacía, la amo toda la noche y amaneció en sus brazos.

And. Gracias por lo de ayer, lo disfrute mucho.

Dan. Mmmm… da nada? Jajaja no sé qué más decirte realmente.

And. Bueno, creo que debo irme, mis papás deben estar buscándome como locos y mi hermano ni se diga.

Dan. Si quieres le digo a mi chofer que te lleve.

And. Uy que elegante! Acepto! Jajaja – le dio un largo y apasionado beso, se vistió y tan pronto como Javier se anunció ella se marchó.

Ese día más tarde Daniel debía ir por Julio ya que Betty no podría recogerlo, de camino solo podía pensar en Andrea y en la gran noche que habían tenido, hace tiempo no le interesaba una mujer y la verdad es que había pasado el tiempo suficiente para eso, ya no le debía luto a Betty, pues ella ni si quiera se lo había guardado, Doña Julia y Daniel se saludaron con notoria incomodidad, estaba en total desacuerdo con la decisión de Betty pero la respetaba.

Dan. Doña Julia puede pedirle un favor.

DJ. Si mijo dígame.

Dan. Betty me comento que está buscando casa cerca a ustedes y realmente me incomoda su decisión si puede hablar con ella y aconsejarla le agradecería, no deseo vivir tan alejado de Julito.

Dj. Claro que si Danielito, yo lo que menos quiero es que se separen más mijo, ojala puedan arreglar las cosas.

Dan. Gracias doña Julia.

De camino a Ecomoda Daniel no podía dejar de pensar en Andrea, le encantaba todo de ella, por fin no andaba como un remedo de hombre lastimero, por fin se sentía vivo, estaba decidido a no seguir lamentándose por Betty.

Al llegar encontró a Betty esperando a fuera, hablaba con Wilson, Daniel no se bajó le hizo señas con las manos y ella se montó en el carro, saludo a su niño.

Be. Como te fue hoy Daniel?

Dan. Bien.

Be. Me alegra, yo ando un poco enredada con esta nueva colección vendrás a verla el viernes?

Dan. Quizás.

Be. Será que puedes dejar de contestarme en monosílabos, acuérdate que estamos con Julito y él no debe…- El celular de Daniel suena interrumpiendo a Betty, él la mira sin inmutarse por la cara de ira de Beatriz le había plantad, contesta-

Dan. Alo? Andrea? No pensé que me llamarías tan pronto, cómo vas? – Dijo sonriendo alegremente – Si claro, a qué hora? En el mismo bar? Dale Andre, nos vemos entonces, adiós. Colgó sin inmutarse por Betty.

Be. Andrea? Alguna socia?

Dan. No.

Be. Entonces?

Dan. Amiga.

Be. Veo… ahora si tienes amigas.

Dan. Si.

Be. Espero que si decides tener algún tipo de relación me lo hagas saber porque merezco saber qué tipo de personas van a estar cerca a mi hijo.

Dan. No te digo lo que debería por respeto a Julio.

Be. A ver! Dime!

Da. Bueno… me parece de lo más ridículo y cínico lo que haces, ahora pretendes que te rinda cuentas sobre mi vida personal, cuando tu ni si quiera me tuviste en cuenta con Armando, por Dios Beatriz!

Be. Sabes que es diferente porque…

Dan. Si claro, porque no recordabas, verdad? Tú excusa perfecta e irrefutable. Tiraste años de relación porque insistes en vivir tu pasado, pero ojo… tu hijo está en tu presente.

Be. Siempre dices lo mismo, acaso he descuido a Julito? Siempre estoy con él, tanto o más que tú!

Dan. Si estás más con él porque despierta a tu lado, lastimosamente yo no fui quien decidió eliminar esa opción.

Be. Contigo siempre tendré las de perder cierto?

Dan. No sé porque hablas de perder, si aquí nadie ha ganado.

Con ese último comentario Daniel callo a Beatriz, era cierto, estar con Armando no se sentía ganar, su hijo sufría por su ruptura y ahora Daniel incluiría otra persona en su vida, por más que quisiera convencerse era consciente que había tomado una decisión muy dura, en la cena no cruzaron mayor palabra, Daniel como siempre acompaña a Julio hasta que se durmió.

Be. Te vas a ver ahora con ella?

Dan. Si. – Betty apretó la mandíbula –

Be. Entonces no me vas a decir quién es. – lo miraba con reproche –

Dan. No.

Be. Daniel por Dios, dime al menos una frase completa, no podemos seguir así.

Dan. No tengo porque informarte sobre mi vida, no me pidas explicaciones que tú no estás dispuesta a darme.

Be. Armando y yo ya empezamos una relación ayer…

Dan. Beatriz por Dios! NO – ME IN-TE - RE- SA - puedes entenderlo?

Be. Si pero si te doy explicaciones, ahora tú me debes una.

Dan. Ja! En serio. Nos vemos- Betty lo toma por el brazo –

Be. No te vas de aquí hasta que no me digas quien es esa Daniel!!!!

Dan. Baja la voz… yo no te debo explicaciones. Dijo zafándose

Nuevamente tiro la puerta esta vez no lloraba, se sentía poderoso, por fin estaba dándole a probar de su propia medicina, no lo hacía a propósito pero disfrutaba hacerlo, estaba cansado de ese drama en su vida.

Esa noche Daniel se acostó con Andrea y su faena fue hasta el amanecer, esa mujer sabía perfecto como encenderlo, era puro fuego y súper des complicada, todo lo contrario a su vida.

Llego el viernes y el lanzamiento de la colección para los ejecutivos de Ecomoda, Mario Calderón fue la sorpresa del momento, llego con su prometida Luciana, en un par de semanas se casarían y había invitado a todos los accionista, incluido Daniel y Señora cuestión que fue muy incómoda al enterarse de las buenas nuevas.

MC. Oiga hasta que se quedó con Betty usted si no aprende, aunque no hay que negarlo está muy buena, que se hizo?

Ar. Usted si no cambia es nada Calderón mejor cállese sí.

MC. Cambiando de tema, y hoy será que si viene Danielito?

Ar. Espero que si hombre, la verdad creo que es momento de ir acostumbrándonos.

En ese momento llega la hermana de Mario, Andrea.

MC. Armando, mira, si recuerdas a mi hermana? La pequeña revoltosa.

Ar. Dios mío, a qué hora te creciste jajaja me siento viejo, como estas, dijo dándole un beso en la mejilla.

And. Muy bien Armando, aquí ansiosa por darle una sorpresa a mi hermano.

MC. Y eso muñeca?

And. Paciencia… - dijo sonriendo –

Daniel llegaba en ese momento Beatriz estaba tras vestidores, Armando lo vio llegar, sus miradas se cruzaron ambos se incomodaron y miraron a lados contrarios, Andrea le hizo señas a Daniel y para su infortunio debía acercarse a Armando.

Dan. Buenas tardes. – Armando y Mario incomodos respondieron en coro –

And. Se conocen?

Ar. Si claro, Daniel es una de los socios mayoritarios, sus padres y los míos crearon la compañía.

And. Vea pues, lo pequeño que es el mundo, Daniel y yo estamos saliendo.

Mario y Armando se miraron asombrados, Daniel era casi diez años mayor que Andrea, además que no tenían ni idea como se conocían y menos de que Daniel salía con alguien.

MC. Veo Daniel que conoces muy bien a mi hermanita.

Dan. Eres hermana de Mario? Mario Calderón?

And. Jajajaj tan malo sería?... si somos hermanos.

Dan. No para nada, solo me sorprenden las ironías del mundo.

El desfile comenzó, como siempre Betty había creado una colección exquisita, bajo a saludar a los ejecutivos mientras hablaba con ellos vio a Daniel junto con Armando y Mario, con gran incomodidad se acercó a saludarlos.

Be. Buenas tardes.

MC. Betty te felicito!!! Es una de las mejores colecciones que ha sacado Ecomoda, de verdad que esta vez te sobraste.

Be. Gracias Mario – dijo sonriendo forzosamente – Hola Daniel, como estas?

Dan. Bien. – Armando se sentía indignado lo saludaría de último o como siempre después de Valencia –

MC. Betty te presento a mi hermana Andrea, vino a pasar una temporada en Bogotá.

And. Mucho gusto, que diseños, de verdad la felicito, le ha dado nuevos aires a Ecomoda.

Be. Que gusto que haya sido de todo tu agrado, y por cuanto tiempo te quedarás – dijo sonriéndole ampliamente –

And. Eso depende. – dijo mirando coquetamente a Daniel, Betty noto el cruce miradas –

Be. De qué? Estaba curiosa por entender.

And. Si tú me pides que me quede- dijo mirando a Daniel – Daniel se ruborizo, aunque disfrutaba el momento y la cara de Betty por supuesto –

Be. Como así? No entendí. – Dijo con gran molestia, cortando sus miradas.

MC. Al parecer Daniel y mi hermana se conocen demasiado bien, mejor dicho… están saliendo. – Armando lo codeó –

Be. Ah… con que tú eres su nueva amiga - Betty veía todo rojo –

And. Jajaja Uy Dany, al parecer has hablado mucho de mí.

Be. Fíjate que no, por el contrario, no me ha querido decir nada. – Betty miraba a Daniel con básico odio –

Dan. Andrea… te contextualizo te presento a Beatriz Pinzón, no solo es la diseñadora de Ecomoda, si no también mi ex esposa… Dijo sonriendo irónicamente - Armando sentía morir, no era su ex esposa, era la novia de Armando Mendoza, como se atrevía a darle otra etiqueta – apretó los puños, se sentía impotente.

Andrea estaba totalmente apenada por la situación Mario lo noto y se excusó diciendo que acompañarían de nuevo a Luciana dejando al trio a solas.

Dan. Te pido que dejes los reproches en privado. Permiso. Se marchó dejándola con la palabra en la boca, Betty estaba colérica.

Ar. Entonces Beatriz, a que juegas? Prácticamente acabas de hacerle a Daniel una escena de celos, solo falta aclararle a esta niña que yo era tu nueva pareja y ex cuñado de Daniel… por Dios! – Furioso Armando fue tras Marcela y Nicolás que de lejos habían visto la escena –

Mar. Discutieron? Armando entiende a Daniel, aún está muy…

Ar. No Marcela, no fue por Daniel fue por ella, precisamente hoy tenía que hacerme esto.

Ni. Qué pasó?

Ar. Le hizo una escena de celos a Daniel de lo más ridícula y todo delante de mío.

Marcela y Nicolás guardaron silencio mientras veían a Betty irse para el taller, realmente prefirieron no opinar en lo que acababa de suceder, era demasiado confuso.

Betty no tenía nada para decir, sin dudas había hecho el papelazo de su vida, sentía venir todos los colores al rostro, Armando se había ido furioso dejando sola aunque rodeada de tanta gente, por primera vez se sintió abandonada, sintió que las lágrimas venían y corrió al baño para evitar que la vieran, se miraba en el espejo, se sentía desconcertada.

Be. Decídete de una vez Beatriz Pinzón Solano, basta de quererlos a los dos.

Continuara.

 
 
 

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