AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 17, Yo soy Betty la fea.

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En presidencia Armando intentaba ser calmado por Roberto, pero se negaba a dejar de llorar, se negaba a aceptar esas miradas indiferentes de Betty, ese fue lo que más le dolió que lo haya olvidado de esa forma y que ahora esté con Daniel su peor enemigo.

Rob. Armando porque lloras de esa manera, no está muerta hijo, está viva no era lo que más deseabas, debes estar feliz, no llores de esa manera por Dios Armando…

Ar. Ella merece que la llore de esta manera, ella merece todo papá, le hice tanto a daño a Betty tú sabes de memoria todo el daño que hice, y sí, sí… Dios me la devolvió pero que peor castigo que su olvido, no sabe quién soy, ni siquiera recuerda todo lo que vivimos – Armando empezó a entrar en una de sus crisis depresivas –

Rob. Armando cálmate, no te alteres así hijo, por favor, donde estas las patillas? ¡Paaaatricia! Por favor traiga las pastillas de Armando, hijo respira profundo….

Ar. Por años, años y años… no quise tocar a ninguna mujer que no fuese ella, porque debía esperarla, jamás la hubiese apartado así de mi vida si hubiese sabido que esa sería la última vez en estos dos malditos años que la vería, no quise estar con otra mujer porque me declare de ella y ahora que volvió no me recuerda, y yo estoy con otra y ella esta con otro y no me recuerda papá, no me recuerda!

Patricia entro con las pastillas y un vaso con agua, siempre las tenía a la mano ya que en más de una vez fueron necesarias.

Ar. Nooooo!!! No quiero nada, no quiero sentirme adormecido, quiero sentir todo, quiero sufrir todo el dolor de este mundo, me lo merezco… - Armando se sirvió un trago de whiskey mientras Roberto en vano forcejaba con él – se tomó varías pastillas –

Rob. Armando por Dios qué haces… Daniel!!! Nicolás!!! Alguien que me ayude!!, Armando respira… Armandoooo Hijo!!!

Armando dejo caerse a la inconciencia, sus ojos se pusieron blancos, Roberto no puedo sostener el peso de su hijo sobre pasaba sus fuerzas, en ese momento entro Nicolás quien lo sostuvo a tiempo evitando que se cayera, lo recostaron en el sofá, Gabriela llego junto con Nico, y lloraba al verlo así, pero sentía aún más odio por quien le había provocado esa crisis, no tenía dos segundos de conocerla y ya la detestaba.

Betty estaba asustada por los gritos, Daniel no la abandonaba, la dejo sentada y unos minutos después que Nicolás entro a presidencia.

Be. Que pasa? ocasione algún problema? Don Armando aun esta molesto conmigo?

Mar. No Betty tranquila no has hecho nada, Armando sufre de crisis depresivas, él amaba mucho a una mujer y ella lo dejó, seguro es una de esas crisis que le dio, pero tú no tienes culpa de nada, si? – Marcela toma las manos de Betty y le dio una gran sonrisa que la tranquilizo –

Be. Pero… disculpe la imprudencia, pero su novia no es la señora… perdón me recuerdas su nombre

Mar. Gabriela… si ella es su novia pero al parecer no ha olvidado a su amor, es normal, no crees?

Be. Si, debe ser duro estar con un hombre que no te ama de todo, que lo tienes a medias.

Mar. Si Betty, es terrible… créeme antes de Nicolás, Armando y yo tuvimos una relación y fue mi toxica y me sentía así, amaba a un hombre que no estaba completo para mí, pero Armando ahora es alguien muy diferente, es uno de mi más grande amigos, esa mujer lo cambió, el amor lo cambio, pero no sé dio cuenta a tiempo y por eso la perdió.

Be. Veo… que triste, espero el señor Mendoza se pueda recuperar.

Mar. Creo que pronto lo hará Betty.

Daniel estaba confundido por todo lo que había pasado, sabía que Armando sufría de estrés o bueno eso era lo que le habían dicho, pero no sabía que estaba tan mal, en esas condiciones no debía ser presidente de Ecomoda, pero sabía perfecto que nada de eso cambiaría.

Dan. Roberto esas son las crisis que me has comentado…

Rob. Si Daniel, esas son, creo que deben irse, mañana hablamos mejor, te parece? Yo la atiendo y hablo con ella miro que tal y te aviso a ti, puedes estar en la reunión si quieres, pero creo que ahora no es el momento, además tengo que atender a Armando. _ Daniel se despidió de todos, invito a Marcela a su apartamento, esa noche quedaron en cenar los cuatro en el apartamento de Daniel, Betty junto con Dany salieron de Ecomoda –

De camino a su casa Betty no podía sacarse la expresión de Armando, era un hombre muy bello pero sombrío de seguro era por su amor, le pareció triste su situación, Daniel iba callado, también estaba asombrado por la gravedad de la salud mental de Armando, en otro momento se habría aprovechado de eso para desbancarlo y por fin conseguir la presidencia, pero ya no le interesaba su estúpida competencia con él, Betty lo llenaba en todo sentido.

Armando despertó en el hospital, tenían una ganas de vomitar horribles, le habían hecho un lavado estomacal, se sentía dormitado, Roberto esta con él, Margarita esta con Tico razón por la que no pudo acompañarlo, Gabriela se había quedado en Ecomoda Roberto le había pedido el favor de quedarse al frente por el día de hoy, Nicolás y Marcela le hacían compañía a Roberto.

Ar. Donde estoy…?

Mar. Armando gracias a Dios que despertaste, nos preocupaste demasiado…!

Ar.y Betty? donde esta? Esta aquí?

Ni. Armando, Betty se fue con Daniel, acuérdese que ella no recuerda a nada, ni a nadie… - Armando volteo la cara al sentido contrario, miraba la pared –

Rob. Armando, acabo de colgar con Daniel y nos dio algunas recomendaciones, no podemos forzar a Beatriz a recordar, a veces sufre de migrañas muy fuertes, su cerebro tiene algunas lesiones, así que no puedes hablarle de nada pasado, a menos que ella recuerde, ya hable con Marcela y seguiremos omitiéndole a Daniel de tu relación con ella y de todo lo que vivieron juntos, me estás escuchando Armando?

Armando no respondió nuevamente empezó a lagrimear, comprendió que ese era su castigo por todo el daño que le había hecho, estar a su lado, sentir tanto por ella y que ella no se inmutaba por él.

Mar. Armando, ella sintió mucho miedo por cómo te vio hoy, se preocupó mucho por ti, quizás no recuerda muchas cosas, pero sigue siendo muy noble, en el fondo es la Betty que recuerdas, cierto amor?

Ni. Si Armando, pienso que debe tomarlo con calma, yo también sentí tantas cosas cuando la vi, pero ella me consoló, no entendía nada pero me consoló, puedo pedirles que me dejan un rato a solas con él? – Todos asintieron – Mire Armando, sé que al principio nos costó mucho ser amigos, pero aquí estamos y me siento muy feliz por eso. Yo quiero que entiendas, que aún en el fondo ella está ahí, quizás no como querías pero está sana y salva, yo no debería decirte eso, pero sé cuánto la amas, estos dos años me lo demostraron, pienso que debes recuperarla a su tiempo, pero no te eches a morir, ese no es el Armando que conocí el que por años no se cansó de buscarla, porque en el fondo sabía que estaba viva, que dices? Te echaras a morir o la seguirás buscando?

Armando reflexionaba sobre todas las cosas que Nicolás decía, las cuales eran muy ciertas, él había luchado contra todo pronóstico y ahora la tenía al frente, no seguiría victimizándose, debía vivir para ella.

El resto de la semana Armando se la tomo para descansar y des estresarte, compartir con su hijo era lo que más lo desconectaba pero siempre con Betty en su corazón, ahora si era posible pensar en forma una familia, en criar juntos a Roberto, en ser esa familia que tanto soñó, solo había un problema y como siempre era Daniel Valencia, pero esta vez se la jugaría toda por ella, no habría temores, ni silencios.

Gabriela intento comunicarse en vano toda la semana con Armando, Margarita siempre le decía que estaba en reposo y durmiendo, que ella le avisaba que llamo pero nunca devolvía las llamadas, ella había entendido que la estaba evitando y todo era por la fea renovada, sentía tanta ira, quería controlar la situación pero no sabía cómo. Roberto estaba a cargo de la empresa de nuevo por esos días, siempre que se encontraba con Gabriela evitaba a toda costa hablar de ella y su relación con Armando, ahora que Betty había vuelto no sabría sin continuarían y eso no era su asunto, así no opinaba en nada.

Pronto comenzó una nueva semana en Ecomoda, ese sería el primer día de Betty, su llegada se había manejado con total discreción las del cuartel se morían por hablar con ella, pero estaban conscientes que ella no las recordaba razón por la cual debían evitar hacerle cualquier tipo de pregunta, le podían generar mucha frustración, estrés y por lo tanto sus crisis, así que fueron muy consideradas con ella, Patricia al principio tenía reservas con ella por su relación anterior pero al ver que no recordaba nada empezó a llevarse bien con ella.

La semana transcurrió muy rápido, Armando seguía sin regresar sentía temor de encontrarse con ella y con Daniel por supuesto, pero obligados por sus papás cual niño pequeño regreso, al llegar todos lo miraban y cuchichean, ya se había acostumbrado con los años a eso, pero esta vez era peor, al parecer se habían enterado de sus crisis, pero eso lo tuvo sin cuidado, no se amargaría más de lo necesario. Al llegar se encontró a Gabriela que conversaba con Sandra quien ahora era su secretaría.

Gab. Amor… Hola! No sabía que venias para acá, nadie me aviso. – dijo intentando darle un beso en la boca, Armando la esquivo y se lo dio en la mejilla, ella trago en seco –

Ar. No venia para acá, fue un impulso, la cama me estaba matando.

Gab. Bueno me alegro mucho que te sientas mejor, ven vamos a tu oficina quiero darte una buena bienvenida... Dijo dándole un beso en su cuello.

Ar. No Gaby, disculpa no estoy de humor, nos vemos luego… - Sandra y Mariana se habían comido toda la escena – Gabriela sintió arder la sangre y se encerró en su oficina dando un portazo.

Armando también llego a su oficina, sentía que le daría una crisis de pánico estaba demasiado nervioso por Beatriz, tomo agua para calmarse y empezó a respirar profundo, se acostó en el sofá y empezó a recordar su primera noche con ella.

Betty llegó justo después y encontró a las del cuartel hablando, ellas pronto se la pusieron al día de lo que acaba de pasar, celebrando el desplante que le habían hecho a la Garza, como la llamaban.

Be. Don Armando está aquí!? A qué hora llegó…?

Sof. Ahora mismo mija… por qué lo necesita?

Be. Si… es que quiero mostrarle los bocetos de mis diseños, justo los llevo aquí, voy a entrar…

Bert. Jummmm… yo le recomiendo que no vaya, anda de malas pulgas y usted sabe cómo se… ah verdad… este él es un poco gritón y malgeniado, creo que es mejor en otro momento Betty.

Be. No mejor entro ahora, después me coge el tiempo y no me gusta, hablamos luego muchachas

Betty tocó a la puerta de Armando.

Ar. Entre… - Armando se compuso el saco –

Be. Doctor Armando, como esta? Espero más recuperado. – Armando dio un respingo –

Ar. Betty! Perdón Beatriz… como le va? – se colocó de pie –

Be. Descuide doctor me puede llamar como mejor le parezca, yo no tengo problema, dijo dándole una hermosa sonrisa, Armando sintió desfallecer, su dulce Betty estaba ahí, tal y como había dicho Nico

Ar. Gracias Betty, dígame en que le puedo servir?

Betty empezó a mostrarle los bocetos, Armando no podía apartar la mirada de ella, de sus ojos, de su boca, en cómo se movía, en cómo sonreía, como hablaba, sus gestos, el torcer de su boca, como se arrugaba su nariz, cada cosa la recordaba como si no hubiese pasado el tiempo, esa mujer era perfecta, el único error que le encontraba esa su desmemoriada cabeza, del resto amaba cada detalle de ella, luego de contemplarla por un largo tiempo y ver que ella se estaba incomodando, empezó a ver los bocetos y vio que eran muy buenos, las líneas eran muy finas, muy femeninas, los aprobó.

Be. Bueno doctor, entonces le tendría listo el primer adelanto de la colección entre 30 a 40 días, le parece?

Ar. Si claro Betty no tengo problema, puedo pedirle un favor más?

Be. Si Claro doctor dígame.

Ar. No me diga más doctor, sí? Llámame Armando, quizás no lo recuerda pero tenías mucho confianza incluso para eso, le parece?

Be. Claro que sí doc.. Armando! En el camino me ire acostumbrado no se preocupe, bueno Armando te dejo, iré a ver unas telas con Inesita que nos enviaron de Rag tela.

Ar. Bueno Betty.

Armando quedo con una sonrisa todo ese día, ese acercamiento con ella había sido muy dulce, esa mujer seguía enamorándolo sin siquiera intentarlo, estaba más que decidido a recuperarla, pronto tuvo energías para trabajar y de fondo escuchaba la canción “Recuérdame de Marc Anthony y la quinta estación” eso era lo único que pedía al cielo.

Armando fue feliz hasta la hora de la salida en donde vio el chofer de Daniel recoger a Betty, eso le dio celos, en vez de enfurecerse como era su costumbre se sintió dichoso, empezó a reír a carcajadas como hace tantos años no hacía, manejaba sonriente nuevamente sentía. Betty le seducía, le provocaba, le cautivaba, y la curva que más morbo le despertaba de todo su cuerpo, que más lo había desvelado a través de los años era su sonrisa, no podía evitarlo, pero su sonrisa lo ponía demasiado, su sonrisa era su cielo.

CONTINUARÁ…