AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 15, Yo soy Betty la fea.

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Al colgar Daniel se sintió extraño, era la primera vez en mucho tiempo que hacía algo para alguien más sin haber un beneficio de por medio, después de un rato se estableció un largo silencio entre ambos, no tenían ciertamente nada más que hablar, Betty le guardaba cierto terror a Daniel ya que era muy imponente, pero no deseaba ser descortés con la persona que la trajo de nuevo a la vida, así que con mucho esfuerzo empezó a sacar palabra por palabra hasta tener una conversación.

Daniel estaba fascinado porque a pesar de no recordar nada de su vida Betty aun guardaba su inteligencia, pensaba que era una lástima que fuese tan fea, de ser bella sería un gran partido, ya cansado de estar tanto tiempo sentado y con cierta renuencia pues le avergonzaba que lo vieron con ella decidió invitarla a caminar por la ciudad, necesitaba matar el tiempo, los padres de Beatriz no llegarían si no aproximadamente en cuatro horas si conseguían vuelo claro.

Mientras hablaban del clima de Cartagena Betty se quedó viendo un hermoso vestido rojo muy tropical expuesto en una vitrina de una tienda de ropa por donde pasaban, por alguna razón Daniel sintió la necesidad de comprárselo, así que con Betty a regaña dientes entro.

Be. Señor Valencia de verdad no es necesario, en serio Ud. ya ha hecho mucho por mí, no se ponga en esas por favor…

Dan. Mire Beatriz quizás no lo recuerde, pero soy un hombre bastante terco y si deseo algo simplemente lo hago, por favor no pierda su tiempo y haga lo que le digo.

Betty accedió muy avergonzada por las atenciones se estaba tomando, realmente no lo hacía por ella, lo hacía por cómo se sentía al hacerlo, sintió humanidad nuevamente en su interior, al verla salir del probador quedo impactado, esa mujer tenía realmente un gran cuerpo, su figura era muy hermosa, debajo de todos esos trapos se había escondido un gran cuerpo, - lástima la cara, pensó –.

Dan. Bueno Beatriz, déjeselo puesto se le ve… bien – dijo tratando de disimular su asombro – tome pago con esta tarjeta. La asesora toma la tarjeta, se realizó la transacción y salieron.

Betty se sentía dichosa por su nuevo vestido jamás había vestido algo tan lindo, aunque se sentía apenada porque era un poco más descubierto de lo que estaba acostumbrada a usar decidió disfrutarlo.

En Bogotá Armando se sentía melancólico su madre hablaba por teléfono con el detective privado que él había contratado, como siempre no tenía noticias de Betty, aunque no quería aceptarlo sabía que estaba muerta, ya había pasado mucho tiempo, era lógico, la tierra se la había tragado, de estar viva sus padres lo sabrían, ella se habría comunicado con ellos, eran lo más importante para ella, Armando se comunicaba de vez en cuando con los padres de Betty para comunicarle lo mismo de siempre, al principio lo odiaron, después aprendieron a respetar su dolor, nuevamente esta semana los llamaría para decirles que Betty seguía desaparecida, aunque cada vez sonaba a muerte.

Armando evitaba tomar los días que Tico iba a visitarlo, era su pequeño bebé nueve meses, era la luz de sus padres, Armando vivía con ellos, se llamaba Roberto igual que su padre, pero le decían Robertico y a final quedo Tico, Claudia intento en vano tener una relación con Armando pero este la rechazo infinidades de veces, ella no cuidaba mucho al niño, por el contrario Armando había contratado una nana de tiempo completo y pagaba todos sus gastos, Claudia solo lo veía un rato y se iba, no podía quitárselo pues la ley no lo ampararía a él, pero de ser así Tico viviría con su papá y sus abuelos.

Marg. Hijo! Mira quien llego… - dijo con el niño en brazos – Armando volteó y su rostro se ilumino, su hijo adoraba a su padre y él era la única personita que podía hacerlo sonreír, del resto Armando era lúgubre.

Ar. Hola príncipe mío, mi niño hermoso como estas ah!? Extrañaste a papá hijo? – lo cargaba por encima de su cabeza, el niño solo era risas, Margarita veía a su hijo y siempre se llenaba de lágrimas, ella también adoraba a Tico era la única felicidad de su hijo en medio de tanto dolor –

Rob. Pero mira a quien tenemos aquí, al príncipe de la casa – dijo dándole un beso a su esposa y dirigiéndose hacia donde su nieto –

Ar. Saluda a abuelito hijo, dile Hola abuelo – el niño se lanzó a los brazos de su abuelo era otro consentidor –

Los tres cenaron juntos aprovechando que Tico dormía, Armando lograba arrullar a su hijo como todo un maestro, su madre le había enseñado, el niño pasaría esa semana con ellos, Claudia como siempre saldría de la ciudad, la señora Margarita no le gustaba que la nana lo cuidará cuando ella ama hacerlo, así que quedaba a cargo de sus abuelos y en las noches cuando volvió a su papá dormían juntos, esa eran las únicas noches que Armando no daba gritos mientras dormía.

En Cartagena ya estaba entrando la noche, Daniel y Betty estaban ya en el hotel, el tiempo se les había pasado volando, ambos se hacían una grata compañía.

Be. Estoy muy nerviosa, quiero conocer a mis padres, pero no sé como debo comportarme con ellos.

Dan. No se preocupe, ellos están enterados de su situación, entenderán cualquier reacción que tenga, solo tómelo con calma, ojala que el verlos le ayude a recordar, el verme a mí no ha ayudado mucho – dijo con un deje de tristeza –

Be. Si (dijo suspirando largo y fuerte), trataré…

En recepción estaban los padres de Betty quienes al llegar hicieron un gran alboroto estaba desesperados y ansiosos por ver por fin a su hija, estaban llenos de miedo, aun no creían posible que después de tanto tiempo la volverían a ver, les parecía irreal, no estarían completamente seguros y felices hasta no verla con sus propios ojos.

Daniel los escucho preguntar por Betty y salió junto con ella a su encuentro, de manera inerte ella se agarró a su mano eso lo tomo por sorpresa pero no la soltó, la sintió helada y temblorosa.

Don Hermes los vio venir primero, al ver a su hija se congeló, tenía tantas emociones dentro que le pesaban y llevaba a rastras que se derrumbó y cayó al suelo de rodillas llorando de emoción, todos al ver la escena lloraban también, conocían la situación. Doña Julia salía corriendo a los brazos de su hija, Daniel lagrimeaba con la escena. Betty también lloraba verlos tan emocionados la toco, no los recordaba pero no pudo evitar conmoverse, después de un rato cuando todos se calmaron y estuvieron sentados en el restaurante del Hotel comenzaron a hablar.

Dan. Buenos lo dejo, sé que tendrán mucho de qué hablar – al ponerse de pie Betty lo tomo de la mano –

Be. Por favor Señor Valencia quédese, si? – Betty necesitaba a Daniel, realmente era la única persona familiar que tenía, sus padres eran unos completos extraños – Daniel se sentó poso la otro mano sobre la de Betty logrando cubrirla con ambas.

DH. Lo que menos quiero señor Valencia es que Ud. se vaya, ni mas faltaba, es quien más merece estar aquí devolvió a tres personas a la vida y jamás tendré como pagarle lo que hizo, es Ud. una gran persona, muchas gracias – Don Hermes volvió llorar – Doña Julia apenas y podía hablar estaba tan conmovida que no podía hablar, solo asentía.

DH. Cuénteme mija, que paso? Que me le ha pasado todos estos años? Me han parecido una eternidad –ió Don Hermes se inclinó, Daniel soltó las manos de Betty que pasaron hacer cubiertas por las de su padre, la cercanía le era incomoda pero pronto supero la sensación estaba agradecida –

Be. Bueno… - lagrimeaba – recuerdo despertar en el hospital sin ninguna pertenencia ya que todas me fueron robadas en el accidente, el conductor murió así que no tenía ni idea de a dónde iba o de donde venía, la gobernación me ayudo reubicándome, hizo una campaña en la ciudad tratando de conseguir a mis familiares pero no hubo frutos, pronto se olvidaron de mí y me toco rebuscarme, nadie me podía contratar así que empecé a vender de todo un poco en la ciudad, soy vendedora ambulante, no me da para comer más de una vez al día y pagar mi pieza pero al menos es algo. - Daniel sintió un nudo en la garganta –

DJ. Ay mamita, no sabe cuánto me duele saber por todo lo que tuvo que pasar hija, pero te prometo que jamás volverá a suceder, jamás permitiremos volver a perderte.

Hablaron un rato más tratando de ponerse al día, Daniel se enterneció por el amor de la familia de Betty, le recordaron a sus padres, atesoraba bien sus recuerdos con ellos, lo hacía a diario, se obliga a cada día recordarlos, creció con el temor de poder olvidar sus rostros, siempre cargaba un foto en su billetera de los dos, extrañaba mucho a sus padres, sintió el mar de lágrimas que se venía así que con la excusa de contestar una llamada se apartó para poder llorar a gusto.

Daniel cubrió todos los gastos del hotel y los viáticos para que Betty regresará con sus padres a Bogotá, ella le hizo prometer que iría a visitarlos, Don Julia le insistió mucho quería prepararle una cena en su honor, Betty se despidió de Daniel y le dio un enorme abrazo, él no se imaginaba ni la mitad de lo que ella agradecía que apareciera en su vida y le reviviera.

Ya en Bogotá Betty empezó a reconocer su barrio, sus vecinos, Román y su pandilla se alegraron mucho de que apareciera y estuviese viva, todos en la calle la recibieron con mucho emoción, ella se sintió aturdida por tantas caras nuevas y personas hablándole, le dio un fuerte dolor de cabeza, sus padres se excusaron con los demás y entraron a la casa, en vano quisieron comunicarse con Nicolás pero al estar fuera del país se les hacía difícil hacer el contacto.

Be. Papá – se sintió raro aún no se acostumbraba a llamarlos así, seguía sin recordar – el Señor Valencia ha llamado?.

DH. No Mija, no se desespere, dio su palabra y sé que vendrá, tiene muchos asuntos es un señor muy importante, apenas pueda lo verá.

Daniel llevaba ya una semana en Bogotá, ese día acababa de hablar con Marcela, no quiso contarle que había encontrado a Betty por alguna razón no sintió ganas de compartir eso con ella, se sintió satisfecho en escucharla tan feliz al lado de Nicolás quien para su sorpresa era un gran hombre y adoraba a su hermana que era lo más importante para él, colgaron despidiéndose con un lindo te quiero. Por alguna razón que ni él conocía no podía sacarse aquella bella imagen de Betty con su familia, eran unas personas muy humildes pero queridas, muy fraternales, sentir eso lo hizo sonreír.

Armando estaba con Tico, Claudia había llamado y dicho que no podría volver todavía, tuvieron una fuerte discusión ya que siempre descuidaba al niño, estaba harto de su actitud y estaba decidido a iniciar un proceso en contra de ella, no tendría más contemplaciones con ella, quería la custodia total de su hijo.

Ar. Mamá necesito que llames urgente al doctor Santamaria quiero que inicie el proceso de custodia total para el niño, estoy harto de Claudia, siempre deja al niño con una extraña, confió en la señora Tania pero mi hijo debe crecer con su familia, no con extraños.

Marg.. Estas seguro Armando, ese proceso es muy desgastante, yo más que nadie quiero a mi nieto a mi lado y feliz, pero piensas las cosas bien y no tomes las decisiones en caliente.

Ar. Mamá por favor, sabes perfecto todas las contemplaciones que he tenido con esa mujer, me va a volver loco, le doy dinero cada semana según ella porque el niño requiere mucho gasto, pero mira… mírale la ropa, toda le queda justa, ella tiene tiempo que no le compra nada a Roberto, mi hijo no merece vivir así.

Marg. Está bien ya lo llamo…

Armando veía a su hijo dormir, le enterneció ver el parecido que tenía con su madre, tenía esos ojazos verdes y su enorme cabezota, casi no tenía de Claudia eso le agradaba, su madre era una desalmada superficial, se sintió mal por eso, pues esas eran de las mujeres que disfrutaba, pronto Betty llego a su mente, como siempre se imaginó vivir con ella, que Tico fuera hijo de los dos, de la gran familia que había formado y empezó a sonreír mientras lloraba, Doña Margarita acababa de llegar, se detuvo en el marco de la puerta, se llevó la mano al pecho y llorando los dejo solos.

Betty se quedó dormida y pronto empezó a soñar con un hombre, estaba como en un especie de cuarto, era oscuro y estaba lleno de cosas viejas, él estaba sentado frente a ella, le reclamaba algo, su cara era dura, sus lentes cubrían sus lágrimas, él se colocó de pie y justo cuando iba a besarla ella despertó, era las tres de la mañana, estaba intrigada, no sabía quién era él, quizás era el novio del que le hablo el señor Valencia, de ser así tuvo un novio muy lindo, seguía dormitada y pronto volvió a caer, al despertar de nuevo esa mañana había olvidado por completo el rostro de Armando.

CONTINUARÁ…