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AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 13, Yo soy Betty la fea.

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 22 mar 2018
  • 6 Min. de lectura

Armando se levantó con una cruda gigante y el ánimo por el suelo, no recordaba cómo había llegado a su apartamento, se levantó y de pie ante el espejo no reconocía al hombre que veía, pronto sintió un nudo en la garganta y empezó a llorar, miro el reloj, eran las nueve de la mañana, reviso su celular y tenía llamadas pérdidas de todo el mundo, iba hacía a la cocina tenía la garganta reseca cuando tocaron a su puerta, al abrir encontró a Mario.


MC. Armando tiene a la gente loca buscándolo por qué no contesta ese celular hombre! – Mario sabía la respuesta y así que Armando no le respondió – Hermano no puedes seguir así, no puedes dejar tirada la empresa Armando por Dios reaccione!

Ar. Ay ya! Ya Mario!... deje la cantaleta que es muy temprano. Encárguese de lo que haga falta yo hoy no voy a Ecomoda, ya me vio estoy bien, estoy completico, ya déjeme en paz!

MC. Armando ud no puede tirar todo a la basura, para que hiciste todo esto entonces, solo nos faltan dos meses, vas a perjudicar a muchos

Ar. Y a mí que me importa!?!??! Es mi vida, yo veré si la sigo tirando a la basura o no, es mi problema!!!!!!!!!!!

Mc. Definitivamente que contigo no se puede, voy a llamar a todas para decirles que estás indispuesto, ojo con lo que haces Armando, en almuerzo voy a venir como sigue… - Mario lo miro decepcionado – esto no se hace hombre – cerro la puerta tras él y se fue dejando a Armando nuevamente solo –


Armando se sentó en su sofá, miraba al suelo, pensaba en Betty, en su Betty, en cuanto lo estaría odiando, quería decirle el porqué de todo las estupideces que había hecho, pero sabía perfecto que eso no cambiaría nada, él daño era muy grande e irreparable.

Betty acaba de despertar, Doña Catalina esta lista para irse, se sentaron juntas a desayunar, llego el carro que venía por ella para llevarla a su casa, entrar a su habitación y recordar todos lo que había soñado en ella con Armando sería duro, de igual forma no importaba el lugar, cualquier cosa traería su recuerdo.


Cat. Bueno Betty yo hoy me voy para Cartagena, ya sabe avíseme si la espero o que, tiene al menos dos días antes que entre de lleno en el corre que corre, listo? Piense bien las cosas Betty ya es momento que viva más para Ud. Su ayuda me caería bien allá.

Be. Claro que sí Doña Catalina – la abrazó – de verdad le agradezco todo lo que ha hecho por mí, no tengo como pagarle.

Cat. Nada de eso Betty, sé que Ud. Habría hecho lo mismo por mí, nos estamos hablando… - Betty subió al taxi –


Marcela llegó a Ecomoda, está realmente feliz por la noche anterior, por cómo habían resultado las cosas, por su amor, por tener la oportunidad de vivir al lado de Nicolás todo lo que sentía.


Mar. Doña Marcela, buenos días… aquí tengo la lista de los pendientes y las llamadas entre ayer y hoy, además para avisarle que tiene otro ramo de flores…

Marc. OTRO!? Por Dios, es que no aprende… de quien es? Bueno no importa, Mariana, me hace un favor, me llama a mi hermano, lo espero en la dos.

Mar. Listo doctora.


Marcela entró e inmediatamente vio el nuevo ramo, el cual traía una pequeña tarjeta, estaba a punto de tirarlo a la basura pero sintió el impulso de leer la tarjeta.


“Quiero vivir mi vida amándote, tú amor me ha hecho renacer, no tengo nada más que pedirle a la vida, a tu lado lo tengo todo”


Sé mi girasol,


Nicolás.


Marcela apretó la pequeña carta a su pecho, el ramo anterior se lo dio a Mariana para que lo botará o lo colocará en su puesto, le dio la orden de hacer lo que quisiera con el, ella solo necesitaba a Nicolás en su vida, él le bastaba. Minutos después Marcela recibió una llamada a su fijo.


Mar. Alo?

Ni. Te gusto?

Mar. Nico! – Dijo con una sonrisa estúpida en su rostro – gracias me encantaron! Aunque estuve a nada de botarlas jajaja

Ni. Me lo imagine jajaja por eso te llame ahora, quería evitar el accidente, como amaneces mi amor?

Mar. Feliz gracias a mis girasoles y tú? – no podía dejar de sonreír –

Ni. Bien Marce, aquí desde temprano trabajando, espero que llegue Betty.

Mar. Mmmmm… - la sonrisa se le borro –

Ni. Marce? Que paso?

Mar. Nada – Dijo tensando la mandíbula –

Ni. Marce, en serio que pasa? recuerda a mí me puedes decir todo.

Mar. Aún no me hago a la idea de tu cercanía con Beatriz, me incomoda.

Ni. Sabes que no tienes de que preocuparte, en serio, yo te quiero a ti, a nadie más, me entiendes? – Marcela le pareció muy tierno lo que decía Nicolás, dejo sus celos atrás, era una costumbre que le costaría dejar, pero que debía abandonar – Bueno linda, hablamos después, Betty acaba de llegar quiero saber cómo esta, dale?

Mar. Te quiero. – de las ansias se mordía el labio –

Ni. Yo más, chao hermosa. – Colgaron – Marcela quedo todo ese día con una sonrisa estampada, no permitiría que nada, ni nadie arruinará su felicidad –


Betty tenía muy mal aspecto al verla todos se preocuparon, su papá le daría la retalia del día, pero Betty lo ignoro, subió inmediatamente a su cuarto, Nicolás iba detrás de ella pero Don Hermes lo detuvo, se sentía frustrado. Doña Julia angustiada subió a su habitación donde encontró a Betty muerta en llanto.


DJ. Mamita que le pasa!? Que tiene? Por qué llora así mi Betty?

Be. Nada mamá, termine con Nicolás.

DJ. Pero como así? Nico está aquí no nos dijo nada.

Be. Seguro que estaba esperándome para contarle a los dos.

DJ. Pero que me le hizo? No… yo voy hablar ya con Nicolás tiene que explicarnos…

Be. No mamá de verdad, no es necesario, es que estoy un poco sensible, hasta hoy trabaje en Ecomoda y la terminada con Nico, nada más en serio, yo lo sigo queriendo mucho, él también me quiere mucho, terminamos bien, solo es que hoy me pasaron muchas cosas, nada más…

DJ. Seguro Betty? Ay mamita que es la veo muy mal…

Be. Tranquila mamá sólo que voy a extrañar mucho a mis amigas… nada más!


Ese día Betty más calmada le explicaron juntos a sus papás que se dieron cuenta que lo suyo era solo la amistad, omitieron a Armando y por supuesto a Marcela del relato, pues no era necesario agrandar más las cosas, Don Hermes se sintió satisfecho con la explicación pero Doña Julia aún tenía sus dudas, pero no quiso darle más vueltas al asunto, aun no era el momento.


Pasaron los dos días de plazo Betty ya se había decido encontrarse con Doña Catalina en Cartagena, la había llamado a decirle que llegaría pero que no conseguía vuelo así que esperaría en el aeropuerto para abordar en caso de que hubiese alguna novedad y quedará un puesto, Nicolás junto con Doña Julia y Don Hermes la acompañaron hasta que por fin subió al avión, todos la despedían con el corazón hecho pedazos era la primera que los tres estaban tan lejos de ella, pero era necesario, Nicolás era consciente que era mejor que se alejara de todo, pero sobre todo del imbécil de Armando.

Betty subió al avión con una mal presentimiento, con un nudo en la boca del estómago, sentía nervios, ganas de vomitar, sentía desfallecer, se lo atribuyo a su decepción amorosa y pronto el cansancio le gano quedándose dormida.


Al llegar a Cartagena tenía una fuerte jaqueca pues no había comido nada en todo el día, el taxista llevaba la música muy alta e iba peleando con los demás conductores quejándose de su mala conducta y manejo del volante, Betty intentaba decirle que bajara el volumen, al no escucharla volteo a verla, justo en ese momento el taxista perdió el control tratando de esquivar una moto que había dado un cruce indebido, intento frenar pero el carro patino, estrellándose de lado con otro carro, pero el golpe lo empujo contra la baranda del puente por donde estaban cruzando, dejándolo suspendido con la parte de adelante en el aire y la otra en el pavimento, Betty estaba toda golpeada y magullada pero consciente el taxista no se movía había perdido el conocimiento, rápidamente llegaron varios personas a tratar de auxiliarlos, pero cualquier mal movimiento y el carro caería en la ciénaga, Betty gritaba tratando de prevenir al conducto quien despertaba aturdido, al verse en el vacío empezó a dar alaridos, lo cual causo que el carro fuera cediendo a su peso, el tipo al ver que era inminente su caída empezó a correr hacia atrás pero otro solo provoco la perdida de equilibrio del carro el cual caía con las llantas hacia arriba, nuevamente se estrelló con unas vigas cayendo finalmente a la ciénaga y hundiéndose con el grito herido del conductor pidiendo auxilio, Betty había quedado inconsciente con el segundo golpe.


CONTNUARÀ…

 
 
 

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