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AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 12, Yo soy Betty la fea.

  • Foto del escritor: Fan YSBLF !
    Fan YSBLF !
  • 21 mar 2018
  • 11 Min. de lectura

Betty despertó y a su alrededor estaban todas sus amigas incluida doña Catalina que le sostenía la cabeza, todas la miraban con gran preocupación, no tenían ni idea de que le había pasado y ella no daba explicaciones, al fin Betty logro recobrar las fuerzas y se sentó en total silencio mientras repasaba todo se colocó de pie y como si de una fuerza invisible se tratase camino hacia presidencia. Al llegar a la puerta se detuvo, antes de entrar quiso escuchar.


Mar. Dime Armando que pretendes? Ya te botaron? Por si no recuerdo estabas muy decidido a no retenerme donde no era feliz, que es lo que quieres!?

Ar. Marcela pero cálmate creo que podemos hablar sin alzar la voz, no crees?

Mar. Mira Armando al igual que ese día te lo digo, no vengo a discutir, vengo solo a que me escuches, no quiero estar contigo, yo jamás te amé, y tú no me amas, no sé qué te hizo cambiar de opinión pero lo nuestro no va funcionar.


Armando sabía que estaba en lo cierto pero no pretendía perder su empresa, si tenía que fingir amor lo haría, pero jamás perdería con Daniel Valencia.


Ar. Creo que podemos salvar lo nuestro, debo aceptar que estaba confundido y que te di por asegurada, pero ahora que no estás a mi lado siento el vacío Marcela te necesito, jamás podría estar con otra que no fuera tú.


Betty escuchaba, cada palabra le partía el corazón, no podía entender como Armando podría ser tan cruel, tan malvado, tan cínico y frío, sentía morir, todo lo que escuchaba la estaba quemando por dentro, ese hombre era su maldición.


En ese instante se abrieron las puertas del ascensor, Claudia Bosch había regresado, al ver a Betty pegada a la puerta escuchando se ofendió, esa fea que tenía que hacer en la oficina de su Armando, vino dispuesta a todo, Armando no se había reporta en casi un mes y la tenía herida, pero su visita no era por él al contrario le traería una sorpresa.

Claudia empujo a Betty quien se asustó pues no la había visto venir, Claudia abrió la puerta corrediza de par en par e irrumpiendo la discusión entre Marce y Armando.


Cl. Buenas tardes Marcela, que bien que te encuentro aquí – ambos se quedaron en silencio al verla entrar de esa manera –

Mar. Ud. Quien es y que quiere!? Por qué entra así? Beatriz hágame el favor y llame a Wilson.

Betty no reacciono ante la orden de Doña Marcela, Armando sentía palidecer, tenía a sus tres mujeres al frente, nada podría salvarlo de que la se iba a formar, se quedo sin habla.

Cl. Quieres saber quién soy Marcela Valencia? Bueno… dile Armando o quieres que le diga yo? – Armando guardo silencio – Bueno ya que te comieron la lengua los ratones me presento, mi nombre es Claudia Bosch soy la amante de Armando Mendoza y madre de su futuro hijo.


Todos quedaron en shock, sobre todo Armando, quien no había pensado ni una sola vez en esa noche hasta ese momento, recordó que de la borrachera y calentura que llevaba se le olvido usar condón, Armando se empezó a hiperventilar.


Mar. Mucho gusto Claudia, pero creo que llegaste un poquito tarde, Armando y yo hemos terminado hace algún tiempo, si quieres te lo envuelvo para llevar, a mí ya me da igual lo que haga o deje de hacer. Por mi parte Armando te deseo lo mejor y felicitaciones por el nuevo bebé. – Marcela indignada por la humillación que una vez más Armando le había provocado se fue –


Betty seguía petrificada, Armando no podía dejar de verla, sentía su tristeza, su silencio era un grito que le llegaba fuerte y claro, su mirada le causo terror, pues en ella no encontró odio, ni rencor, solo una profunda tristeza y eso era peor.

En ese justo momento y para darle público a la escena llegaron todas las del cuartel acompañadas de Doña Catalina, quienes al escuchar el escándalo de presidencia quedaron mudas.


Doña Cata tomo a Betty del antebrazo y la arrastro nuevamente al baño en donde lloro una vez más desconsolada, las del cuartel no fueron detrás de ella esta vez, tenían un chisme al frente y no podía apartar los ojos de él. Armando miraba todo a su alrededor sin hallar salida, Mario al ver el conglomerado al frente de presidencia llego y vio la situación y obligo a todas retirarse cerrando la puerta detrás de él.


MC. Claudia que tenías en la cabeza al hacer esto, podías perfecto buscar otra forma de hablar las cosas, dime que conseguiste? Armando te dijo que te buscaba y eso hizo, incluso término con Marcela. – Armando los veía impasible, a su cabeza llegaba una y otra vez la mirada que Betty, estaba seguro que esta vez si la había matado –


Los gritos de Claudia no despertaron a Armando de su shock, no era ni si quiera que iba a tener un hijo, era la mirada de Betty que no lo abandonaba, comenzó a llorar como un niño, lleno de ira tiraba todo por los aires, se odiaba por la basura que era, por donde había sido capaz de llegar para complacer sus más bajos instintos, se había llevado a tanta gente por delante y su desastre le había explotado en la cara.


Betty reacciono y abrazo a Doña Catalina, pidiéndole que la sacara de ese infierno, Catalina se la llevo en su auto a su oficina, ya que Betty pidió no ser encontrada, Cata hablo don Doña Julia explicándole que Betty se iba a quedar en su casa adelantando unos trabajos los cuales estaban muy atrasados y necesitaban aprovechar la noche, Doña Julia acepto sin problemas, Don Hermes se molestó pero al igual lo acepto.


Betty se dio una larga ducha y se cambió con ropa que le presto doña Catalina, quien le sirvió un té de finas hierbas que le ayudaría con los nervios.


Cat. Betty… ahora sí está lista para hablar? – Betty le dirigió una mirada pérdida, no sabía si era correcto confesarle esto –

Be. No doña Cata, jamás estaré lista para sufrir mi desgracia en voz alta, estoy cansada, siempre me pasa lo mismo, cada vez es peor, cada vez sufro más, no sé qué debo hacer para dejar de sufrir, me quiero morir doña Cata… me quiero morir!!! – Betty nuevamente se abandonó al llanto, no habría nada ni nadie que pudiera hacerla reaccionar –


En Ecomoda Armando aún no salía de su asombro, las cosas se le habían salido de las manos, estaba seguro que todo se le caería, su presidencia, su relación con Marcela, y sobre todo el amor de Betty, esto último lo hacía sufrir como nunca lo había hecho, Mario lo acompañaba en silencio.


MC. Hermano, que va hacer con todo esto? – Armando le dio una mirada triste –

Ar. No sé Mario… eche todo a perder, no tengo como remediarlo.

MC. Oiga, si está seguro que ese hijo de Claudia es suyo?

Ar. No sé Mario, no tengo manera de saberlo si no hasta que nazca, nada más.

MC. Con Marcela si no hay que hacer, no haga fuerzas allí, porque ya perdió.

Ar. Lo sé…

MC. y Betty?... – dijo mirándolo temiendo que lo gritará –


Armando se pasó la mano por la cabeza, quisiera saber que contestar, pero un no sé no explicaría claramente esa situación, pues anhelaba estar con ella, anhelaba tener su presidencia, pero no quería causarle más dolor, por eso la alejo y ahora de seguro la habría matado


Ar. Quisiera saber qué pasará con Betty, Mario ahora si la perdí, pensé que con Marcela la podría mantener un rato cerca pero con todo lo que debió escuchar no creo que la vuelva a ver nunca más.

MC. Armando si Ud. realmente la quiere creo que debe buscarla y hablar con ella, y le recomiendo lleve rodilleras recuerde que es dueña de nuestra empresa, ahí era donde no se la debía embarrar Hermano y fue donde más lo fastidió!

Ar. Mario ella no va a querer ver, seguro ni saldrá a recibirme…

MC. Al menos inténtalo Armando… -Mario se levantó y se fue –


Armando se quedó solo en su oficina, ya todos se habían ido, tenía la sensación que no pertenecía a ningún lugar y que por lo tanto no tenía a donde ir, empezó a tomar whiskey mientras lloraba en silencio, su vida a partir de ese día sería una miseria.


Marcela estaba llena de odio, Armando era un poco hombre, no valía ninguna de sus lágrimas, en su apartamento se sintió sola, anhelaba la compañía, necesitaba un amigo, alguien en quien poder confiar a eso que hizo una llamada, a la media hora estuvo tocando a su puerta, era Nicolás.


Nic. Hola Marce, que paso? – Marcela no le quiso dar explicaciones, empezó a llenarlo de besos, empezó a amarlo como nunca antes lo había hecho y en su boca encontré una paz, una calma que hace tiempo no disfrutaba –


Nicolás le respondió con la misma pasión, sus manos recorrían el cuerpo de Marcela con ansias locas, ella era la mujer con la que siempre había soñado, y besa justamente igual a como lo había imaginado, ambos se amaron toda la noche no hubo necesidad de palabras, sus cuerpos se entendían perfectamente estaban hecho él uno para el otro, juntos terminaron desnudos en la cama, Marce juntaba las yemas de sus dedos con las de Nico, era un juego dulce e infantil, una costumbre que ambos había tomado.


Ni. Ahora si me dirás que paso? Por qué este arranque? No es que me queje, pero te escuche muy mal…

Mar. Armando… - Nicolás se descompuso y se levantó sentándose en la cama dándole la espalda a Marcela –


Marcela rápidamente se aferró a su espalda y poso sus manos en su pecho.


Mar. No es lo que estas imaginando… me envió unos girasoles con una nota me molesto, fui le reclame y cuando estamos discutiendo una tal Claudia llega con un escándalo de lo más bochornoso diciendo que está esperando un hijo de él.

Ni. COMO!? Y Betty escucho todo? – Marcela sintió celos –

Ma. Si. – Nicolás sabía perfecto los sentimientos de Betty hacía ese hombre debería estar sufriendo como nunca, quería correr a verla de nuevo, se sintió como antes, su amigo, si fuese por él le hubiese ahorrado muchos sufrimientos, pero no estaba en sus manos –

Nic. Tengo que llamarla… dijo cambiándose.

Mar. COMO!!!!!!!!!? No me puedes hacer esto Nicolás, me vas a dejar por ella, sabía que no debía hacer esto contigo… no soporto esta situación… no merezco – Nicolás la calló con un beso – tenía sus dos manos en su rostro.

Ni. Tu vas a ir conmigo, hoy hablamos con Betty.

Ma. NICOLAS TE VOLVISTE LOCO!? – Dijo abriendo los ojos como platos –

Ni. Marce, ya verás, debes ir conmigo para que entiendas las cosas, déjame llamarla, te probaré que es así.


Marcela dudo por un momento, pero después de meditarlo, Nico nunca le había mentido, siempre había sido muy correcto con ella y si él le daba seguridad sobre esto, ella confiaría a ciegas, debía dejar atrás la Marcela que Armando había creado, la insegura y neurótica.


Nicolás llamo a Betty quien al escucharlo en un principio no quiso contarle nada, le daba vergüenza, pero al cabo de un tiempo y después de su insistencia, recordó a su amigo Nicolás y junto a Doña Catalina le contó todo, Nicolás se sintió herido en un principio, pero al ver a Marcela aferrada a su mano, se le paso, ambos se habían engañado por mucho tiempo, y si podían rescatarían lo que quedará de su amistad, Nicolás anoto la dirección de Doña Cata y junto con una Marcela bastante nerviosa salió rumbo hacía donde su amiga.


Al llegar demoraron un rato a fuera, Nicolás trataba de convencer a Marcela quien se negaba a salir del carro por miedo a cómo reaccionaría Beatriz, no quería que le dijeran quita novios ni nada como eso.


Mar. Nico, estas seguro? No quiero un escandaló.

Ni. Crees en mí?

Mar. Sí, pero tú no me puedes asegurar como otra persona tomará semejante noticia…

Ni. Tienes el número de Doña Catalina? –Marcela asintió, buscándolo en el celular –


Nicolás llamo a Cata quien se sorprendió por las que daba la historia que apenas estaba empezando a escuchar, le dijo que escondería a Marcela dentro de la casa siempre y cuando no generarán ningún tipo de mal entendido entre ella y Betty.


Betty estaba en el comedor, Marcela entró a la habitación de invitados desde allí podría ver y escuchar lo que se hablará en la sala. Doña Cata anuncio a Nicolás y Betty corrió a sus brazos, Marcela los veía desde la oscuridad del cuarto, sintió muchos celos, pero decidió confiar en Nico.


Be. Gracias por venir… sé que esto debe ser muy difícil para ti mi Nico – Marcela se hirió – pero necesito más que nunca de ti – lo abrazo y nuevamente se abandonó al llanto.


Marcela escuchó atenta todas las confesiones de Betty, como había vivido enamorada de Armando y todos sus encuentros claro, que no fue explicita a que se refería con eso, pero conociendo a Armando sabía que no eran solo besos, quiso ofenderse pero no pudo, pues casualmente ambas habían hecho lo mismo, estaban cruzadas con sus parejas, así que lo tomo con mucha calma, igual Armando ya no le interesaba, aunque si le sorprendió que se fijara en ella.


Después de charlar un rato y ya entrada la noche Nicolás decidió hablarle a Betty de su relación con Marcela.


Ni. Betty además de venir a ver como estabas, quiero que sepas que quien me aviso de todo esto fue Marcela.

Be. Doña Marcela?! Pero cómo!? Ella sabía de lo mío con Don Armando!? – Betty empezó a temblar –

Ni. Algo así… pero eso no es lo que importa. Lo que realmente vine a decirte es que soy feliz mi Betica, encontré el amor y espero que la aceptes.

Be. Nico, nada me alegra más que saber que al menos tu eres feliz, fuimos unos tontos al intentar esto, pero al menos no nos quedamos con la duda jojojo – Nicolás la miro con tristeza –

Ni. Espero que esto no dañe nuestra amistad. Y tampoco que nos aleje ella…

Be. Para nada Nico, sabes perfecto que confió en ti y si la elegiste es porque es una buena mujer.

Ni. De hecho quiero presentártela, está aquí…

B. Esta aquí!? Anda y no se molestara si se entera que soy tu ex!? Jojojo

Ni. Creo que no… ella ya te conoce – Nicolás miro hacía la habitación llamando a Marcela con un gesto de cabeza –


Betty al ver salir a Doña Marcela quiso palidecer, se sintió avergonzado por todo l que había dicho y por cómo había llorado con Nicolás por Don Armando, quedo muda.


Mar. Hola Beatriz – dijo tomándole la mano a Nico –

Be. Doña Marcela, Cómo está?

Mar. Por favor dígame Marcela. – Betty asintió con timidez –

Ni. Betty no creo que sea necesario entrar en detalles, pero amo a Marcela y espero aceptes nuestra relación.

Be. Claro que sí Nicolás, yo no soy quien para separarlos si se aman de verdad, créeme nadie merece sufrir por amor – bajo la cabeza por vergüenza, todos entendieron su referencia –

Mar. Beatriz, le doy consejo como una mujer que estuvo 7 años con Armando Mendoza, no pierda su tiempo, él no la merece y no va a cambiar… no insista en una causa perdida, de verdad Ud. Merece algo mejor.

Be. Tiene razón, además no pienso volver más allá, no sé que hare pero me quiero alejar de él, no puedo volver a verlo. – Volvió a llorar al punto de conmover a Marcela quien al verla así no resistió y le dio un gran abrazo –

Mar. Lloré lo que deba llorar, pero después levántese! Ud. merece una buena vida, es una buena mujer y encontrará un buen hombre!


Los tres se despidieron y Betty los vio irse satisfecha por ver tan feliz a Nicholas quien al parecer fue el mayor beneficiado en todo esto. Doña Catalina sintió arrancar el carro y salió en busca de Betty, no quería dejarla sola.


Cat. Se siente mejor Betty?

Be. Si doña Catalina, me siento alegre por los dos, ambos merecen ser felices y que bueno que se encontraron.

Cat. Betty alcance a escuchar que no va a volver a Ecomoda, yo estoy buscando una asistente para el reinado Nacional y otros eventos en Cartagena y quiero ofrecerle el puesto.

Be. No sé Doña Catalina, el mundo de la belleza y yo no nos hemos llevado nunca bien.

Cat. Bueno Betty, yo me voy mañana para Cartagena, sé que tiene asuntos pendientes aquí y no quiero agregarle más estrés, puede pensarlo, igual si no puede para el reinado tengo muchos más eventos en la ciudad, estaré una temporada allá, llámeme y allá veremos que hacemos le parece?

Be. Lo pensaré Doña Catalina gracias de verdad por todo lo que ha hecho por mí.

Cat. No me agradezca nada Betty.


Betty se quedó ese día en el cuarto de invitados, le costó mucho dormir, lloro casi toda la noche hasta que cansada cayó, pero soñó una y otra vez con Armando y al igual que en su realidad siempre terminaba en llanto.


CONTINUARÁ…

 
 
 

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