AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 10, Yo soy Betty la fea.

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Betty como de costumbre salió a almorzar con Nicolás, le gustaba pasar tiempo con él pero sentía que poco a poco se alejaba del cuartel y eso le dolía, pues ellas eran las primeras amiga que tenía desde hace años y no quería perderlas, razón por la que hizo una reservación en un restaurante bastante modesto para pasar el rato con ellas después de salir de Ecomoda, le informa a Nicolás de sus planes y el acepto gustoso, disfrutaba que Betty pasará tiempo de calidad con sus amigas.

Armando y Betty no pudieron hablar muy bien ese día ya que estuvo bastante ajetreado, de vez en cuando se daban miradas de complicidad pero nada más, esa misma tarde Armando llamo a Claudia a su oficina pero antes le pidió a Betty que se retirará, no quería hablar con Claudia sabiendo que ella estaba escuchando todo, los detalles no eran necesarios.

Cl. Hola lindo, y eso que me llamaste? No habíamos quedado en que no nos hablábamos acá? – ella le coqueteaba y mientras Armando intentaba a toda costa mirarla fijo a los ojos –

Ar. Si Claudia, lo que pasa es que me veo en la penosa situación de tener que prescindir de ti por unos meses, ya que Ecomoda está reduciendo costos y personal no indispensable, así que solo serás solicitada en los desfiles, ya no serás de planta.

Cl. Espérate un momento Armando! Tu no me puedes hacer esto… es por lo que paso esta mañana? Por qué si es así no debes tomarla contra mí, te dije que no volvería a pasar y mira..

Ar. No Clau, en serio no tiene nada que ver con lo que paso esta mañana, nos reunimos la junta directiva y entre todos se llegó a un consenso en donde prescindiríamos de cierto personal y entre esos estuvo tu nombre.

Cl. Seguro mi nombre lo coloco la loca de tu novia, cierto?

Ar. No quiero entrar en detalles, pero realmente quiero pedirte disculpas, sé que no llego en buen momento.

Cl. Mira Armando, si me llego a enterar que esto fue porque te acostaste conmigo, le diré todo a Marcela de lo que paso entre nosotros dos, así que más te vale que no te me pierdas. – Armando estaba furioso por su amenaza, como se atrevía –

Ar. MIRA CLAUDITA! Tu a mí no me amenazas, yo estoy tratando de ser muy civilizado, pero si pretendes llevar las cosas a estos extremos tu nada más dime! YO! TE PUEDO ACABAR TU CARRERA EN UN SEGUNDO! ASÍ QUE ESCOGE DE UNA MALDITA VEZ COMO DESEAS SALIR DE AQUÍ! – Claudia comenzó a llorar –

Cl. Cálmate sí? Solo quiero asegurarme que nos seguiremos viendo, nada más!

Ar. Si!!! Ya te dije que si!! Que más quieres?! Será que te puedes ir ya? Por lo menos salga con dignidad por Dios! – Claudia se acercó a Armando y se despidió dándole un beso de media boca, Armando estaba nervioso, pensó que en cualquier momento Betty entraría y se daría cuenta de eso, pero no sucedió –

Claudia desapareció de Ecomoda tan rápido como Armando se lo había ordenado, quería mantenerlo cerca a toda costa incluso si eso implicaba perder su empleo, lo único que le interesaba es tenerlo asegurado a él.

Betty hablaba con Sandra cuando vio salir a Claudia de presidencia se notaba que acaba de llorar, eso le dio tranquilidad, al menos Armando había cumplido su primera promesa, eso la tranquilizaba.

San. Jummm y a esta que le habrá pasado? Seguro Don Armando ya la boto!

Mar. Que estrés cierto!? Siempre es lo mismo las modelos llegan felices y se van deprimidas! Uish! El doctor Armando no cambia no Betty?

Be. Así parece Mariana… - Betty estaba complacida –

En ese momento suena el teléfono de Mariana era Armando quien le preguntaba por Betty.

Mar. Si doctor aquí está se la comunico?, ah listo don Armando ya le digo. – Cuelga – Betty el doctor la mando a llamar que vaya enseguida a su oficina.

Mientras tanto Marcela era acompañado por Daniel a su apartamento en donde estuvo un rato más hablando con ella, pronto se despidió pues tenía un asunto de vital importancia el cual atender y no podía esperar, se despidió dándole un cálido abrazo a su hermana prometiéndole visitarla más seguido.

Daniel iba hacia Ecomoda, pondría a Armando en su lugar, estaba cansado de los malos tratos que siempre había tenido hacia Marcela, no soportaría más ni una solo humillación que él a lo largo de los años había hecho a los Valencia, amaba a Roberto y Margarita como si fueran sus padres, pero no soportaría ni fingiría más delante de Armando.

Al entrar a Ecomoda vio como la fea asistente de Armando iba entrando a presidencia, esa era otra que se la tenía sentenciada, siempre le cubría los rastros a Armando, sin ella esta empresa se caería y eso le aterraba más no soportaba que prácticamente el manejo de su empresa estuviera en manos ajenas y tan feas como las de esa mujer, apenas fuese nombrado presidente la echaría detrás de Armando.

Be. Me llamaba Don Armando?

Ar. Si Betty… estoy feliz! Por fin podremos…

Da. Mendoza necesito hablar ya contigo!

Ar. Hola Danielito! Como andamos terrible de educación no?, cuando se entra a mi oficina tienes que anunciarte!!

Da. Ya cállate Armando que no he venido a seguirte el juego de siempre, ya me entere que terminaste con Marcela y creo que por fin vamos a estar de acuerdo Armando. – Betty pronto se encerró en su oficina, Daniel la seguía con la mirada –

Ar. Ah sí?

Da. No te cases con mi hermana, haznos ese favor si?

Ar. Eso… no es asunto tuyo Danielito.

Da. No es asunto mío quien se case con mi hermana?... de verdad que estas bien confundido por ella Armando, déjame aclararte el panorama, mi hermana es lo más importante que tengo en mi vida, le deseo lo mejor y eso implica que la dejes en paz y también podría implicar un acuerdo entro los Valencia y los Mendoza.

Ar. Un acuerdo… que tipo de acuerdo?

Da. Dividir la empresa… sería lo mejor para todos, dejarías en paz a Marcela, a mi familia y a mí, nos ahorraríamos bastantes roces por la presidencia y el manejo de Ecomoda… dividimos y cada cual hace con lo suyo lo que le venga en gana. – Armando estaba horrorizado, no podían dividir la empresa en estos momentos, no había empresa que dividir, se daría cuenta de todo y no lo podía permitir –

Ar. Olvídalo Daniel, Olvídate de eso… Yo no lo voy a permitir y mi papá tampoco lo permitiría.

Da. Está bien, en todo caso si no te vas a casar con Marcela en la próxima junta propondré la división de capitales.

Armando quedo helado, todos sus planes se habían venido abajo, se dio cuenta que nuevamente necesitaba a Marcela en su vida para no perder su empresa, todos los planes que tenía con Betty se habían caído, estaba contra la espada y la pared, tenía que pensar muy bien su siguiente jugada o todos se enterarían de Terramoda y su embargo.

Betty escuchaba todo desde su oficina, sabía que esto complicaría las cosas con Don Armando, de nada había servido la charla anterior, si algo era cierto ella lo amaba y lo quería suyo, pero no podía anteponer su deseo y arruinarle la vida a Armando, no podría hacerle ese daño.

Ambos estaban pensativos en sus respectivas oficinas, ninguno quería enfrentar al otro, sabía que de tener esa conversación su relación ni siquiera tendría un comienzo y eso les dolería, los destrozaría, les partiría el alma.

En ese momento sonó el teléfono de Betty logrando despertar a ambos de su letargo.

Be. Presidencia Ecomoda, buenas?

Aur. Hola Mija! Ya estamos todas en recepción esperándola, se demora mucho?? – Betty había olvidado por completo la cita que tenía con las muchachas –

Be. No tranquila Aura María ya bajo.

Aur. Listo mija, aquí la esperamos.

Ya tenía que salir y enfrentarse a su imposible, porque eso era lo que Armando representaba para ella, un imposible, pensar en eso la hizo lagrimear, nunca debió involucrarse de esa manera con él, era mejor mantenerlo platónico y soñado, a probarlo y tener que abandonarlo, sabía que debían terminar pero no aceptaba esa idea, debía haber una manera de estar juntos, debía haberla, el destino, Dios, el mundo se lo debían, pensando en eso empezó a caminar, Armando se colocó de pie al verla.

Ar. Ya se va Betty? me permite llevarla?

Be. No se preocupe Doctor – Armando empezaba arder de rabia por dentro – Se me había pasado decirle que hoy salgo con las del cuartel, les hice una invitación y no puedo quedarles mal, no tuve tiempo de comentarle, discúlpeme. – Betty lo miraba triste, nostálgica –

Ar. Veo… Bueno Betty y si después de hablar con ella nos vemos, creo que necesitamos hablar.

Be. Doctor sé que debemos hablar, pero deme esta noche sí, no creo estar preparada para escucharlo – Betty se limpiaba las lágrimas debajo de sus gafas –

Armando sintió doler su corazón al verla así, le dolió ser nuevamente participe de su sufrimiento, no entendía por qué el mundo se empeña tanto con él, cuando por fin creyó tener todo en orden aparece Daniel y le tumba su vida, sabía que si le proponía a Betty ser su amante ella nunca aceptaría, sabía que debía perderla, pero aun no acepta la idea.

Ar. Bueno Betty, entonces mañana hablaremos, espero tengo una buena noche.

Be. Espero poder tenerla doctor… - Betty le dio una sonrisa triste y salió de la oficina camino al ascensor e inmediatamente se montó, iba caminando ajena a lo que pasaba a su alrededor incluso Patricia la molesto pero ella ni siquiera escucho –

Armando quiso detenerla y estuvo a punto de hacerlo, pero también tenía miedo de seguir con esa plática, no le gustaría para nada el rumbo que esta tomaría.

Betty paso la noche con sus amigas pero no pudo disfrutarla mucho, siempre le venían las ganas de llorar pero se llenaba de fuerzas pero no hacerlo, hubiera querido abandonarse al llanto y que sus amigas se encargaran de consolarla pero de hacerlo estaría traicionando la confianza de Armando, además que no sabría cómo ellas tomarían la situación o si la entenderían, además ellas conocían a Nico y lo apreciaban mucho, no podía dejarles saber esto a ellos, no la mirarían de la misma forma y no quería perderlas ni tampoco ser juzgada, así que callo y toda la noche se dedicó a escucharlas, a reír con ellas aunque por dentro fuera una tormenta.

Al cabo de un rato y después de calmarse pues Armando también lloraba por Betty decidió irse a su apartamento, necesitaba un lugar tranquilo para pensar, Patricia aún estaba en su cubículo esperando que Armando se fuera para ella también poder irse, le había tocado quedarse porque el garfio se había ido primero y Armando había sido claro que mientras él estuviera en la oficina alguna de las dos debía acompañarlo para cualquier cosa que necesitará así que indignada esperaba en su asiento.

Armando salió y se extrañó de encontrarla, Patricia lo vio muy agobiado lo cual se le hizo extraño, Armando tenía niveles de estrés que iban, de Molesto a híper energúmeno, pero triste nunca era su estado normal y eso le extrañó – seguro tiene que ver con la ida de Marce esta tarde tan temprano, pensó – así que para comerse bien el chisme la llamó.

Mar. Alo?

Pat. Acabo de ver salir a Armando Mendoza con el garfio ese y me dijo en mi propia cara Marce que la iba a llevar hasta su casa.. Jumm! Aunque se aseguró primero preguntándome si ya tu habías salido.

Mar. Y qué quieres que haga? – dijo sirviéndose una copa de vino -

Pat. Marcee! Que Armando te la va hacer de nuevo esta noche, va a dejar al garfio ese en su casa y quien sabe después para donde arranca y mañana te va a salir con el cuentazo de que estaba llevando a Betty hasta su casa y por eso se demoró.

Mar. Que haga lo que quiera. – Tomo un poco de vino –

Pat. Maaarce! Y no lo vamos a perseguir siquiera un rato!?

Mar. No…- dijo mirando la copa mientas la giraba –

Pat. Marceee..! Entonces lo vas a dejar así? Lo vas a regalar? Sin más? Mira que falta poco para tu matrimonio…

Mar. Ja!… (Dijo riendo sarcásticamente) ya no hay matrimonio…

Pat. Cooooomo!?

Mar. QUE – YA – NO – HAY – MATRI – MONIO – Dijo tirándole el teléfono.

Patricia quedó en Shock, no podía creer lo que escuchaba y lo peor que ella ni siquiera le daba explicaciones, esa tarde cuando se fue no le aviso, se dio cuenta porque le iba a pedir plata prestada para el almuerzo y vio que no estaba la estúpida de Mariana era quien le había dicho, Marcela estaba muy rara, todos estaban muy raros.

Continuará…