¡AMOR de CARNAVAL!, capitulo 7 - #YSBLF
- Fan YSBLF !
- 5 mar 2018
- 6 Min. de lectura
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Al día siguiente Armando salió muy temprano para Ecomoda, salió en total silencio no quería cruzarse con Betty para nada, estaba ofendido por su rebeldía, cito a Mario a la misma hora, para poner en marcha su plan, Mario traía una bolsa de regalo repleta de detalles, chocolates, ositos, llaveros, cartas, postales y una infinidad de cosas más.
Ar. Y eso para qué es?
MC. Para que más tigre? Para enamorar a su esposa, a las mujeres le gustan están pendejaditas, hágame caso.
Ar. Si Ud. lo dice… y empezó a revisar todo lo de la bolsa, escogió la postal más cursi y una gran caja de chocolates con forma de corazón eso bastaría para empezar. Yo la verdad es que soy negado para esto, hermano jamás me ha tocado hacer tantas pendejadas, en serio… jajajaja lo que no hace por la esposa, no? Jajajaja
MC. Ud. Si es mucho cínico Armando, venga deme esa tarjeta, que quiere decirle?
Ar. Decirle? Como así? Jajaja no sé, “De. Armando M”? jajajaja que más va a decir, con ese mensajito basta hombre.
MC. Uy!! Muchas bestia! Algo de puño y letra hermano, deje me inspiro y me dices si te parece…
Ar. Escriba lo que quiera me da igual…
MC. Bien hombre! Que haría sin mi Ah? Que haría muñeco chin mi? Jajajaja
Ar. Jajajaja nada hermano.. jajajaja y para esto menos!
Betty y Román llegaban a Le noir para un almuerzo de negocios con Miguel Delmas un francés que buscaba asociar su firma a la empresa, Román tuvo que marcharse antes por un imprevisto con otro de sus inversionistas, razón por la cual dejo a Betty encargada del empresario que por cierto era una cosa divina de dos metros con unos ojos azules divinos, cuadraron todo y quedaron en reunirse nuevamente para ultimar detalles, Betty no había pensado en Armando en todo el día, era de esos días de locos que no te dejan pensar en nada más.
Al llegar a su oficina, se encontró una insípida caja de chocolates en forma de corazón con una tarjeta donde se leía “De. Armando Mendoza S.”
La abrió y encontró una linda leyenda: Coincidir con alguien es maravilloso, pero conectar es mágico. De lado de la solapa escrito a mano decía:
En estos meses que nos quedan no quiero decepcionarte más, no hay necesidad de apurarse, si algo tiene que pasar, pasará. En el momento justo, con la persona justa, por la mejor razón.
Espero volvamos a empezar, la tercera es la vencida?
Armando.
Eran las palabras más lindas que alguien le había escrito le asombrará por la mentira tan grande que traían, sentía dolor su corazón, como alguien puedo ser tan malvado, tan frívolo, quería matar a Armando, gritarlo hasta queda sin voz, pero no, se controló, no podía debía enfrentar las cosas, debía jugar ese maquiavélico juego que el invento junto con Mario y debía ganar.
Betty estaba frustrada, cansada, no sabía qué hacer para responder el primer ataque de Armando, se levantó y miraba por la gran ventana de su oficina, desde allí todo se veía tan pequeño, tan insignificante, más sencillo, nada se le venía a la mente, así que llamó a Patricia quien era una coqueta empedernida, ella sabría qué hacer. Justo antes de discar el número de la oficina de Paty entró Román.
Rom. Betty!!! – La agarro y la levanto por los aires, estaba feliz, la bajo sin dejar de abrazarla – Mire el informe de este mes definitivamente no me equivoque contigo, hemos incrementado nuestras ganancias en un 20%!!!! Que te parece? Y todavía no es mitad de año…!! Empezamos bien… jajaja
Be. Ay Romàn que gusto!! No amigo, esto es una esfuerzo de ambos, no solo yo, siempre hemos hecho un buen equipo, no sé por qué no nos ennoviamos, estamos perdiendo el tiempo jajajajajaja
Rom. Ay mi Betty!!! Así somos los seres humanos de incomprensibles, nos gusta sufrir amiga mía! Jajaja
Betty y Román bajaron juntos, Betty ya había cerrado un negocio para comprarse un carro, ya tenía vergüenza por depender tanto de Román, mientras charlaba y para su sorpresa Armando la esperaba afuera del carro, esto la dejó helado – Dios mío hasta dónde puede llegar este hombre, pensó –
Be. Armando, que haces aquí? Perdón por no llamarte iba a darte las gracias por la tarjeta, los chocolates estaban deliciosos. – fingió una sonrisa –
Ar. Para nada Betty, no tienes nada que agradecer, creo que empezamos con el pie izquierdo, te parece si vamos a cenar? Conozco un lugar que te va a encantar.
Betty dudó y miró a Román buscando ayuda, este al no saber a ciencia cierta que pasaba solo reía por lo bajo, se despidió de ambos y se marchó. Al ver que no tenía otra salida más que seguirle el juego a Armando aceptó la invitación.
Armando fue de lo más caballeroso con Betty, incluso divertido, podía hablar con él de todo y nada, realmente disfrutaba la cena, a veces reaccionaba y se retraía, pero ciertamente Armando tenía un don natural y era ser agradable siempre y cuando así quisiera, Betty temía por dejarse envolver de él, sabía que saldría lastimada de alguna manera, pero quería verlo perder. El restaurante era muy campestre, tenía una hermosa decoración de candelabros que guiaban destellos de luces muy tenues por toda la habitación, el sitio era muy íntimo, tenía una clara atmósfera romántica. En otro momento estaría muy feliz por tantas atenciones pero sabía que todo era parte de su horrendo juego, algo que no podía negar era que lo jugaba muy bien, era el amo en la seducción al parecer graduado con honores, Betty se dejaba llevar, disfrutaba, por más que se obligara a odiarlo, no podía.
La mirada de Armando era muy intensa, llena de lujuria, eso la encendía, pero en la cama ella era totalmente inexperta a pesar de ya no ser virgen, y sabía que si llegaba hasta esas instancias con él perdería, y no se permitiría eso. Satisfechos y muy contentos se fueron al apartamento, de camino Armando venía muy callado, algo lo tenía distraído, disperso.
Armando estaba totalmente asombrado de lo inteligente y dulce que era Betty, antes no lo había notado, estaba satisfecho su plan había salido a pedir de boca, pero Betty lo llevaba caliente, se supone que la ansiosa debe ser ella no él, eso lo enfadaba, ella siempre lograba desequilibrarlo, eso sí, no se negaría disfrutar de ella, usarla tanta como quisiera y después de cumplir su cometido botarla y así por fin enseñarle que con él no se juega.
Al entrar al ascensor Armando sintió el impulso de besarla, fue un arranque y lo hizo, la aprisionó con su cuerpo contra la pared, y la besaba, sus manos la recorrían toda, al principio se negaba pero fue cediendo, poco a poco se esfumó toda acción de resistencia, ella lo abraza fuerte, el disfrutaba besarla, sus labios eran gloria para él, besarla se sentía diferente, distinto, tierno, cálido, eran mil cosas a la vez, al abrirse la puerta ella salió dejando atrás y con una erección bastante pronunciada, eso le causo mucha gracia a Betty que a fuerzas pudo disimular su risa.
Armando se tocaba los labios, definitivamente jamás lo habían besado de esa forma, era diferente y buscaba repetir.
Be. Bueno Armando, me encanto la noche de hoy, realmente la disfrute, gracias de verdad… y por supuesto que deseo empezar de cero.
Ar. Me alegra mucho Betty, yo también la pase muy bien, quieres…
Be. Tengo dormir, ambos tenemos que madrugar mañana… - se acercó y le dio un beso de media luna – cerro su puerta bajo llave, quería evitar toda tentación que Armando le podía colocar, su cuerpo reclamaba esa erección, sentirla la tenía excitada, pero no, se había prometido no entrar a terreno desconocido.
Armando se quedó helado, estaba frustrado, pensó que por fin podría devorar su cuerpo y estaría lucido para recordarlo y así reclamar su premio, pero no, en cambio lo habían dejado ardiendo y con la palabra en la boca, lo cual se había vuelto costumbre. Armando no podía sacarse de la cabeza la extraña sensación que el beso con Betty le había dejado, de ser un romántico empedernido pensaría que fue especial, pero no se permitía, - que pasa!?, quien debe caer es ella, no yo! Pensó –
Armando se dio una ducha bien fría necesitaba bajar la calentura, sentía ira, como podía permitirse sentirse así por ella, no podía perder el control, ella es quien debe enamorarse no yo!!!, se descambio y se acostó pero antes pensó un poco más en Betty, en su beso…
Continuará…
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