¡AMOR de CARNAVAL!, capitulo 11 - #YSBLF
- Fan YSBLF !
- 9 mar 2018
- 7 Min. de lectura
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Armando estaba sorprendido porque todo lo que había pasado con Betty ya no le quedaban dudas la amaba como a nadie en este mundo, desde que decidió enamorarla no hizo más que enamorarse de ella y teme que ella no sienta lo mismo, teme que ella no le corresponda o no lo ame con la misma intensidad, Armando dejo de enviarles postales, le parecían vacías siempre optaba por otros detalles más personales, reales.
Armando llevaba a Betty al trabajo y también la recogía, hablaban todo el tiempo la llamaba al menos tres veces al día siempre quería saber de ella. Mario lo invitaba a salir le llevaba modelos a la oficina pero juicioso siempre les ordenaba salir, ninguno de ellas le provoca, su esposa era la única mujer que necesitaba, quizás esto de casarse no fue una mala idea, Armando dejó de salir con Mario el siempre me traía problemas con Betty y no quería dañar su relación, ella era lo más real que tenía.
Fueron pasando los meses y Armando empezó a sentir algo que no conocía: CULPA, siempre que hacían el amor se le venía a la mente el juego que había inventado con Mario, no quería vivir más con esa sensación, no quería seguir mintiéndole ella no merecía eso, Betty era un ángel que solo merecía amor.
En UNIVER las cosas no iban bien, Betty tenía un día de perros, la bolsa había caído y Román estaba furioso, por su propio error había perdido millones y no sabía cómo recuperarlos, Betty después de terminar de atender a un inversionista furioso fue a la oficina de Romàn, este estaba colérico y daba gritos, Betty lo calmo.
Be. Vamos Romàn no todos los días son buenos, cálmate si?
ROM. No Betty esto es mi error no sé qué hacer para remediarlo.
Betty pronto se puso a analizar la situación y encontró una solución que aplicó rápidamente y logró normalizar las cosas, Romàn le dio un fuerte abrazo y ella sonreía, lo abrazo más fuerte.
Be. Siempre que necesites mi ayuda aquí estaré, si? Antes que estalles llámame jajajaja vale?
Rom. Que haría sin ti mi Betty? Y le dio un gran beso en la mejilla.
Por fin el día había terminado y Betty solo anhelaba ver a Armando quería acurrucarse con él, dormir en sus brazos, era el lugar donde encontraba más calma , donde se olvida de sus problemas. Betty había dejado de lado toda duda que tuviera por Armando, nadie podía mentir por tanto tiempo, él le hacía sentir su amor, ya no tenía miedos, pero siempre había un pequeño temor cada vez que soñaba su celular, cada vez que Paty le decía que una modelo entraba a su oficina, ese miedo, por más que quería no desaparecía, él nunca le diría la verdad sobre su apuesta y eso le dolía.
Armando ya la esperaba a las a fueras de UNIVER, estaba recostado a su auto con una amplia sonrisa y sus brazos abiertos listos para recibirla.
Be. Mi amor tuve un día... estoy muy cansada. Dijo acurrucándose en su pecho “su lugar favorito”
Ar. Que me le pasó? La abrazo fuerte y le dio un beso en la frente.
Be. Jumm!! De todo mi amor, pero no hablemos de eso, que vamos a cenar hoy?...
Ar. En la casa vemos mi amor, te parece?
Be. Bueno! Le dio un beso en la nariz.
De camino Betty se recostó en el hombro de Armando y mientras él manejaba se durmió, al verla se enterneció y recostó su cabeza a la de ella, Betty era una dormilona, caía como roca. Armando aprovechó e hizo una llamada.
Al llegar Armando la abrazaba fuerte y la acurrucaba fuerte a él, Betty sonreía pero aún dormitaba, al llegar Betty vio el apartamento decorado con hermosas velas por todos lado, en el comedor había un hermoso candelabro decorado con velas blancas y pétalos de rosas por toda la mesa y la habitación, había vino, sonaba un jazz y una exquisita comida servida, Betty volteó hacia Armando y brincó hacia él dándole un fuerte abrazo, le besaba todo el rostro.
Be. Mi amor que lindo quedo todo! Y eso que celebramos?
Ar. Después te lo diré, ahora solo quiero tener una linda cena contigo
Armando y Betty tuvieron una estupenda velada que terminaron juntos en el sofá desnudos y abrazándose.
Ar. Betty bésame mucho si? - Betty comenzó a llenarlo de besos, le besaba los ojos, la nariz, la boca, la frente... todo-
Be. Así o más? - Armando sonrió triste -
Ar. Dame más mi amor, no sé si después de esto me vas a querer besar o si quiera ver...
Betty se inclinó hacia él esta vez lo miraba serio.
Be. Qué pasa Armando? me preocupas... sintió un frío en el pecho, realmente no quería escucharlo, la respuesta fuese cual fuese sabía que la haría sufrir, pues ese fue el destino que aceptó por amarlo en su juego y disfrutar dejarse manipular.
Ar. Aún no quiero hablar, quiero que me ames una vez más, es lo único que quiero, me puedes complacer?
Be. Pero no me puedes dejar así Armando, me asustas
Ar. Mi amor, solo disfrutemos si?
Betty aún estaba preocupada pero pronto Armando la hizo olvidar, nuevamente empezó a amarla, como era costumbre empezó a respirarle en el cuello y poco a poco su aliento cálido bajo a su sexo y empezó a poseerle, a comerlo de principio a fin, Betty arqueaba su espalda en busca de recibirlo, Armando estrujaba su trasero con ambas manos, su esposa era exquisita, solo él había probado su manjar y quería que así permaneciera, fue besando su abdomen y jugo un rato con pezones, Betty guiaba a Armando por todo su cuerpo lo poseía, lo reclama suyo, eso era lo que más disfrutaba del sexo con él, como era posesivo con su cuerpo, Armando seguía succionando sus pezones, era su parte favorita de Betty y siempre le dedicaba buen tiempo, se amaron toda la noche y rendidos por el esfuerzo ambos cayeron complacidos, durmieron desnudos en el sofá.
Los días pasaron y Armando seguía evitando contarle a Betty, el temor lo congelaba y callaba su boca, no quería perderla, realmente la amaba y no quería sacarla de su vida, un día después de buscarla en UNIVER Armando noto a Betty extraña, la sentía distante.
Ar. Te pasa algo mi amor? Te noto molesta… tuviste algún problema con Román? – Armando aun no gustaba de él –
Be. No, solo que todas estas semanas te he preguntado que pasa y no has sido capaz de contarme, de verdad no entiendo que pasa Armando, me has tenido en vilo demasiado tiempo, te he dado tu espacio pero insistes en callar, acaso hay otra mujer?
Ar. No mi amor, como se te ocurre, no es eso… es solo que lo que te voy a decir no es fácil de explicar, me entiendes?
Be. No, no te entiendo, y no lo voy a poder hacer hasta que no me digas que es eso lo que me quieres decir, dime… ya no me amas? Si es así solo dime, pero dime algo.
Armando paro en seco el auto y se parqueo cerca aun parque porque le pasaban, decidió que era el momento, no podía seguir permitiendo que Betty si imaginara cosas que no son, no podía hacerla sufrir de esa manera.
Ar. Ven, te contare pero primero comamos un helado.
Be. No Armando no quiero helado, quiero que me digas que está pasando.
Ar. Por eso comamos un helado, si?
Be. Está bien – acepto a regaña dientes –
Armando se bajó, abrió la puerta y la tomo de la mano, llegaron a donde estaba el señor de los helados, cada uno pidió de chocolate y caminaban por el parque, Betty tenía el estómago cerrado y fingía comer, Armando también. Armando se siente junto con Betty en una banca bastante retirada de la gente y comienza a hablar.
Ar. Mira Betty… ante todo quiero que sepas que yo nunca me había enamorado, creo que necesitaba que una mujer excepcional como tú llegará a mi vida para saber que era sentir amor y realmente estoy agradecido por eso, tu eres mi ángel y eres quien ha cambiado mi vida y la ha llenado de amor, pero… - ese “pero” helo a Betty, quien por alguna razón quería llorar – no siempre fue así, y siempre he sido un hombre arrogante, soberbio si así prefiere llamarme soy competitivo y controlador, y ciertamente amo ganar, encontrar a una mujer como tú fue todo un desafío, siempre sentía que contigo llevaba las de perder por alguna razón desarrolle una competencia mal sana contra ti y eso me llevo a tomar decisiones estúpidas.
Be. A dónde quieres llegar con eso? – Betty ya lo sabía, pero tenía claro que dolería igual –
Ar. Que toda mi vida he sido un mujeriego, que ninguna mujer que quisiera se resistía a mí, todas eran fáciles de controlar, excepto tú… y eso me llevo a iniciar un juego en el que sin darme cuenta y sin si quiera buscarlo caí, yo quería hacer contigo lo mejor que he sabido hacer… jugar con la mujeres, usarte y después desecharte, hacerte mía cuanto quisiera y tirarte como un juguete, pero Betty… no pude, y no pude hacerlo porque me enamore, tú me enamoraste y me siento mal… fatal! Porque tu jamás mereciste que me acercará a ti con mentiras.
Armando lloraba, Betty guardaba total silencio, no pronuncio palabra, escucharlo reconocer todo ese horror era muy duro para ella, aunque sabía perfectamente de sus planes estos no dejaban de dolerle el corazón, efectivamente sabía que sufriría. Pasaron algunos minutos y ambos guardaban silencio, Armando la miraba expectante de vez en cuando, Betty lloraba mirándose los zapatos.
Be. Yo lo sabía todo Armando, te escuche esa noche en la fiesta mientras le pedías ayuda a Mario, yo supe todo desde un principio – se le quebró la voz – yo sufrí muchas noches en silencio, preguntándole a Dios el porqué de tu maldad, porqué te ensañabas tanto conmigo, pero mi dolor nunca se tradujo en odio, quise odiarte y encontré mil razones para hacerlo Armando, pero de igual forma me enamoré.
Armando lloraba desconsolado al escuchar el relato que Betty le contaba, las noches que lloró solo en su cuarto, como sufría al leer sus cartas, Armando se sentía miserable, decidieron irse del parque, no era un lugar para hablar ese tipo de cosas. De camino al apto nadie decía nada, la radio estaba apagada, solo se sentía el leve sonido de la lluvia cayendo en el vidrio, ambos se bajaron y subieron el ascensor sin siquiera mirarse, al llegar a la cocina Armando la miro, quiso abrazarla pero no se atrevió.
Ar. Betty… - Betty no escucho, estaba absorta en sus pensamientos – Betty..?
Be. Dime – seguía sin mirarlo –
Ar. Iré a mi cuarto, quiero darte tu tiempo, por favor decide lo que sea mejor para ti, si deseas seguir con este matrimonio yo seré muy feliz, si no estaremos juntos hasta que se cumpla el año y te dejare en paz con todo el dolor de mi alma. Te parece? – Betty solo asintió y entro a su habitación tenía mucho en que pensar –
Continuará…
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